PARTZUF QUÉ SON LAS MEDIDAS

LA IMPORTANCIA DE LAS MEDIDAS

En los tiempos modernos la gente tiende a asociar la Divinidad con la espiritualidad y no tanto con la materialidad. De hecho, al considerar lo espiritual frente a lo material, parecería que lo espiritual, por ser más difícil de captar y definir, representaría mejor la naturaleza inefable e inaprehensible de Di-s.

Sin embargo, en realidad Di-s no es más espiritual que material y ambas dimensiones de la realidad Le sirven por igual, y ambas se quedan igualmente cortas a la hora de captar Su esencia. Por eso, no debería sorprender que la primera instrucción relativa a la construcción del Tabernáculo, el Mishkán, donde “Yo moraré en medio de ellos”[1] sea: “Harán un arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio de alto”.[2] 

El impulso del corazón para traer ofrendas para la construcción del Tabernáculo se traduce inmediatamente en medidas físicas, instrucciones que convertirán los trozos de madera en partes santificadas de la morada de Di-s aquí abajo.

Pero no todo puede transformarse en una parte del Tabernáculo. La parashá Terumá comienza el relato de la construcción del Tabernáculo que los israelitas construyeron en el desierto. La descripción del Tabernáculo, sus utensilios, sus vestimentas y sus accesorios continúa en la parashá Tetzavé, mientras que el relato de su construcción propiamente dicha aparece en las parashiot Vaiakhel y Pekudei.

Entre estos dos conjuntos de parashiot se encuentra la parashá Ki Tisá, que incluye la descripción de la construcción del Becerro de Oro, el ídolo que el pueblo fue seducido a construir y que sirve como un contrapunto abominable a la santidad del Tabernáculo. Irónicamente, el Tabernáculo contenía muchos elementos que podrían haberse malinterpretado como tan abominables como el Becerro de Oro, de no haber sido porque su fabricación fue ordenada directamente por Di-s.

Viene a la mente otro aspecto más. El Tabernáculo y todas sus partes y elementos fueron perfectamente descritos y medidos. El becerro de oro, en cambio, fue simplemente “ensamblado”, sin ningún diseño ni planificación: “Lo arrojé al fuego y salió este becerro”.[3]

De hecho, cuando Rabi Moisés Cordovero, el más grande cabalista anterior al Arizal, a quien el Arizal consideraba su maestro, inicia su gran obra Shiur Komá sobre las partes más difíciles del Zohar que parecen estar llenas de antropomorfismo, primero se dispone a aclarar la naturaleza de la palabra hebrea que suele traducirse a menudo como “medidas” o “atributos”.

Como veremos, lo hace porque aunque las medidas suelen referirse a objetos físicos, su versión hebrea es una escalera que puede elevar nuestra mente y abrirla al pensamiento abstracto. ¡Despojar a algo de su materialidad se logra mediante la abstracción interior del propio objeto! ¡La abstracción de la materialidad se logra considerando su abstracción interior! Consideramos la idea o la palabra cuidadosamente, recopilando todos sus significados – los significados de una palabra se conocen como su “tikún” en la antigua obra llamada Ma’aian HaJojmá (El Manantial de la Sabiduría). Una vez que se ha articulado el tikún completo de una palabra, se puede empezar, por así decirlo, a jugar con ella tal como Di-s juega durante la Creación del mundo.

Se puede tomar una palabra y recombinar sus letras en un orden diferente. Por ejemplo, se puede tomar la palabra que significa “aflicción”, tzará (צָרָה) y permutar sus letras para formar la palabra que significa “ventana/abertura”, tzohar (צֹהַר). De este modo has transformado la fuente de una aflicción en una puerta abierta.

Así que el primer paso es entender los múltiples significados de una palabra. Rabi Moisés Cordovero escribe que para entender correctamente la naturaleza de las sefirot uno debe entender primero el significado de la palabra “medida”, midá (מִדָּה), en todas sus variantes, porque esta palabra se usa muy a menudo como sinónimo de sefirá:

Medidas, midot (מִדּוֹת). Esta palabra es un término comúnmente aceptado entre todos los cabalistas, tanto antiguos como posteriores, para referirse a las formas sagradas [es decir, las sefirot] que contiene. Y dado que se trata de esto, es apropiado explorar de cuántas maneras puede derivarse esta palabra, y a qué intención podemos atribuir cada uno de estos significados.

Debes saber que esta palabra se puede utilizar de cuatro maneras:

El primer significado es en el sentido de “medir”, como está escrito, “Y en su mano un cordel de medir”[4] (וּבְיָדוֹ חֶבֶל מִדָּה) y “Medirás dos mil codos fuera de la ciudad”[5] (וּמַדֹּתֶם מִחוּץ לָעִיר אֶת־פְּאַת קֵדְמָה אַלְפַּיִם בָּאַמָּה).

El segundo significado es en el sentido de “vestimenta”, como en “… vestía una prenda hecha a medida”[6] (וְלָבַשׁ… מִדּוֹ בַד). Algunos comentaristas explican que desciende según sus medidas, por debajo de sus vestimentas.

El tercer significado es en el sentido de “área”, como está escrito, “Se tendió sobre el niño tres veces”[7] (וַיִּתְמֹדֵד עַל הַיֶּלֶד שָׁלֹשׁ פְּעָמִים), es decir, se echó encima de él.

El cuarto significado se refiere a los rasgos de los hombres: el rasgo de la ira, el rasgo de la misericordia, etc.

Consideremos ahora estos cuatro significados de la palabra medida (מִדָּה), elaborémoslos y luego correspondámoslos con las cuatro letras del Nombre esencial de Di-s, Havaia.

El significado más simple es una medida, como una frontera o un límite. Esto se describe en el Zohar como una vara de medir, kav hamidá (קַו הַמִּדָּה), ¡la regla que se usa para medir todo! Este significado es el más físico. Puesto que esta es la esencia de lo que queremos decir cuando afirmamos que la altura de Di-s, por así decirlo, es mensurable, es decir, que Él tiene atributos o medidas, el Ramak comienza con este significado.

Obviamente, esta puede ser una proposición muy problemática. ¿Realmente estamos sugiriendo que uno puede tomar una regla y medir a Di-s? Por supuesto que no, y por eso, si queremos entender el uso que hace la Torá de los antropomorfismos, tenemos que entender completamente lo que significa la palabra “medida”.

El segundo significado de la palabra traducida como “medida” (מִדָּה) es una “vestimenta”. Cuando vas al sastre, el sastre te mide, toma tus medidas y, de acuerdo con ellas, corta la tela y confecciona una prenda. Te cose un uniforme, un traje adecuado. Y así, aquí podemos entender e imaginar la conexión entre la medida y una vestimenta. Como es de conocimiento común, si la prenda no es exactamente de acuerdo a tus medidas y hay “material sobrante”, ello invita a las fuerzas externas (e impuras) a afectarte.

Nuevamente, una prenda que no se ajusta a tus medidas se convierte en un gran problema porque invita a todo tipo de fuerzas malignas que se adhieran a lo que se conoce como “exceso de material”. Por lo tanto, es muy importante que el sastre sea un experto en su profesión, y si no lo es entonces se necesita un experto especialista para reparar lo que ha malogrado. Como se mencionó, esto es a lo que se hace referencia con “medida” (מִדָּה) como “uniforme”, desde la frase “vestimenta a medida”.[8]

El tercer significado de “medida” es acostarse o tenderse sobre (הִשְׁתַּטְּחוּת). Encontramos este significado, utilizado cuando Elíahu el profeta revivifica al hijo de la mujer zerafita: “Se acostó sobre el niño tres veces”[9] (וַיִּתְמֹדֵד עַל־הַיֶּלֶד שָׁלֹשׁ פְּעָמִים).

En hebreo moderno, este verbo significa “ocuparse de algo” (לְהִתְמוֹדֵד), literalmente “medirse con algo o alguien”. Este parece ser un significado completamente diferente y un hablante hebreo moderno podría incluso no reconocer que la fuente de esta palabra es “medir” o que en la Biblia significa acostarse sobre algo.

En cualquier caso, ¿qué hizo el profeta? Puso su rostro sobre el rostro del niño, puso sus manos sobre las manos del niño, sus pies sobre los pies del niño, y así sucesivamente. Lo “vistió” figuradamente, tal como nuestro sastre debe hacer el uniforme de acuerdo con las medidas, y como se mencionó, todo comienza tomando medidas. Y entonces, aquí, el profeta Elíahu está midiendo al niño, por así decirlo, y se cierne sobre él. Es decir, estaba alineando con su cuerpo la imagen de Di-s en el cuerpo del niño, por así decirlo, para que la imagen de Di-s en él se alineara exactamente con la del niño y de esta manera, lo reviviera.

Como se mencionó anteriormente, si tuviera que traducir el versículo “Se cernía sobre el niño” a otro idioma, no lo traduciría con una palabra que significara “medida”, sino que lo traduciría como “¡Se echó sobre el niño!”

Otro punto sobre este versículo es que “acostarse” es similar a la noción de expansión. Esto es especialmente así en el Templo, donde uno no sólo se inclina ante Di-s, sino que se recuesta boca abajo con las manos extendidas en lo que se conoce como “extender las manos y los pies” (פִּשּׁוּט יָדַיִם וְרַגְלַיִם). ¡Elías también se expandió (toda su longitud) sobre el niño! Y como se mencionó, es más preciso decir que se recostó sobre el niño.

Y entonces, “medida” está relacionada con el concepto de “área”. Cercano a esto está el versículo “su medida es más larga que la tierra”[10] y otro versículo no tan conocido “La cama es demasiado corta para estirarse”[11]. ¡Uno de los modelos más importantes en la Cabalá es el de punto, línea y área! Simplemente medir podría referirse a una regla que se usa para medir una línea. Pero en el versículo que citamos, “extenderse” ya indica ¡un área sobre la que uno se extiende! Extenderse sobre una superficie.

Esta palabra, “se acostó sobre” (וַיִּתְמֹדֵד), aparece solo una vez en la Biblia. Sin embargo, esto no impide que los gramáticos argumenten que el significado original de la palabra “medida” es “acostarse sobre” o “extenderse”. Pero esta palabra también suena como si estuviera relacionada con “siempre”, tamid (תָּמִיד). ¿Cuál es la conexión entre medida y siempre?

Podemos empezar por preguntarnos cuál es la raíz de la palabra “siempre”.[12] Resulta que no es tan sencillo descubrir su raíz. Una teoría que parecería utilizar un razonamiento correcto es que “siempre” (תָּמִיד) proviene de la palabra “medida” en el sentido de expansión. Por lo tanto, “siempre” es una expansión infinita que nunca termina. Y así, la palabra “siempre” proviene de medida y nos recuerda el lenguaje que se encuentra en el Sefer Ietzirá: “Diez sefirot [medidas] que no tienen fin”.

Consideremos una sefirá particular en el mundo de la Emanación; usemos sabiduría como ejemplo. Incluso en el Mundo de la Emanación sabiduría es sabiduría y no es entendimiento, aunque existe una inter inclusión infinita del entendimiento en la sabiduría (y viceversa), es decir, existe el entendimiento de la sabiduría y el entendimiento dentro del entendimiento de la sabiduría y así sucesivamente, sin fin.

Sin embargo, en términos generales la sabiduría no es entendimiento. Por lo tanto, la sabiduría se mide por sí misma. Y, sin embargo, está escrito en el Sefer Ietzirá: “Diez sefirot sin ‘qué’, diez que no tienen fin”. Esto significa que cada sefirá en el mundo de la Emanación, en el mundo de la rectificación es eterna; por lo tanto, cada sefirá es considerada verdadera, algo eterno, que nunca termina. Es verdadera en el sentido de que no engaña; algo que se detiene intermitentemente es engañoso, por ejemplo, un río que no corre todo el año. Cuando está seco se vuelve engañoso, lo contrario a la verdad.

Así pues, como ya hemos explicado, “siempre” es una medida que se expande sin fin. Hay otras teorías correctas sobre la cuestión de cuál es la raíz de “siempre”, pero, la más original es que su raíz es “medida” (מדה) en el sentido de acostarse.

El cuarto significado de “medida” se refiere a los rasgos de las personas. Este cuarto significado es especialmente familiar para alguien que estudia Jasidut y piensa utilizando la mentalidad jasídica. Para él este no es el cuarto significado de “medida”, sino más bien el primero: ¡los rasgos del alma, las características del alma! Entre ellas se encuentran el rasgo de la misericordia, el rasgo del juicio, etc. Lo que llamamos “rasgos”, el Rambám lo llama deot, que podría traducirse como “opiniones” o “inclinaciones”.

Resumamos el primer capítulo del Shiur Komá del Ramak: la medida puede significar medida, ropa y uniformes, también puede significar acostarse o estirarse y, por último, la medida puede tener el sentido de una opinión, un rasgo mental, rasgos del alma.

Los rasgos no tienen por qué ser sólo los seis rasgos emocionales del corazón; se aplican a las diez sefirot, lo que significa que ¡cada sefirá es un rasgo!

Esto es lo que el Ramak presenta en el primer capítulo de su obra más importante y más sensible sobre la Cabalá. Hay un dicho que dice que “todo sigue al comienzo”. Además de ser el capítulo más importante en el sentido de que establece el trasfondo, el tono y la dirección de toda la obra, el tema que cubre en este capítulo, o sea cómo entender la palabra “medida” (מִדָּה), la palabra utilizada como sinónimo de las sefirot, y la forma en que la presenta dividiéndola en cuatro significados de la palabra medida, revela cuán importante es para él organizar sus pensamientos basándose en la división cuádruple que es distintiva del Nombre de Cuatro Letras de Di-s. Al crear una correspondencia latente entre su asunto y las cuatro letras del Nombre Esencial de Cuatro Letras de Di-s, está cumpliendo con el pilar de la escritura cabalística de que uno debe “Revelar un palmo, pero ocultar un palmo”.[13]

Después de haber ordenado y explicado los cuatro significados de medida, ahora debe comenzar a explicarlos uno por uno para negarles cualquier interpretación física. Esto es lo que hace en el resto del primer capítulo. Pero para negarles por completo cualquier interpretación física primero necesita reunir los cuatro significados, lo que identificamos anteriormente como el acto de encontrar el tikún (vestimenta) de una palabra.

Ahora bien, resulta muy claro que los cuatro significados de la palabra “medidas” que presenta el Ramak corresponden a las cuatro letras del Nombre esencial de Di-s, Havaia (iud – hei – vav – hei), e incluso se presentan en orden de abajo hacia arriba. Es decir, el primer significado corresponde a la última letra – la hei final – el segundo a la penúltima letra – la vav – y así sucesivamente.

Así, medida, en el sentido de medir (utilizando una regla, por ejemplo, para cuantificar la longitud, el ancho o la altura), corresponde al nivel más físico, es decir, a la hei inferior, que representa la sefirá de reinado y el Mundo de la Acción.

La segunda interpretación de medida, en el sentido de prenda o uniforme, corresponde ciertamente a la letra vav de Havaiá. La letra vav, cuyo valor es 6, representa los seis rasgos emocionales del corazón también llamados las seis direcciones o extremidades, vav Ktzavotו קְצָוֹת). El versículo que cita el Ramak para ilustrar este significado, como vimos antes, es “… vestía una prenda hecha a medida” (וְלָבַשׁ… מִדּוֹ בַד), en él el valor de la palabra traducida como “prenda”, vad (בַד) es 6, dividido en 2 y 4. Asimismo, entre las 6 medidas o atributos del corazón, los 6 rasgos emocionales desde bondad hasta fundamento, hay dos principales – bondad y poder – junto con cuatro rasgos adicionales (belleza, victoria, reconocimiento y fundamento).

Existe otra fuente de apoyo para identificar vestimenta con la letra vav de Havaiá. Esta proviene de otro modelo central que se encuentra en los escritos del Arizal conocido por su acrónimo, שנגל”ה, que significa raíz shoresh (שֹׁרֶשׁ), alma neshamá (נְשָׁמָה), cuerpo guf (גּוּף), prenda levush (לְבוּשׁ) y cámara heijal (הֵיכָל). Los 5 elementos de este modelo corresponden a las cuatro letras de Havaia, incluida la punta de la letra iud. Por lo tanto, la vestimenta corresponde a la letra vav.

La tercera interpretación de la medida -recostarse, extenderse- corresponde a la primera hei de Havaiá, que también representa el partzuf de Imá , el principio madre, como solemos traducir su nombre al español. La conexión más llamativa entre extenderse y el principio madre aparece en la imagen de una madre pájaro que cubre a sus polluelos en su nido. Lo que hizo Eliahu y lo que provocó la vivificación del niño pequeño fue extenderse sobre él.

Lo que hizo Eliahu es similar a la Resurrección de los Muertos. Es interesante que el valor de las palabras “se recostó sobre el niño” (וַיִּתְמֹדֵד עַל הַיֶּלֶד ) es exactamente 613, que no es sólo el número de mandamientos de la Torá sino también el número de órganos y tendones del cuerpo. 613 es el número que quizás represente más que ningún otro al cuerpo humano, la forma que tiene en sí la imagen de Di-s.

Podría resultar sorprendente relacionar la Resurrección de los Muertos con el entendimiento en lugar de la sabiduría, porque la sabiduría es la puerta a través de la cual la revelación infinita de Di-s entra en toda realidad. Pero encontramos que “morirán, pero no en sabiduría”[14]. En la sabiduría, es como ante todo si no hubiera ningún reconocimiento de la muerte. En entendimiento, en el principio madre, existe la posibilidad de la muerte, pero luego también está el remedio de la Resurrección.

Finalmente, llegamos al cuarto significado de medida: un rasgo, un rasgo mental o emocional humano. Se podría pensar que todo lo humano implicaría el mayor grado de personificación o antropomorfismo de lo Divino. Pero según Jasidut, hay en esto la menor personificación, ya que cada alma es una “parte literal de Di-s en lo Alto”. Por lo tanto, no hay una gran distancia, ni brecha, entre la metáfora (rasgos mentales y emocionales humanos) y lo que ello significa (las sefirot Divinas).

Por esta razón Jasidut interpreta el versículo “Desde mi carne vislumbraré a Di-s” como una referencia a rasgos mentales y emocionales perfeccionados, lo que significa que sirven como la mejor metáfora o analogía para contemplar lo Divino. Por el contrario, cuando la analogía o metáfora utilizada es algo físico, ¡entonces hay una fractura entre la analogía o metáfora y lo que significa! Cuando hay una desconexión entre ellas, es muy difícil reconstruir la analogía Divina correctamente a partir de la analogía.

Por eso este versículo, “Desde mi carne vislumbraré a Di-s” se interpreta como refiriéndose no a nuestra carne física, a nuestro cuerpo material, sino a la forma en el cuerpo o a los rasgos mentales y emocionales en el cuerpo y específicamente, a estos rasgos cuando son rasgos perfeccionados; no solo amor, sino específicamente amor a Di-s, no solo temor, sino temor a Di-s, etc.

Este cuarto y último significado de medida corresponde a la letra iud en Havaia, al principio padre y a la sefirá de sabiduría porque no hay muerte, no hay fractura entre la metáfora y lo que ella significa. Esto también lo alude la forma simple, adimensional y puntiforme de la letra iud, que no deja lugar a la fractura. La experiencia interior de sabiduría es la autoanulación. Al contemplar los rasgos mentales y emocionales rectificados (amor a Di-s, temor de Di-s, etc.), alcanzamos un estado de autoanulación, que no permite la personificación ni el antropomorfismo.


[1] Éxodo 25:8

[2] Ibid. v. 10

[3] Ibid. 33:24

[4] Zacarias 2:5

[5] Números 35:5

[6] Levítico 6:3

[7] 1 Reyes 17:20

[8] Levítico 6:3

[9] 1 Reyes 17:20

[10] Job 11:9

[11] Isaías 28:20

[12] Incidentalmente, la primera aparición de esta palabra en el Pentateuco es en nuestra parashá, Éxodo 25:30.

[13] Nedarim 20b

[14] Job 4:21

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