La Providencia Divina en las enseñanzas del Baal ShemTov
(Parte 6)
viene de parte 5
EL PARTZUF DE LAS ENSEÑANZAS SOBRE LA PROVIDENCIA DIVINA PERSONAL
Una de las alusiones importantes con respecto a nuestro año actual, 5785, que está llegando rápidamente a su fin, es que, en su forma hebrea, תשפה, significa “Que este sea un año de Providencia personal” (תְּהֵא שְׁנַת הַשְׁגָּחָה פְּרָטִית). Durante el año pasado, HaRav Ginsburgh ha enseñado repetidamente sobre el tema de la Providencia Divina personal en el pensamiento jasídico. Aquí te traemos la sexta entrega de sus enseñanzas sobre el tema.
Este es el último artículo de la serie sobre las enseñanzas del Baal Shem Tov sobre la Providencia Divina personal.
1 https://galeinai.org/2025/04/04/baal-shem-tov-la-fe-tangible/
2 https://galeinai.org/2025/08/13/providencia-divina-y-ecuanimidad/
3 https://galeinai.org/2025/04/24/providencia-divina/
4https://galeinai.org/2025/08/06/providencia-divina-de-la-mas-grande-a-la-mas-pequena/
5 https://galeinai.org/2025/08/13/providencia-divina-5/
6 https://galeinai.org/2025/08/22/partzuf-providencia-divina-personal-parte-6/
Un Partzuf de la Providencia Divina Personal
En esta serie de artículos sobre la Providencia Divina personal en las enseñanzas del Baal Shem Tov, hemos visto muchos diferentes aspectos del tema. Como es nuestra costumbre, recopilemos ahora todos estos aspectos y ordenémoslos en un partzuf haciendo corresponder cada uno a una de las sefirot. Hacerlo nos proporcionará una revisión rápida, nos ayudará a entender realmente cada aspecto y, una vez que el partzuf esté completo, nos ayudará a memorizarlos. Finalmente, ordenar diferentes elementos o perspectivas en un partzuf es el mejor método para ver la coherencia en un tema.
Rosh Hashaná: El Día de la Providencia Divina
La primera enseñanza que aprendimos enfatizó la dependencia entre la fe pura en Di-s mismo y la fe en la Divina Providencia. Esto, como vimos, es el secreto de la mención profética de buscar “a Havaia su Di-s y David, su rey”, donde buscar a David es similar a tener fe en ver la Providencia Divina personal en la vida. El hecho de que el profeta vincule esto con el rey David, cuyo rasgo de carácter esencial era su humildad, enfatiza que para tener en cuenta la Providencia Divina personal, primero debemos tratar de imitar la humildad del rey David. El rey David es también el maestro de todos los penitentes, de lo cual aprendemos que para ser sensibles al hecho de que todos los juicios de Di-s son demostraciones de compasión, nosotros también necesitamos ser penitentes: ba’alei teshuvá. Todos estos conceptos convergen en el significado y el trabajo espiritual relacionado con Rosh Hashaná.
De hecho, el versículo principal de la Torá que describe la Providencia Divina personal de Di-s es “Una tierra que Havaia tu Di-s cuida, los ojos de Havaiá, tu Di-s, están siempre sobre ella, desde el principio del año hasta el final del año”[1], Eretz asher Havaia Elokeija doresh otá tamid einei Havai Elokeija bá mereshit Hashaná vead ajarit shaná, (אֶרֶץ אֲשֶׁר י־הוה אֱ־לֹהֶיךָ דֹּרֵשׁ אֹתָהּ תָּמִיד עֵינֵי י־הוה אֱ־לֹהֶיךָ בָּהּ מֵרֵשִׁית הַשָּׁנָה וְעַד אַחֲרִית שָׁנָה). La conciencia de la Providencia Divina personal se renueva específicamente en Rosh HaShaná, “desde el comienzo del año”.
A la palabra “principio”, reshit (רֵשִׁית) le falta la letra alef (א), pero debido a eso puede permutar para formar la palabra “Tishrei” (תִּשְׁרֵי). La alef faltante también insinúa el sentimiento de carencia y la humildad que promueve, instrumentos necesarios para fomentar nuestra conciencia de la Providencia Divina personal. Más explícitamente, la carencia que se siente en Rosh Hashaná tiene que ver con el ocultamiento de la luna, ya que Rosh Hashaná es el primer día del mes lunar, como dice el versículo: “Toca el shofar en la luna nueva, cuando esté oculta”,[2] refiriéndose a la luna disminuida (un símbolo de la noción de humildad que es el rasgo de la luna – la sefirá de reinado). El versículo continúa, “nuestra festividad”, y los sabios preguntan: “¿Qué festividad tiene lugar cuando la luna está oculta? Esto es Rosh Hashaná“.[3] Rosh Hashaná es la única festividad que se lleva a cabo el primer día de un mes lunar fortaleciendo su conexión esencial con la humildad y promoviendo así nuestra conciencia de la Providencia Divina personal.
En Rosh Hashaná, el sexto día de la creación, un sueño profundo cayó sobre Adán con el propósito de separar a Eva – el misterio de la separación, sod hanesirá (סוֹד הַנְּסִירָה), parte del cual es el secreto de la construcción de la sefirá de reinado. Este proceso se repite todos los años. El mandamiento especial de Rosh Hashaná es el sonido del shofar para despertarnos de nuestro sueño, similar a una especie de “pellizco” que nos despierta para hacer teshuvá, es decir, para regresar a Di-s. El objetivo final de la teshuvá, – comenzando con la teshuvá de nivel inferior, teshuvá tatáa (תְּשׁוּבָה תַּתָּאָה), impulsada por el temor a la soberanía que conduce a la aceptación del yugo de la soberanía del Cielo – es que nos aferremos a Di-s y busquemos el gobierno de la Casa de David, el secreto de la construcción de la sefirá de reinado en Rosh Hashaná.
Se dice sobre Rosh Hashaná que “la ley del reinado es la ley”. Las dos apariciones de “ley”, dina (דִּינָא), en esta expresión, se refieren a dos formas de juicio, duro e indulgente. En el primer día de Rosh Hashaná, Di-s juzga con más dureza, pero en el segundo es más indulgente. De hecho, la dureza del primer día se transforma en la indulgencia del segundo, o en la metáfora utilizada por los sabios, después de escuchar los toques del shofar, Di-s se levanta de Su asiento de juicio severo, por así decirlo, y se mueve hacia Su asiento de juicio indulgente. La dureza se transforma en compasión, como está dicho: “Elokim [el Nombre de Di-s de juicio severo] asciende con el sonido del shofar, Havaia [el Nombre de Di-s de compasión] con el sonido del shofar”.[4]
Cuando el Santo Bendito sea asciende y se sienta en el trono del juicio, Él asciende en juicio, como está escrito: “Elokim asciende con el toque del shofar”. Pero una vez que el pueblo judío toma el shofar y lo toca, el Santo Bendito sea se levanta del trono del juicio y se sienta en el trono de la misericordia, como está escrito “Elokim asciende con el toque del shofar”, y Él los llena de compasión, teniendo misericordia de ellos, e inmediatamente transforma el atributo de juicio en el atributo de la misericordia.
El servicio de Iom Kipur
Continuando en la misma línea, correspondamos la segunda enseñanza sobre la Providencia Divina personal del Baal Shem Tov, con el servicio de Iom Kipur. El punto más destacado y novedoso de la segunda enseñanza era que la conciencia de la Providencia de Di-s lo lleva a uno a un estado de ecuanimidad[5], hishtavut (הִשְׁתַּוּוּת), y desde allí uno puede alcanzar el servicio conocido como “En todos tus caminos, conóceLe”[6], bejol drajeija daehu (בְּכָל דְּרָכֶיךָ דָּעֵהוּ). Además, uno debe orar para merecer ver la Providencia Divina personal y entender que todo lo que sucede es para su beneficio.
Esto corresponde a nuestro servicio en Iom Kipur. En el día más sagrado del año, alcanzamos el reconocimiento de que todo es Di-s[7], hakol hu Hashem (הַכֹּל הוּא ה’), un reconocimiento que conduce a un estado de ecuanimidad. Iom Kipur es descrito como:
Un día sin comer, sin beber, sin bañarse, sin aplicarse aceites ni ungüentos, sin relaciones maritales, sin zapatos de cuero. Un día para el amor y la amistad, un día para abandonar la envidia y la rivalidad.[8]
Iom Kipur es un día que promueve la ecuanimidad. Los tzadikim dicen que, en Iom Kipur, ¿quién necesita comer? Del mismo modo, las cinco cosas que prohibimos en Iom Kipur, desde esta perspectiva de ecuanimidad, no son aflicciones en absoluto. De hecho, desde un estado de ecuanimidad, el ayuno en Iom Kipur manifiesta las palabras del versículo, ” vitalizarlos a través del hambre”, lo que significa que el hambre en sí agrega vitalidad y placer. Esta vitalidad es, de hecho, el placer del Mundo Venidero, que en nuestra realidad presente se revela a través de la rectificación del pacto – el órgano del placer y la procreación – uno de los temas centrales de Iom Kipur, que termina proporcionándonos la fuerza para alcanzar el servicio de “En todos tus caminos, conoceLe”. Por supuesto, Iom Kipur también es un día completamente dedicado a la oración, el único día en que rezamos cinco oraciones, donde el objetivo final de la oración es ver la Providencia benéfica de Di-s sobre nosotros.
Construir un Partzuf de la Providencia: Corona y Conocimiento
En términos de sefirot, los dos principios principales del Baal Shem Tov con los que comenzamos y que corresponden a Rosh Hashaná y a Iom Kipur, corresponden a corona (keter) y a conocimiento (da’at), que luego se reflejan en fundamento (iesod) y reinado (maljut). Primero, el aspecto más elevado de la corona (conocido como la Cabeza Incognoscible, Radla) es la fe, que luego se refleja en reinado (el significado profundo de “Yo soy el primero [corona] y Yo soy el último [reinado]”.[9] En Rosh Hashaná, este reflejo se expresa a través del trabajo espiritual de coronar a Di-s.
La ecuanimidad llena del placer supremo corresponde al aspecto medio de la corona (la Cabeza de la Nada, Reisha DeAyin, que en Jasidut se conoce como la fuente del placer supremo),[10] que luego se revela en la sefirá de conocimiento (da’at), es decir, en nuestra conciencia y desde allí se extiende a la sefirá de fundamento (la facultad de interconexión entre los poderes emotivos del corazón) y lo rectifica.[11] Esto promueve el estado de “ConóceLo en todos tus caminos” mencionado anteriormente. Las oraciones que decimos en Iom Kipur corresponden a la sefirá de reinado (maljut), que es el secreto de “Y yo soy plegaria”,[12] pronunciada por el rey David.
Victoria y reconocimiento: caminar de un lugar a otro
La tercera enseñanza sobre la Providencia Divina personal que vimos[13] fue sobre ver la guía de Di-s cuando viajamos y caminamos de un lugar a otro. Esta enseñanza corresponde claramente a las sefirot de victoria y reconocimiento, que corresponden a los dos pies.
Poder: Providencia divina en las carencias
La cuarta enseñanza fue sobre ver la Providencia Divina personal incluso en aquellas cosas que faltan (lo que luego requiere que las compensemos) corresponde a la sefirá de poder, ya que la falta se refiere a la negación y la contracción. Siempre que hay una carencia que necesita ser compensada, nos llama a reunir nuestras fuerzas y superar la situación. Una carencia o contracción crea un vacío (simbolizado por un sello en relieve) que despierta al individuo para llenar el vacío (y responder con un sello grabado).
Belleza: la imagen completa
La quinta enseñanza sobre la Providencia Divina personal del Baal Shem Tov que vimos implicaba[14] ver cada acontecimiento en un contexto más amplio, conectando así las partes con el todo. Esta enseñanza corresponde a la sefirá de belleza (tiferet), que une todos los diversos detalles en una imagen unificada. Fue con respeto a esta enseñanza que nos mostró cuatro niveles de conciencia y sensibilidad hacia la Providencia Divina personal, que ordenamos según corresponden a las cuatro letras del Nombre esencial de Di-s, Havaia, que se expresa en su forma más completa en la belleza.[15]
La belleza se encuentra en el eje medio de las sefirot y justo encima de ella está el conocimiento (da’at), que se considera su alma. Dado que conocimiento se divide en dos aspectos conocidos como conocimiento superior e inferior, encontramos que una sensibilidad hacia la Providencia Divina personal sin una conciencia de sus implicaciones para todos los demás detalles corresponde a un conocimiento inferior, mientras que la capacidad de percibir la unificación de todo con el propósito superior y la conciencia de que todo es uno corresponde a un conocimiento superior.
Observando este paralelismo con la sefirá de conocimiento, podemos elaborar un poco más sobre lo que se necesita para percibir la intención total de la realidad. El versículo del que aprendemos que hay dos niveles de conocimiento es: “Di-s es un Di-s de [formas de] conocimiento y Él [no] planea Sus acciones”.[16] La razón por la que la palabra “no” está entre corchetes es porque hay una diferencia entre cómo se escribe el verso (el ketiv) y cómo se lee (el kri). La lectura oral del versículo es: “y Él planea Sus acciones”. La versión escrita dice: “y Él no planea sus obras”. Esta discrepancia entre las versiones oral y escrita del versículo es la base de otra observación importante hecha en Cabalá y Jasidut. Sugiere que no solo hay dos formas de conocimiento, sino que una de ellas está oculta, la otra revelada, y ambas actúan como el alma de belleza.
El conocimiento superior ilumina el tercio superior de belleza, que está oculto a la conciencia. Este tercio superior se conoce como el secreto del Árbol de la Vida cuyo fruto, cuando se consume, no conduce a la conciencia del yo. Cuando el ego está oculto, solo queda un reconocimiento de la buena intención divina en todo lo que ocurre.
El conocimiento inferior está revestido de los dos tercios inferiores de belleza que se revelan y son el secreto del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, que representa la autoconciencia. El conocimiento inferior percibe que hay tanto bien como mal en la Providencia Divina.
Atik y Arij: causas y razones
La siguiente enseñanza que vimos[17] sobre la Providencia Divina personal del Baal Shem Tov fue sobre la causa y el efecto implicados en todo lo que ocurre. Vimos allí que la Providencia Divina tiene dos orígenes, uno llamado la luz circundante distante, makif rajok (מַקִּיף רָחוֹק), el otro llamado la luz cercana o circundante, makif karov (מַקִּיף קָרוֹב). Se utilizan dos palabras diferentes que significan “causa” para designar el efecto de estos dos orígenes. El primero se puede traducir simplemente como “causa”, sibá (סִבָּה), el segundo, para simplificar, se puede traducir como “razón”, ilá (עִלָּה). Usando nuestra costumbre, el origen de las “causas” está en la luz circundante distante, y el origen de las “razones” está en la luz circundante cercana. El primero puede identificarse como lo que influye en el “objeto”, jeftzá (חֶפְצָא) y el segundo como lo que influye en el “sujeto”, gavra (גַּבְרָא) de cualquier elemento de la Creación. La primera es la dimensión masculina de la realidad, la segunda, su dimensión femenina. Finalmente, cuando se corresponden con las sefirot, la causa objetiva, masculina y circundante-lejana pertenece a Atik, el aspecto superior de la corona, y la razón subjetiva femenina y envolvente-cercana pertenece a Arij, el aspecto inferior de la corona.
Israel Saba: Las Pequeñas Cosas
Otra enseñanza fue sobre la Providencia Divina personal sobre las cosas más pequeñas, que corresponde al partzuf en la Cabalá conocido como Israel-Saba, que observa por Ze’ir Anpin (el Pequeño Semblante). Como Iaacov (que es Israel Saba) oró en su oración sobre la Providencia de Di-s sobre él: “Me he vuelto pequeño como resultado de toda la bondad [que me has mostrado]”, katonti micol hajasadim (קָטֹנְתִּי מִכָּל הַחֲסָדִים), que es la fuente de toda pequeñez.
Bondad: Encontrar providencia en los demás
Otra enseñanza más fue sobre ver la Providencia Divina personal cuando dos personas se encuentran. El sentido de la Providencia Divina específicamente en los encuentros entre personas cercanas y que se preocupan mutuamente corresponde a la sefirá de bondad (jesed), cuyo núcleo interno es el amor. La capacidad de aprender algo de cada individuo, incluido un no-judío, sugiere que, al conocerlo, puedo descubrir que fue enviado por Di-s como mensajero para enseñarme algo sobre mi servicio a Di-s. Ver esto y utilizarlo adecuadamente depende de la cantidad de amor que tengo por la chispa Divina interior. De hecho, la chispa divina es exactamente el tema del que debo aprender de la persona.
Entendimiento: Alimentar la Providencia
En la pasada entrega, cubrimos la enseñanza central del Baal Shem Tov de “el alma de un hombre le enseñará”, según la cual todo lo que escuchamos está destinado a guiarnos e instruirnos, si somos capaces de entenderlo correctamente. Esta es una dimensión maternal de la Providencia Divina personal porque está destinada a nutrir el carácter del individuo sobre el que se vela. Al ser nutritiva y cuidadosa, obviamente corresponde al principio de Madre y a la sefirá de entendimiento (biná), que obviamente es nutritiva.
Sabiduría: Providencia a través de la Torá
La enseñanza final del Baal Shem Tov con respecto a la Providencia Divina personal se centró en el papel que tiene el estudio de la Torá para llevarnos a reconocer la mano de Di-s en todo lo que sucede.
De hecho, el papel esencial de aprender la dimensión interior de la Torá y hacer de la Torá, “Mi Torá”, es en sí mismo la creencia y el sentimiento de la Providencia Divina (que evita que Di-s nos abandone). Esta enseñanza corresponde al principio Padre Supremo, el aspecto superior de la sefirá de sabiduría. De hecho, “la Torá surge de la sabiduría”. Este es el nivel de lo que comparamos con el aceite de la Torá, los secretos más profundos de la Torá. La guematria de “Secretos de la Torá”, razei Torá (רָזֵי תּוֹרָה), es igual a Tzafnat Pa’aneaj” (צָפְנַת פַּעְנֵחַ), que significa “aquel que descubre lo oculto, lo que sugiere que el estudio de los secretos de la Torá es lo que hace posible entender la Providencia Divina.
Es específicamente a través del aprendizaje de la dimensión interior de la Torá, desde un lugar de autoanulación, que se revela la profundidad – la esencia interior de la Providencia Divina, que es la intención secreta detrás de todo lo que ocurre. La humildad es la herramienta para revelar el nivel literal de la Divina Providencia – la realidad de que nada sucede por casualidad y que todo es la Providencia Divina de Di-s para cumplir con la intención general de la creación y mi propia rectificación personal. Pero solo a través de la autoanulación se puede acceder al mensaje interno de la Voluntad Divina.
Para concluir
Hemos establecido correspondencias entre las enseñanzas del Baal Shem Tov sobre la Providencia Divina personal y las sefirot, y hemos tenido que contentarnos con una breve explicación para cada aspecto, todo ello con el espíritu de “Da al sabio, y él se hará aún más sabio”.[18]
[1] Deuteronomio 11:12.
[2] Salmos 81:4.
[3] Rosh HaShaná 8a.
[4] Salmos 47:6.
[5] Ver Tzava’at HaRivash (Kehot: 1998) §2-3: “… No importa lo que suceda, ya sea que la gente te elogie o te avergüence, y así también con cualquier otra cosa, todo para ti es lo mismo … Pase lo que pase, di que “viene de Di-s y si es adecuado a Sus ojos…”
[6] Proverbios 3:6.
[7] Citado por el rabino Isaac de Homil como expresión jasídica en Jana Ariel (Berditchev: 1902), apéndice 4b. Esta expresión se basa en Abraham llamando al mundo entero, en el nombre de Di-s, a quien llama “Kel Olam” (אֵ־ל עוֹלָם), que debería traducirse como ” Di-s – mundo”. Di-s no es cómo podríamos esperar “el Di-s del mundo”, que en hebreo se leería “Kel HaOlam” (אֵ־ל הָעוֹלָם). Lo que significa que, según el llamado de Abraham, Di-s y el mundo son prácticamente idénticos. Ver más en https://galeinai.org/2025/06/27/convertirse-hijos-de-noe-abraham-e-israel/ De hijo de Abraham a hijo de Israel y sigs.
[8] De la liturgia de Iom Kppur.
[9] Isaías 44:6.
[10] En la Torá, se alude a este placer en la descripción de Iom Kipur como “Shabat Shabaton” (Levítico 16:31).
[11] Las confesiones de Iom Kipur, que según el Rambám son el acto principal de teshuvá que realizamos en el día sagrado. Sirven para traer nuestro intelecto – específicamente nuestra sefirá de entendimiento – hacia la sefirá de fundamento, ya que la rectificación más importante que realizamos en Iom Kipur es la de nuestro impulso procreativo.
[12] Salmos 109:4.
[13] Véase https://galeinai.org/2025/04/24/providencia-divina/ … Providencia divina mientras caminas.
[14] https://galeinai.org/2025/04/24/providencia-divina/ (Cuatro perspectivas sobre la Providencia y sgs.).
[15] Véase Eitz Jaim 44:6. Torá Or (Noaj) 10b.
[16] 2 Samuel 2:3. Véase Eitz Jaim 25:2. Sidur Im Daj, s.v. Mizmor LeToda (44a).
[17] Causa y Efecto y sigs. https://galeinai.org/2025/04/24/providencia-divina/
[18] Proverbios 9:9.




