Es costumbre contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov todos los Motzaei Shabat, la salida del Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañar a la novia (el Shabat).
Una segulá para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de ellos, para una vida buena y larga y para salud
LA SUCÁ DESCALIFICADA
Una vez el Baal Shem Tov construyó una sucá que estaba llena de cuestionamientos halájicos, y los grandes rabinos de Mezhibuzh se inclinaron por descalificarla. El Baal Shem Tov discutió con ellos para mostrar que era cahser, pero fue en vano. El Baal Shem Tov apoyó su cabeza por su mano, y una nota descendió del cielo:
“La sucá de Rabi Israel es csherá“. La nota llevaba la firma del ángel Mat”t.
El Rebe de Lubavitch explica:
El Baal Shem Tov se construyó una sucá, cuyo cashrut debería ser cuestionado, ya que él era la “cabeza” de todo el pueblo, incluso de todos los judíos que estaban en el rango de “cortar tu leña y sacar tu agua”, los judíos más simples, por ese motivo construyó una sucá que no estaba de acuerdo con su verdadero rango, para que ellos también disfruten de las influencias Divinas y la radiación de la luz infinita de la sucá en forma plena y para “elevar” también sus sucot.
Y con esto reveló el Baal Shem Tov y enseñó una lección importante a los grandes rabinos de la ciudad de Mezhibuzh:
Un verdadero líder es aquel que está dispuesto a dejar de lado la perfección de su mitzvá, si sabe que con esto ayudará a otro judío.
¡Incluso si es de los simples del pueblo!