Rabi Menajem Mendel Torem de Riminov nació en 5605 (1745) siendo su padre Rabi Iosef Harif de Neustadt, Alemania, y su madre, Liba, la hija de Rabi Natan Shapira, quien era nieto del Megale Amukot de Cracovia. Cuando era joven, estudió en Berlín bajo la tutela de Rabi Daniel Jaffe y más tarde, con Rabi Shmuel Shmelkeh de Nicholsburg, quien le influenció para que adoptara las enseñanzas del Jasidut. Tras el fallecimiento de su Rebe, Rabi Menajem Mendel se convirtió en jasid del Rebe Elimelej de Lizhensk y es considerado una de las figuras clave en el desarrollo del Jasidut en Polonia, junto con el Vidente de Lublin, el Maguid de Kuzhnitz y el Ohev Israel de Apta. Después de su matrimonio, se mudó a Fristik (Freistadt), donde vivió en una gran pobreza.
Después del fallecimiento del Rebe Elimelej de Lizhensk, se convirtió en un Rebe jasídico en Fristik. Muchos de los jasidim del Rebe Elimelej vinieron a él y le aceptaron como su Rebe. Posteriormente, se trasladó a Riminov (Rymanów). Como Rebe jasídico, el Rebe Menajem Mendel puso gran énfasis en la vestimenta modesta, el kashrut y la prevención del engaño en los negocios. Sus discípulos describieron el respeto que experimentaban en su presencia. Rabi Menajem Mendel era famoso como obrador de milagros sagrados e incluso los no judíos acudían a él en busca de curación y salvación. Durante décadas, enseñó pensamientos de la Torá sobre la porción de la Torá que describe el maná, que se considera un amplificador espiritual para un buen sustento. Y, de hecho, con estos pensamientos de la Torá, atrajo sustento.
En Lag Ba’omer del 5675 (1815) el Rebe Menajem Mendel se purificó y dijo que dejaba el mundo y devolvería el favor a quien encendiera una vela por su alma. Incluso dejó instrucciones para enterrarlo en la cima de una colina que domina su pueblo y abrir una ventana en la estructura que albergaría su tumba, para que pudiera vigilar el pueblo. Al día siguiente, el 19 de Iyar, Rabi Menajem Mendel falleció y fue enterrado en el cementerio judío de Riminov. Le sucedió su discípulo, Rabi Tzvi Hirsch de Riminov.
Antes de hacerse famoso como tzadik, Rabi Menajem Mendel de Riminov se casó con la hija de un hombre rico en Fristik. Fue apoyado por su suegro y sirvió a Dios con santidad y pureza, estudiando Torá y sirviendo a Dios día y noche. Él ayunaba y afligía su cuerpo rodando montaña abajo sobre la nieve.
Cuando su suegro vio que se estaba comportando como un jasid y que no estaba manteniendo a su familia le ordenó a su hija que le pidiera el divorcio. Su hija, sin embargo, no quiso ni oír hablar de ello. Entonces el suegro les echó de su casa y les desheredó de sus bienes. La familia se mudó y vivió en la pobreza extrema.
La piadosa esposa de Rabi Menajem Mendel sufrió todo en silencio, intentó mantener a la familia trabajando como costurera pero no ganaba mucho dinero. Una vez pasaron tres días y no ganó nada. Ni siquiera tenían dinero para una hogaza de pan. “Si nos sentamos aquí a solas”, se dijo su esposa, “nos moriremos de hambre”. Iré al panadero tal vez esté dispuesto a darme una hogaza de pan a crédito y se la llevaré a mi piadoso esposo, que ha estado en la sala de estudio durante tres días sin comer nada”.
El panadero inicialmente se negó a darle el pan a la esposa del Rebe Menajem Mendel y se fue de la panadería llorando. Pero luego el panadero la llamó y le dijo: “Si me das tu porción en el Mundo Venidero te daré el pan”. La mujer tomó una decisión: “No dejaré que mi esposo se muera de hambre pase lo que pase”. Se volvió hacia el panadero y le dijo: “Dame pan y queso y te daré mi porción en el Mundo Venidero”.
El panadero le dio pan y queso y ella fue a la sala de estudio, extendió un mantel y colocó el pan y el queso delante de su esposo. Mientras tanto ella permaneció de pie allí, lo cual era inusual, porque normalmente solo ponía la comida delante de él y se iba. El Rebe Menajem Mendel se lavó las manos, hizo la bendición antes de las comidas y comió. “¿Por qué sigues parada aquí?” le preguntó a su esposa.
“¡Oh, mi querido esposo!” ella respondió. “Sabes lo duro que trabajé para merecer el Mundo Por Venir y ahora he perdido mi parte allí…”, contándole toda la serie de hechos. Su esposo la consoló y le dijo: “No tengas tristeza, justo antes de que llegaras estaba tan hambriento que si no me hubieras traído comida habría muerto. Entonces, con este pan, salvaste mi vida y ahora tienes una nueva porción en el Mundo Venidero. No necesitas tu porción anterior”.
La relación del Rebe Menajem Mendel con su esposa fue muy especial y se cuentan muchas historias al respecto. Curiosamente, esta piadosa pareja es una de las pocas parejas que están enterradas una al lado de la otra, lo que podría reflejar la continua atención del Rebe Menajem Mendel a las preocupaciones de su esposa sobre su parte en el Mundo Venidero. En lugar de explicar esta historia, que habla por sí sola, traeremos una enseñanza atribuida al Rebe Menajem Mendel que trata sobre la porción del Mundo Venidero que se les da a aquellos que ayudan a los tzadikim:
“El servicio de la Torá es mayor que su estudio”[1], gdolá shimusha shel Torá ioter milimuda (גְּדוֹלָה שִׁמּוּשָׁהּ שֶׁל תּוֹרָה יוֹתֵר מִלִּמּוּדָהּ). Escuché del Rebe Menajem Mendel de bendita memoria que la razón de esto es porque cuando una persona realiza una mitzvá física en este mundo, también amerita crear su Mundo por Venir espiritual (y esta es su recompensa eterna, el placer constante, “la recompensa de una mitzvá es una mitzvá”,[2] como a mí me parece).
De hecho, Rabi Iehuda Hanasi dijo: “Aquellos que me sirvieron en mi vida me servirán en mi muerte”. ¿Qué es servirle en su muerte? Así como cuando estaba vivo su asistente le proporcionó las cosas que necesitaba para vivir, como comida y bebida, así es en el Jardín del Edén. Asimismo, la vida espiritual de las almas, su sustento, les llega del efluvio de la Shejiná. De hecho, el asistente recibe estos rayos primero, para poder llevárselos al erudito de la Torá. (Y agregaré algo más: la espiritualidad no se mueve de un lugar a otro. Al contrario, aumenta. Por lo tanto, la efusión de la Shejiná también permanece con el asistente). Por lo tanto, es el asistente quien recibe el efluvio primero antes que el erudito de la Torá. Si es así, su servicio [llevar el efluvio al erudito] es mayor que su estudio”.
Incluso si en este mundo la esposa ayuda a su esposo como una “ayuda opuesta a él”, en el más allá, su elevado nivel continúa trayendo abundancia a su esposo y se revela más elevada que él. A este elevado nivel se alude al final de la séptima bendición con la que bendecimos a los novios: “El que trae alegría al novio con la novia”. El novio participa, como acompañamiento, en la alegría de la novia. La alegría le llega a través de ella. Este es el secreto de “Una mujer de valor es la corona de su marido”[3] que se manifestará en el futuro, en “el día que no es más que Shabat”,[4] que representa el ascenso de la sefirá de reinado (maljut), simbolizando lo femenino, por encima de lo masculino.
Las palabras del Rebe Menajem Mendel sobre el alto nivel de aquellos que ayudan al tzadik también se expresan en su decisión, que demuestra ser bastante única en el mundo jasídico: no nombró a ninguno de sus hijos como su sucesor, sino a su discípulo principal que también fue su asistente personal, Rabi Tzvi Hirsch HaKohen, quien, incluso como un rebe, era conocido por el título Tzvi Hirsch Mesharet, que significa Tzvi Hirsch – el Asistente.
[1] Berajot 7b
[2] Avot 4:2
[3] Proverbios 12:4
[4] Sanedrin 97a