Partzuf LOS CUATRO DIRECTIVOS DEL TABERNÁCULO

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UN BUEN ADMINISTRADOR

La Torá, también conocida como el Pentateuco, son los cinco primeros libros de la Biblia hebrea: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Dentro de la tradición judía, la Torá se divide en porciones semanales llamadas “parashot” para su lectura en la sinagoga. Pekudei es la undécima y última parashá en el libro de Éxodo. Detalla la finalización de la construcción del Tabernáculo (Mishkan), el santuario móvil que los israelitas construyeron en el desierto. En el texto se enumeran detalladamente las cuentas de los materiales utilizados y se describe el montaje final del Tabernáculo.

Parashat Pekudei significa literalmente “contabilidad”. Se ocupa de la contabilidad de las diversas cantidades de materiales que se donaron para la construcción del Tabernáculo y cómo se utilizaron esos materiales. Aunque hubo 13 categorías de materiales que fueron donados, la Torá se centra en la plata. Esto es sorprendente, ya que podríamos haber esperado que el oro, que es mucho más precioso que la plata, fuera el centro de atención de la contabilidad. Aunque se menciona la cantidad de oro donado, es la plata la que se contabiliza en su totalidad. Volveremos a la cuestión de por qué el oro no fue el asunto central en nuestro segundo artículo sobre la parashá.

Sobre Moisés, Di-s mismo atestigua que es digno de confianza, “en toda Mi casa, él es íntegro”.[1] Por tanto, no es de extrañar que cuando Moisés va a contabilizar la cantidad de plata recibida y rendir cuentas de su uso, lleve consigo, como todo responsable contable, a otra persona, para que nadie sospechara que hubiera tomado algo de toda la plata. Era su motivación para hacerlo. De hecho, más tarde en la parashat Kóraj, Moisés fue sospechoso de haber estado con una mujer casada, algo realmente increíble.

De él que aprendemos que si se te requiere una auditoría de los objetos de valor, debe aprender de Moisés. No te digas a ti mismo todo el mundo confía en mí, asegúrate de que hay alguien más que auditará contigo. Este es un principio importante para cualquier contable o cualquier persona que sea responsable de la hacienda pública. El propio Moisés eligió que Itamar, el hijo de su hermano Aharón, contara la plata con él.

Los comentaristas dicen que a pesar de que Nadav y Avihu todavía estaban vivos en este momento, Moisés a través de su Ruaj HaKodesh (inspiración de santidad) se percató de que no sobrevivirían por mucho tiempo. Por lo tanto, solo hay cuatro individuos que serían responsables de manejar los asuntos del Tabernáculo: Moisés junto con Aharón y los otros dos hijos de Aarón, Itamar y Elazar.

Otro significado de la palabra “Pekudei” se relaciona con la administración. Un pakid es alguien a quien se le han asignado tareas administrativas. A Itamar se le confió la administración del trabajo de las dos familias levitas de Guershón y Merari, que cargaban la mayor parte del peso del Tabernáculo – las paredes de madera y los tapices – cuando los israelitas viajaban por el desierto.

Esto incluía también todo lo que tenía que ver con el desmontaje del Tabernáculo y su preparación para el viaje. El otro hijo de Aarón, Elazar no se menciona aquí, pero era el administrador de la familia Kehat de levitas que eran responsables de transportar los recipientes sagrados en el Tabernáculo.

En total, entonces, hay 4 personas a las que se les confió el funcionamiento adecuado del Tabernáculo: Moisés, Aharón, Elazar e Itamar. Podemos establecer una correspondencia con las cuatro letras del Nombre esencial de Di-s, Havaia, de la siguiente manera. Moshé y Aharón corresponden a iud y a hei, sabiduría y entendimiento – los dos compañeros que nunca se separan y que representan, “las cosas ocultas son para Havaia nuestro Di-s”. Moisés fue sacado del agua, que representa la sabiduría. El nombre de Aharón (אַהֲרֹן) es similar a “embarazo”, heraión (הֵרָיוֹן), y por lo tanto corresponde a la segunda letra hei y al principio Madre.

Elazar e Itamar son la vav y la hei, que representan, “y lo revelado es para nosotros y nuestros hijos”. De paso, observemos que al considerar a los cuatro hijos de Aharón, antes de su muerte, Nadav y Avihu eran los “ocultos”, en relación con sus hermanos, Elazar e Itamar que eran los” revelados”.[2]

Letra de HavaiaPersonaje  
iudMoisésLo oculto  י
heiAharónה
vavElazarLo revelado  ו
heiItamarה

Elazar hace descender la luz de Moshé y Aharón a las emociones del corazón, y el nombre Elazar significa que el “Kel ayuda”. La ayuda que Di-s le presta aquí es descrita por los sabios como: “Si Él [Di-s] no ayudara, la persona no sería capaz de superar [su inclinación al mal]”. Esta es la ayuda que Di-s da al corazón en la batalla contra la inclinación al mal. Para que el corazón venza, debe haber una iluminación especial desde arriba del Nombre Kel (אֵ-ל), que el Zohar describe como “una luz desde la sabiduría”[3] (אֵ-ל: דָּא נְהִירוּ דְּחָכְמְתָא). Esto ocurre en el Mundo de la Formación, la vav de Havaia.

¿Cuál es entonces la conexión entre Itamar y la hei final de Havaia? El nombre Itamar (אִיתָמָר) se escribe de manera idéntica a la palabra aramea que significa “ya se ha dicho”, itmar (אִיתְּמַר) y, por supuesto, el habla y las palabras son literalmente la sefirá de reinado (maljut), la hei final de Havaia.

Dada esta correspondencia, el primer verso de la parashat Pekudei, que dice: “por Moisés, bajo la dirección de Itamar el hijo de Aharón el Cohen” describe la relación entre sabiduría (Moisés) y reinado (Itamar). Esta relación se refiere más a menudo con la frase: “El padre es el fundamento de la hija”, aba iasad brata (אַבָּא יָסַד בְּרָתָּא) o “Havaia con sabiduría fundó la tierra”, Havaia beJojmá iasad aretz (הו’ בְּחָכְמָה יָסַד אָרֶץ). Esto sugiere que para hacer una auténtica contabilidad, uno necesita tanto sabiduría como reinado. Las matemáticas corresponden a sabiduría, a diferencia de las ciencias naturales, que corresponden a entendimiento.[4] Este es un principio central en nuestras enseñanzas.

Pero para llevar a cabo una auténtica contabilidad, que en la Torá se llama “una contabilidad justa”, jeshbón tzedek (חֶשְׁבּוֹן צֶדֶק), debe incluir a reinado, descrito como “la justicia es un reino de santidad”, tzedek maljuta kadisha (צֶדֶק מַלְכוּתָא קַדִּישָׁא). La contabilidad no es algo que hacemos solo con respecto al dinero o los materiales. También se refiere a la contabilidad que cada individuo debe llevar a cabo con respecto a sus acciones y comportamiento. Y cuando llevamos a cabo ese tipo de rendición de cuentas, también necesitamos tener presentes tanto a Moisés como a Itamar en nuestra alma – “por Moisés en la dirección, (por mano), de Itamar”.

Al mirar más cuidadosamente este versículo, vemos que el valor de las palabras “por Moisés… por mano de Itamar”, al pi Moshé beiad Itamar (אַל פִּי מֹשֶׁה בְּיַד אִיתָמָר) es 1202, el mismo que el valor de las tres primeras palabras de la Creación, “En el principio Di-s creó”, Bereshit Bará Elokim (בְּרֵאשִׁית בָּרָא אֱ-לֹהִים), enseñándonos que Di-s también, cuando creó el mundo, lo hizo con una contabilidad justa y actuó con fe. Esto refleja la conocida enseñanza de que el Tabernáculo fue construido de una manera que es paralela a todas las Obras de la Creación.

(basado en una clase dada el 25 de Adar, 5773)


[1] Números 12:7.

[2] La suma de los nombres de los cuatro hijos de Aharón “Nadav Avihu Elezar Itamar” (נָדָב אָבִיהוּ אֶלְעָזָר אִיתָמָר) es 1040, o 2 veces 520. La suma de “Moisés Aharón Elazar Itamar” (מֹשֶׁה אַהֲרֹן אֶלְעָזָר אִיתָמָר) es 1560, o 3 veces 520. 1040 es 40 veces Havaia, o 26, y 1560 es 60 veces Havaia. Por lo tanto, 1560 es un año y medio multiplicado por 1040, o como es conocido en Cabalá, es “un entero y medio” por 1040.

[3] Zohar 3:65a. Véase también Ibíd. 3:31a.

[4] Véase en detalle en nuestro artículo, “La Academia de la Torá”.

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