En honor a la Hilulá de Rabi Israel Abujatzera
Para festejar la recuperación de nuestro canal de Youtube, les presentamos este hermoso video en honor a la Hilulá del Baba Sali, de bendita memoria.
El Baba Sali Hakadosh mantuvo una correspondencia asombrosa con el Rebe de Lubavitch durante los años en que vivía en Marruecos y continuó a su llegada a la Tierra de Israel.
En su carta del 10 de Nisán 5712 (1952) escribió:
“Para el honor al Sagrado de los Sagrados, columna del mundo, luz de Israel y su Torá, que no existió como él, ministro de la Torá y su enseñanza , amado por los Cielos y la tierra, nuestro maestro y nuestro rabino Menajem Mendel de Lubavich.
He aquí a vuestro pequeño servidor Israel, subí de Marruecos a la Tierra de Israel, y la gente aquí no me dieron reposo mi espíritu. Vienen a mí a todas horas del día y de la noche , y me es negado dedicarme a H’ tal como me ocupaba, noches y días que no anule mi dedicación a la Torá ni un solo momento. Y ahora en mi alma la pregunta es si podría ir a Ud. a EEUU, para vivir a su lado cerca suyo, y esconderme de los ojos de las personas.
Acepto sobre mí que todo lo que me indique mi maestro el rabino haré, porque usted es la columna-el sostén del mundo, y así declararon de Ud. en los Cielos”
La respuesta del Rabi al Baba Sali fue la siguiente:
“Al Rabino Genio, el Rabino y Jasid, hijo de sagrados de las alturas, rama del árbol de los patriarcas, que dirige su congregación con rectitud, hombre de Torá y de padres con genealogía excelsa, etc. etc. Nuestro maestro rabino Rabi Israel, shlita (que viva buenos y muchos días):
Por cuanto que Hashem Bendito Sea, le dio el mérito al honorable y grandioso sabio, ser una persona pública y conductor de Israel, que cientos de miles escuchan su voz, así también es seguro que le dio las fuerzas…
Por estar el honorable y grandioso sabio shlita en los lugares en los que se encuentran nuestros hermanos los sefaraditas shelita, que están sedientos de la palabra de Hashem y desean fervientemente recibir instrucciones acerca del servicio a Hashem, y recibir el yugo del Reino de los Cielos y el yugo de la Torá y sus preceptos, esta es su tarea, su deber y su mérito.
Un mérito tremendo y grande cayó en la parcela del honorable y excelso sabio shlita, que use sus talentos y virtudes con que lo agració H’ Bendito Sea, y los tesoros de reyes que le fueron transmitidos por sus padres sagrados generación tras generación.
Con honor, reconocimiento y admiración”