BENDICIENDO AL PUEBLO JUDÍO

Uno de los puntos centrales en la porción de la Torá Nasó es la Bendición Sacerdotal, “Dios te bendiga y te cuide. Dios haga brillar Su rostro hacia ti y te agracie. Dios eleve Su rostro hacia ti y te conceda paz”. El verso que sigue a estos tres es “Y ellos pondrán Mi Nombre sobre los Hijos de Israel y Yo los bendeciré”. Rashi explica que el significado de este verso adicional es “Yo los bendeciré –es decir a la nación de Israel- y consentiré con los cohanim (los sacerdotes). Otro significado es “Yo bendeciré a los cohanim”. Estas dos interpretaciones que menciona Rashi aparecen en el talmud como dos opiniones diferentes: 

Rabi Ishmael dice: “Hemos estudiado que el pueblo judío es bendecido por los cohanim, pero no hemos aprendido que hay una bendición para los cohanim mismos. Pero cuando el verso dice “Yo los bendeciré”, significa que los cohanim bendicen al pueblo judío y Dios bendice a los cohanim. 

Rabi Akiva dice: “Hemos estudiado que el pueblo judío es bendecido por los cohanim, pero no hemos aprendido que ellos [el pueblo judío] son bendecidos por Dios Mismo. Pero, cuando el verso dice “Y Yo los bendeciré” es decir que los cohanim bendicen a la nación de Israel y Dios asiente con su bendición (Jilín, 49a).

Aunque en el Talmud, la opinión de Rabi Ishma’el se menciona primero, Rashi en su comentario menciona primero la opinión de Rabí Akiva, que las palabras, “Y Yo los bendeciré” se refieren al pueblo judío. Podemos aprender de esto que Rashi considera esta opinión como la interpretación más literal, más que la de Rabi Ishmael, que Rashi cita en segundo lugar. 

Sin embargo, el Zohar enfatiza la opinión que “Y Yo los bendeciré” se refiere a los cohanim (en el Zohar esta interpretación es expresada en nombre de Rabi Iehuda, no de Rabi Ishmael), implicando que esta es una interpretación más mística del verso. De hecho, esta explicación está aludida por la igualdad numérica entre las palabras “Y Yo los bendeciré” y la frase que se repite a menudo “Aarón y sus hijos” ¡que por supuesto son los cohanim! 

En el Talmud, se hace la pregunta, ¿dónde aprendemos que los cohanim son también bendecidos? Y la respuesta que se da es que la aprendemos de la promesa que Dios le da a Abraham que: “Yo bendeciré a aquellos que te bendigan”, significa que quien quiera bendiga a un judío será bendecido también. El Talmud entonces pregunta más aun: ¿si es así, entonces cuando Rabí Ishmael explica que Dios bendice a los cohanim, ¿qué está agregando? Y la respuesta es que esta frase se aplica a los cohanim en el mismo contexto que a la nación de Israel, de tal manera que serán bendecidos junto con ellos. Entonces, todos coinciden en que los cohanim reciben una bendición, pero Rabi Ishmael agrega que esto no es meramente en virtud de haber bendecido al pueblo judío (y entonces se aplica la promesa de Dios que bendecirá a quien bendiga al pueblo judío), sino que ellos reciben también su bendición propia de Dios. 

Para la segunda interpretación se da una explicación similar, en referencia a la bendición con la cual Dios bendice a la nación judía. De acuerdo con Rabi Ishmael esta es la explicación literal del verso, entonces no es necesario decirla, porque si Dios ordena a los cohanim bendecir al pueblo de Israel, entonces es obvio que Él está de acuerdo con la bendición y bendice a la nación judía. Pero Rabi Akiva asume que hay una bendición adicional y que el verso “Y pondrán Mi Nombre sobre los Hijos de Israel”, se refiere a la bendición que los cohanim le dan a la nación judía, mientras que “Y Yo los bendeciré”, significa que Dios agregará más bendición aún. 

Una Bendición a los Cohanim de Bendecir a los Judíos 

Para poder ver cómo estas dos interpretaciones se complementan entre sí, volvamos a la declaración de Rabi ishmael en el Talmud, que en el Zohar aparece como la opinión de Rabi Iehuda: “Y Yo los bendeciré” se refiere a los cohanim. Si analizamos este agregado especial, es claro que esta bendición no es sólo para beneficio de los cohanim sino para agregar más bendición aun al pueblo judío. La tarea de los cohanim, los hijos de Aharón quien “ama la paz y persigue la paz”, es traer bendición y paz sobre la nación Judía, tanto como mensajeros de Dios y como enviados de la nación. Así, podemos razonablemente explicar que junto con su bendición al pueblo judío hay un mezclado un interés egoísta en traer bendición sobre ellos mismos. 

Todo el punto de la bendición de los cohanim es “bendecir a Su pueblo de Israel con amor”. Esta idea está especialmente enfatizada en el Zohar, que declara inmediatamente después de esta explicación “Todo cohen que no es amado por el pueblo, no debe bendecirlos”. Para ilustrar esto, sigue una anécdota, que cuenta acerca de un cohen que “no bendijo con amor” y fue castigado severamente por hacer eso. Por cierto, esta es también la regla legal. 

Esta explicación de la bendición adicional “Y Yo los bendeciré”, entonces viene a enseñarnos que la bendición que reciben los cohanim para bendecir a la nación judía es de un origen mucho más elevado que la que cualquier otra persona recibe como resultado de bendecir a un judío, porque ellos reciben su bendición de Dios en el contexto del pueblo judío entero, aumentando así enormemente el impacto de la bendición. 

Bendición Incondicional y una Bendición Extra de los Justos 

Explicando esto más en profundidad, podemos observar que hay dos niveles de bendición dentro de la Bendición Sacerdotal: 

El primer nivel es una bendición directa de Dios a los judíos que proviene de la frase “Y pondrán Mi Nombre sobre los Hijos de Israel y Yo los bendeciré”. Esta bendición es especial porque no depende de los actos de la nación judía. Como explica el Rebe de Lubavitch, la bendición de los cohanim tiene una ventaja sobre todas las demás bendiciones que aparecen en la porción Bejukotai de la Torá (tal como “Te daré la lluvia… Te daré paz… Te daré Mi morada…etc.”), porque todas tienen la condición de que “Si se conducirán en Mis estatutos”. Pero la bendición de los cohanim es absolutamente incondicional. De hecho, además de que la Bendición Sacerdotal no es afectada por el nivel espiritual de los cohanim que ofrecen la bendición, tampoco requiere que tengan ninguna intención especial. Incluso a los cohanim pecadores se les permite bendecir al pueblo (excepto bajo determinadas circunstancias). Como explica Maimónides (Leyes de la plegaria y la imposición de manos, 106): 

“Incluso si él [el cohen] no es un sabio y no es meticuloso en su observancia de las mitzvot, o incluso si la gente tiene quejas, o incluso si su historia comercial no es limpia, todavía puede elevar sus manos [bendiciendo] y no se le impedirá de hacerlo. Porque este es un precepto positivo para cada cohen, que está destinado a él para que eleve sus manos… Tampoco puedes alegar ‘¿para qué sirve una bendición de este simplón?’ porque recibir la bendición no depende de los cohanim, sino de Dios, como está dicho: ‘Y pondrán Mi Nombre sobre los Hijos de Israel y Yo los bendeciré.’ Los cohanim hacen como les fue ordenado por Dios en Su compasión de bendecir al pueblo judío como a Él le plazca.” 

Así, el primer nivel de bendición que encontramos en la Bendición Sacerdotal depende sólo de Dios, e independientemente de aquellos que bendicen (los cohanim) y los que son bendecidos (el pueblo judío). 

Pero por encima y más allá de este primer nivel de bendición yace un segundo nivel, que depende de los cohanim, que actúan en este caso no sólo porque Dios les ordena que bendigan al pueblo, sino por la buena voluntad de asumir el rol de cabezas emblemáticas del pueblo de Israel. Este mismo rol es asumido por los justos, los tzadikim, a través de quienes se transmite la bendición a la nación judía. Los tzadikim son como un canal puro a través del cual fluye la bendición. Aparentemente, Rabí Ishmael y Rabí Iehudá (quien interpreta las palabras “Y Yo los bendeciré” como que Dios bendice a los cohanim mismos) se referían a este segundo nivel de bendición que fluye a través de los cohanim. A este nivel, la bendición aumenta en proporción al nivel espiritual del cohen que confiere la bendición. Cuanto más cercano está el cohen al nivel de Aharón, que ama la paz y persigue la paz, más bendición de abundancia fluirá a través suyo. Entonces, podemos interpretar las palabras de Rabí Ishmael en el Talmud, que de hecho la bendición que los cohanim reciben de Dios es en aras del pueblo judío, o sea que los cohanim son bendecidos desde una fuente superior para traer más bendición al pueblo judío. 

La diferencia entre los dos niveles de bendición está aludida en la diferencia entre las dos referencias a Dios, “Mi Nombre” y “Yo” que se encuentran en el verso “Y ellos pondrán Mi Nombre sobre los Hijos de Israel y Yo los bendeciré”. “Mi Nombre” es el nivel al cual pertenece todo el pueblo de Israel, porque Dios nos llama por Su Nombre, mientras que “Yo” es el nivel que está por encima de “Mi Nombre” e indica la esencia de Dios, por encima de todo nombre y connotación. La verdad es que incluso este nivel pertenece a todo judío, quien sea y donde sea que esté, porque todos somos hijos de Dios y todos tenemos un alma Divina que es “una parte real de Dios en lo alto”, pero este nivel sólo se manifiesta en los justos, a tal grado que uno puede mirar a un justo y ver realmente la Presencia Divina (como nos enseñan los sabios que la frase “ante el Señor Dios” e refiere a Rabi Shimón bar Iojai). De hecho, la combinación de las letras “Ni Nombre” (שמי , shmi) y “Yo” (אני , aní) forman la palabra נשיאים , “nesiim”, que se refiere a los líderes de Israel mencionados en la Torá inmediatamente a continuación de la bendición sacerdotal.

“Los labios del cohen protegen el conocimiento… porque él es un ángel del Dios de las Huestes.” Cuando tenemos el privilegio de cohanim, quienes están al nivel espiritual de los justos tzadikim, llenos de la gracia y la santidad de los ángeles, entonces ellos reciben sus bendiciones de la fuente suprema de la bendición y nosotros recibimos infinita bendición a través de ellos. Por medio de cohanim como estos, todo el pueblo de Israel recibe gran luz, “Dios brillará Su rostro hacia ti y te dará gracia… y te concederá paz.”

LIBRO BAMIDVAR – EN EL DESIERTO

LA PERASHÁ DE LA SEMANA

BEHALOTJÁ

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