EL SECRETO DE LA VACA ROJA

La vaca roja purifica lo impuro y lo puro lo hace impuro (como a la persona que rocía las cenizas). Este es el profundo secreto acerca del cual el más sabio de todos los hombres dijo en Cohelet-Eclesiastés: “Dije seré sabio y está lejos de mí”.

El Baal Shem Tov explica: Es un asunto de altivez. La inclinación al mal te dice: “No eres digno de realizar esta gran mitzvá o acción”. Por lo tanto, la persona debe elevar su corazón en el camino de Di-s… y decir: ‘El mundo depende de mí’. Y así, con esta elevación se purificará y se acercará a Di-s al realizar la acción, ya sea de estudio de Torá u oración o una mitzvá”.

En otras palabras, la impureza de la muerte es un estado de cesación e inacción, cuando una persona está floja y apática. Ella presentará varias excusas: ¿Quién soy yo y qué soy yo para hacer esto? Aquí es donde se necesita la altivez, esa ambición positiva y confianza en uno mismo que te lleva a decir ¡Por supuesto que lo haré, puedo rectificar todo el mundo! Esta es la vaca roja, la esencia de la vida vibrante, que purifica lo impuro.

Pero ese mismo sentimiento puede hacer impuro al puro, como el Baal Shem Tov continúa: “Y luego, en el momento en que está realizando la acción… debe protegerse contra cualquier atisbo de altivez. Debe disminuirse ante Di-s y ante todos. Y esta es la pequeñez en santidad: que no pensará que es más grande que sus amigos porque ve que no están llevando a cabo la acción que él está realizando… porque entonces la altivez hace impuro a lo puro, Di-s lo prohíba”. En otras palabras, después de que una persona ha realizado una buena acción, debe eliminar todos los sentimientos de superioridad y estar estrictamente en un lugar de humildad y pequeñez. Si no lo hace, es probable que caiga en el orgullo y la suficiencia, lo que corromperá toda la mitzvá. Hace lo puro, impuro.

Hay tzadikim que no descansan ni por un segundo, están constantemente luchando por más. Están en un constante estado anímico de “Y su alma fue excelsa en los senderos de Di-s”, la confianza en sí mismos para levantarse y actuar. Pero la humildad está con ellos todo el tiempo, porque ni siquiera tienen un momento de presunción y están seguros de que “aún no he hecho nada”…

[Del libro del Rabino Ginsburgh, Hameimad Hapnimi, La Dimensión Interior]

Meditación diaria del Rabino Itzjak Ginsburgh

39. Jukat – El Decreto

Martes 6 de Tamuz 5778 – 19 de junio 2018

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