Ekie asher Ekié “seré el que seré”. El primer Ekié es ratzó y en mérito de esta ascensión salimos de Egipto. El segundo Ekié es el shov, regresar, y en mérito de este retorno seremos redimidos ya.
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Rabi Aizik de Homil explica esto como el ratzó vashov, “correr hacia arriba y volver abajo” de la esencia del alma judía. Ustedes los apegados a Hashem vuestro Dios, viven todos ustedes hoy”. [Devarim-Deuteronomio 4:4] Tenemos vitalidad, jaiut, y está escrito que jaiut se relaciona con “hajaiot ratzó vashov camaré habazaq”, “las bestias corren y vuelven como la visión del relámpago”. [Iejezkel 4:4] Para explicarlo más, es como el pulso, el pulso de la vida que va y viene. ¿Y quién es judío? Ese que en cada segundo, en cada pestañear tiene un tremendo ratzó, que no existe nada más que Hashem. Esto es Got ez altz, “Hashem es todo”. El significado es que Hashem es todo lo que existe, no hay algo más que Hashem, nada, ni todo lo que veo, e incluso yo mismo, nada, solo Hashem.
Pero no hay que permanecer allí, porque quien se queda allí aunque sea una milésima de segundo demás, es como Nadav veAvihú sobre los cuales hablamos, ratzó sin shov, una ascensión sin retorno, entonces se queda arriba y se anula y se va de este mundo y esto no es lo que desea Hashem. Dios quiere como dicen los sabios “’y que vivan con ellas’ y no que mueran con ellas”. [Talmud, Iomá 85, sobre Levítico 18:5] Por eso hay que retornar inmediatamente a la conciencia opuesta, como si fuera lo mismo pero la otra cara de la moneda que altz ez Got, “todo es Hashem”, como si ahora existe la mesa, y yo existo, pero todo es Hashem.