Ayunamos en Iom Kipur. No comemos, no bebemos y también nos abstenemos de otros placeres físicos. Pero Iom Kipur es el “Shabat de todos los Shabats”, y el Shabat es un día de placer. Además Iom Kipur no simplemente otro Shabat, al ser el “Shabat de todos los Shabbats” es el placer de todos los placeres, el mayor placer de todos. ¿Cómo puede ser que un día designado para abstenerse de los placeres físicos sea también el mayor placer de todos?
En Salmos está escrito “para darles vida con hambre”. Hay un cierto tipo de hambre que nos anima, nos revive. Por lo general, una persona hambrienta tiene poca vitalidad, pero en Iom Kipur, tal como dice el verso estamos animados por el hambre. De hecho, recibimos vitalidad del ayuno. Ayunamos y sentimos alegría y el placer de todos los placeres por no comer.
Los grandes tzadikim dijeron que incluso si no se nos ordenaba ayunar en estos dos días, no comeríamos. En Tisha BeAv ¿quién puede comer? ¿Quién puede comer mientras el Templo Sagrado está siendo destruido? ¿Quién puede comer cuando el pueblo de Israel está siendo destruido?
Hay dos días al año en los que ayunamos durante más de 24 horas, desde el atardecer hasta el anochecer del día siguiente. Esos días son el 9 de Av, por fue destruido el Templo de Ierushalaim, y Yom Kipur.
En Iom Kipur ¿quién necesita comer? Cuando hay un día tan sagrado, con tanta luz, cuando nos comparan con los ángeles, cuando vestimos de blanco y rezamos cinco oraciones diferentes, ¿quién necesita comer? La comida es superflua. Iom Kipur es un día totalmente espiritual. Es todo Divinidad.
Que podamos merecer un Iom Kipur como este, y luego, por el resto del año, podamos aferrarnos a Dios, que venga el Mashíaj y la redención verdadera y completa.