Cada meditación una lección de Jasidut y Lashón Hakodesh
“La Tierra es muy muy buena”. [Bamidbar/Números 14:7]
“טוֹבָה הָאָרֶץ מְאֹד מְאֹד”
“Tová haaretz meod meod”
En los libros de Jasidut está explicado que para sentir cómo “la tierra es muy muy buena”, hay que cumplir lo que se dice en Pirkei Avot “sé muy, muy humilde”, la cualidad de shiflut, שפלות, bajo de espíritu o humilde.
Los diez espías vieron el lado exterior de la tierra, ciudades fortificadas, gigantes, todo extraño y bizarro, “una tierra que se come a sus habitantes”. Pero Ioshúa y Caleb tenían la cualidad de shiflut, la humildad que les da el poder de ser receptivos a ver el interior de las cosas, la visión profunda que permita apreciar que la tierra es buena.
El libro de Zohar declara que los espías tenían miedo de perder su trabajo, temían que en la tierra de Israel ya no iban a ser los líderes. En la óptica profunda e interna del jasidut, se puede ver que en realidad hay algo de esto, un justo que viene a la Tierra de Israel pierde en cierta medida algunos de los niveles anteriores que había logrado en el exterior, y esta es la interpretación interior del versículo “Una tierra que se come a sus habitantes“. Efectivamente no es sencillo hacer aliá, trasladarse a la tierra de Israel, e incluso parece ser un descenso… pero Ioshúa y Caleb que eran de espíritu humilde hicieron estos razonamientos: Si es la voluntad de Dios, no tenemos ningún problema de perder todos los niveles que teníamos y convertirnos en personas comunes en Israel, lo que parece un descenso en realidad es la mayor elevación. Por lo tanto, están libres de todo interés personal y pueden ver cuán buena es realmente la tierra de Israel.
[Lecciones de Sefer Sod HaShem Lehireiav, P