Todos los comentarios de la Torá intentan explicar qué es exactamente lo que tomó Koraj.
Los gramáticos explican que la raíz de tres letras de “él tomó” (לקח) también significa morir, como en el versículo, “Porque Dios lo tomó”, ki lakaj otó Elokim (כִּי לָקַח אֹתוֹ אֱ-לֹהִים). A partir de esta definición, podemos explicar que Koraj se llevó a sí mismo hacia la muerte. Koraj tuvo pensamientos suicidas. Consciente o inconscientemente, buscaba la muerte y la encontró.
Los cabalistas nos dicen que la raíz del alma de Koraj venía de Caín. La raíz del alma de Moshé venía de Hevel. El conflicto que Koraj desencadenó con Moshé era un eco de los celos de Caín por Hevel. Esta vez, sin embargo, el conflicto terminó de manera diferente. En lugar de que la tierra se abriera para cubrir la sangre de Hevel, esta vez abrió su boca y engulló a Koraj-Caín y sus compañeros instigadores.
Caín también tenía una propensión a la depresión, como vemos en las palabras de Dios hacia él: “¿Por qué estás enojado? ¿Y por qué ha decaído tu semblante?” La depresión comienza cuando uno se siente insatisfecho con lo que tiene y se ahonda si se instalan los celos sobre lo que otros tienen. Así es exactamente como Caín se sintió hacia Abel y como Koraj se sintió hacia Moisés. La falta de satisfacción con su vida acabó llevando a Koraj a la depresión e incluso a pensamientos suicidas.
A diferencia de Koraj, sobre Moisés dice: “Moisés se regocijará en el regalo de su porción”. Asimismo, el Zohar sobre la parashat Kóraj comienza:
“‘[El temor de Dios es…] más deseable que el oro y el oro fino y más dulce que la miel y los panales de miel.’” Cuán elevadas son las palabras de la Torá, cuán queridas son, deseables Arriba, deseables para todos”.
Koraj era un hombre extremadamente rico. Tenía tanto joyas como oro fino. También tenía facilidad para la palabra, de su lengua manaba miel y panales de miel. Sin embargo, nunca estaba contento, nunca podía estar satisfecho. Si una persona no está satisfecha con lo que tiene nunca estará saciada. Pero Moshé era todo lo contrario, estaba contento con su porción. Era el más preciado y el más dulce porque tenía la Torá como algo muy querido. Al final de cuentas es mejor optar por seguir el ejemplo de Moshé.
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JASIDUT
UNIVERSIDAD DE LA TORÁ
Política – Ciencias Sociales