PARASHAT KORAJ: ALIÁ POR ALIÁ

Parashá Koraj

PRIMERA LECTURA:

LA TRISTE CONSECUENCIA DE LOS CELOS


וַיִּקַּ֣ח קֹ֔רַח (קרח טז, א)

Y tomó Koraj” (Números16:1)


Todos los comentarios de la Torá intentan explicar qué es exactamente lo que tomó Kóraj.

Los gramáticos explican que la raíz de tres letras de “él tomó” (לקח) también significa morir, como en el versículo, “Porque Dios lo había tomado”1 , ki lakaj oto Elokim (כִּי לַָקַח אתוֹ אֱ-לֹהִים). Basándonos en esta identificación, podemos explicar que Kóraj se llevó a sí mismo a morir. Kóraj tenía pensamientos suicidas. Consciente o inconscientemente, buscaba la muerte. Y la encontró.

Los cabalistas nos dicen que la raíz del alma de Kóraj viene de Caín. La raíz del alma de Moisés viene de Abel. El conflicto que Kóraj instigó con Moisés se hizo eco de los celos de Caín hacia Abel. Esta vez, sin embargo, el conflicto terminó de manera diferente. En lugar de que el suelo se abriera para cubrir la sangre de Abel, esta vez abrió la boca y se tragó a Kóraj-Caín y a sus compañeros instigadores.

Caín también era propenso a la depresión, como vemos en las palabras que Dios le dirigió: “¿Por qué estás enojado? ¿Y por qué ha decaído tu semblante?2La depresión comienza cuando uno se siente insatisfecho con lo que tiene y se agrava si siente celos por lo que tienen los demás. Eso es exactamente lo que Caín sentía por Abel y lo que Kóraj sentía por Moisés. La falta de satisfacción con su vida finalmente lleva a Kóraj a la depresión e incluso a pensamientos suicidas.

En contraposición a Kóraj, acerca de Moisés está escrito: “Moisés se regocijará por el regalo de su porción”.3De la misma manera, el Zohar sobre la parashat Kóraj comienza:4

“‘[El temor de Dios es…] Más deseable que el oro y el oro fino y más dulce que la miel y los panales.5¡Cuán elevadas son las palabras de la Torá, cuán queridas son, deseables Arriba, deseables para todos!”

Kóraj era un hombre extremadamente rico. Tenía oro y oro fino. También tenía facilidad con las palabras – su lengua goteaba miel y panales. Sin embargo, nunca estuvo contento. Nunca podía estar satisfecho. Si una persona no está satisfecha con lo que tiene, nunca estará satisfecha. Pero Moisés era todo lo contrario. Estaba contento con su porción. Era el más deseado y el más dulce porque apreciaba la Torá. Al final, es mejor elegir seguir el ejemplo de Moisés.

TERCERA LECTURA:

¿NO HAY PREGUNTAS?


וַיֵּ֨רְד֜וּ הֵ֣ם וְכָל־ אֲשֶׁ֥ר לָהֶ֛ם חַיִּ֖ים שְׁאֹ֑לָה

(קֹ֔רַח טז,לג)

Ellos y todo lo que les pertenecía descendieron, vivos, al abismo”(Números 16:33)


Cuando Kóraj estaba vivo en la tierra, todo estaba claro para él. No se hizo ninguna pregunta (שְׁאֵלוֹת, pronunciado: she’elot, palabra afín con “abismo”). Después de todo, como dicen los sabios, “Kóraj era sabio”,6seguro de que tenía razón, sin lugar a preguntas o reevaluaciones de su punto de vista. Siempre era el primero en hablar y tenía una respuesta para cada pregunta. Se le puede comparar con un talit (un manto de oración) que está completamente teñido en tejelet y una casa que está llena de libros sagrados – los temas de dos preguntas que le hizo a Moisés, usándolas para intentar probar sus afirmaciones contra Moisés.

Como era extremadamente rico, Kóraj tampoco tuvo que recurrir a “pedir prestado” (לִשְׁאוֹל, pronunciado lishol, palabra afin con preguntas) nada de nadie hasta que la tierra abrió su boca y él cayó, vivo, al abismo, al sheol.

¿Se dio cuenta Kóraj de que había caído en el abismo? No está nada claro. La Torá nos dice que descendió, vivo, al sheol. Tal vez incluso allí, continuó viviendo, seguro de sí mismo y satisfecho con su sabiduría. “Tengo razón, y todos los demás están equivocados”, pensaba para sí mismo.

¿Hay alguna forma de salir de sheol? Al igual que en el caso anterior, sheol es afín a “pregunta” (she’elá). Si comprendes que no lo sabes todo, si solo pones en duda tu perfección y comienzas a hacer preguntas, puedes rectificar tu situación.

En los Salmos, el rey David escribió: “Y cuando me acerco al sheol, aquí estás Tú”7( וְאַצִּיעָה שְְּׁאוֹל הִנֶּךָּ). Este versículo también se puede traducir como: “Si te planteo una pregunta, aquí estás Tú”. Incluso si estás en el sheol, si comienzas a cuestionar tu sabiduría perfecta, Dios se Te revelará a ti. Incluso allí, “aquí estás Tú”.

Todo el versículo dice: “Si yo subo a los cielos, allí estás Tú. Y si te planteo una pregunta, aquí estás Tú” (ִאִם אֶסַּק שָׁמִַיִם שָׁם אָָּתָּה וְאַצִּיעָה שְְּׁאוֹל הִנֶּךָּ). Si piensas que puedes ascender a los Cielos (shamaim) en virtud de tu propia sabiduría, entonces la verdad siempre estará “allá” (sham), distante y lejos de ti. En este caso, shamaim también puede entenderse como el plural de sham/allá. Si estás volando alto sobre tu propia sabiduría, todo lo que encontrarás arriba es más distancia entre tú y la Verdad Divina. Pero si comienzas a cuestionarte a ti mismo y a tu sabiduría – he aquí que Dios mismo está contigo.

QUINTA LECTURA:

LA PRONTITUD DE LA ALMENDRA


וְהִנֵּ֛ה פָּרַ֥ח מַטֵּֽה־ אַהֲרֹ֖ן לְבֵ֣ית לֵוִ֑י וַיֹּ֤צֵֽא פֶ֙רַח֙ וַיָּ֣צֵֽץ צִ֔יץ וַיִּגְמֹ֖ל שְׁקֵדִֽים

(קֹ֔רַח יז,ח)

“…He aquí que el cayado de Aarón, de la casa de Leví, había germinado: produjo flores, brotaron retoños y dio almendras(Números 17:8)


La ciencia en la Torá

En la parashat Kóraj, la naturaleza demuestra milagrosamente que Aarón, el Sumo Sacerdote, fue seleccionado por Dios para servir en el santuario sagrado. Doce varas fueron colocadas en la Tienda de Reunión delante del Arca del Pacto, y al día siguiente, era la vara de Aarón la que había brotado milagrosamente: había producido flores, brotaron retoños y producido almendras maduras. Los sabios señalan que las tres etapas mencionadas – desde la brotación hasta el fruto – normalmente duran 21 días, mientras que aquí todo el proceso duró solo una noche. Además, el árbol del almendro es el que madura más rápido entre todos los árboles frutales. Dado su período de crecimiento particularmente corto (desde la flor hasta el fruto), podemos inferir que su selección como el árbol en el que se transformó la vara de Aarón simboliza la característica de los sacerdotes de ser ágiles (y diligentes) en su servicio.

El hecho de que se produjera todo el proceso natural de la producción de frutos de la vara de Aaron, combinado con la rápida maduración inherente de la almendra, revela un elemento de milagro dentro de la naturaleza, en lugar de una completa anulación de la naturaleza. Las enseñanzas jasídicas8 explican que hay una ventaja en los milagros que se revisten dentro de la naturaleza misma sobre aquellos que alteran completamente el orden natural.

Pronto volveremos a la afirmación de los sabios que describe el período de crecimiento de la almendra. Pero primero, abordemos brevemente la pregunta: ¿cómo es posible unificar Torá y ciencia?

La Ciencia en la Torá con la Torá en la Ciencia

A nivel superficial, la Torá y la ciencia tratan con diferentes ámbitos de la realidad. La Torá, que significa “instrucción”, pretende guiar y formar la vida humana, mientras que la ciencia (a pesar de los logros de la tecnología) es descriptiva, centrándose en la observación y documentación de la naturaleza. ¿Cómo, entonces, es posible unir campos tan dispares?

A partir de las definiciones proporcionadas por la dimensión interior de la Torá, podemos decir que la unificación de la Torá y la ciencia es similar a la unión entre el hombre y la mujer, masculino y femenino. La Torá, en un sentido relativo, es masculina, mientras que la ciencia, en un sentido relativo, es femenina. Para lograr una unión significativa y duradera, cada uno debe encontrar su contraparte dentro de sí mismo. El macho debe encontrar a la hembra dentro suyo, y la hembra debe encontrar al macho dentro de ella. Este fenómeno, en el que cada miembro de la pareja contiene un elemento que refleja al otro, se denomina “interinclusión”, hitcalelut (התכללות). La integración de dos asuntos cualesquiera comienza con la conexión de estas partes intermedias: el aspecto femenino dentro de lo masculino y el aspecto masculino dentro de lo femenino.

Cuando aplicamos todo esto a la relación entre la Torá y la ciencia, llegamos a la siguiente estructura:

Torá (masculino)Torá en la Torá
Ciencia en la ToráLa unificación comienza aquí
Ciencia (femenino)Torá en la ciencia
Ciencia en la ciencia

La almendra y la gallina

¿Qué es entonces la Torá dentro de la ciencia? Del versículo “Él nos enseña desde las bestias de la tierra y nos hace sabios desde las aves de los cielos”,9los sabios aprendieron que “Si la Torá no hubiera sido dada, habríamos aprendido la modestia del gato, no robar de la hormiga, la fidelidad de la paloma y la conducta apropiada del gallo”.10 Esta enseñanza revela que hay una dimensión de la instrucción de la Torá que se encuentra en la naturaleza. Por el contrario, hay muchos ejemplos en la Torá de afirmaciones sobre la naturaleza. Un ejemplo sorprendente se refiere a los períodos de gestación de los animales en comparación con los tiempos de maduración de los frutos, comenzando con la almendra en nuestra parashá sobre la cual los rabinos enseñaron: “Una gallina durante 21 días, y correspondiente a ella en un árbol es la almendra. Un perro durante 50 días, y correspondiéndole entre los árboles está la higuera. Un gato durante 52 días, y correspondiéndole entre los árboles está la morera…”.11 La base de la comparación entre animales y plantas es cuantitativa – el número de días que dura el proceso de gestación/fructificación de cada uno. La definición de seres vivos y plantas (a diferencia de los objetos inanimados) es su capacidad de reproducirse. Ciertamente se puede decir que el tiempo de reproducción expresa el propósito de cada especie de planta y animal. En este contexto, la gallina y la almendra, es decir – el árbol del almendro – se corresponden entre sí.

Semejante comparación no significa mucho para el científico moderno, y no oirás que se enseñe en la universidad. Sin embargo, aquí la Torá (es decir, la ciencia dentro de la Torá) dirige nuestra investigación de la naturaleza. Si somos sabios, encontraremos en la Torá nuevas direcciones para la investigación que no conocíamos antes, y de esta manera, la Torá puede enriquecer la ciencia (y, de hecho, hasta donde sabemos, nunca se ha investigado una comparación cuantitativa entre botánica y zoología).

La forma del fruto

Cabe destacar que la conexión entre gallina y almendro también se refleja en la forma de sus frutos. El huevo y la almendra son similares en el sentido de que un lado es redondo y cónico (según los sabios) y el otro lado es afilado y cónico, una forma que es un signo de pureza para un huevo. De hecho, esta es una forma relativamente rara para un huevo, y si los sabios la definen como un signo de pureza, debe haber algo común a todas las aves kosher que hace que sus huevos tomen esta forma.12 Además, existe una conexión con la forma de la almendra y se abren ante nosotros nuevas posibilidades de investigación.

(traducido desde www.pnimi.org.il)

NOTAS


1 Génesis 5:24
2 Génesis 4:6
3 Sidur, Shajarit para Shabat
4 Zohar 3:176
5 Salmos 19:11
6 Bamidvar Rabá 18
7 Salmos 139:8
8 Torá Or sobre Ester 100a; también Likutei Sijot, vol. 16, pág. 358 y referencias allí.
9 Iob 35:11
10 Eiruvin 100b
11 Bejorot 8a
12 Para más información sobre las formas de los huevos y posibles razones para ello, véase D. W. Thompson, On Growth and Form, cap. XV

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