Koraj inició una rebelión contra el liderazgo Moisés y de Aharón. Logró reclutar en sus filas a cientos de hombres que se le unieron en su afirmación de que todos los judíos son santos, y por lo tanto era injusto que Moisés y Aarón reclamen el liderazgo para ellos mismos. Se probó que el reclamo de Koraj era inaceptable para Dios cuando él y su clan fueron tragados por un terremoto increíble y los doscientos cincuenta hombres que se unieron a él fueron milagrosamente incinerados junto con sus cazuelas de incienso. Sin embargo, el pueblo continuó quejándose de que Moisés y Aarón habían matado a Koraj y su congregación y el Todopoderoso los castigó matándolos en una plaga, que terminó tan milagrosamente como había empezado cuando Aarón corrió entre el pueblo con una cazuela de incienso ardiente.
A raíz de estos trágicos acontecimientos, Dios ordenó a Moisés tomar una vara de cada líder de cada tribu e inscribir en cada una de ellas el nombre del líder, entre las cuales la vara de los levitas sería la vara de Aarón. Dios le dijo a Moisés: “El hombre que Yo elija, su vara florecerá”, pero la vara de Aarón no sólo floreció, como dice el versículo: “He aquí, la vara de Aarón, de la tribu de Leví, floreció y dio brotes y produjo almendras maduras”.
Después de las feroces reacciones milagrosas que ocurrieron antes, este milagro triple es impresionante por su belleza. El bastón de Aharón literalmente volvió a la vida: floreció, retoñó y dio frutos maduros, mientras que el de los otros jefes tribales quedaron como inanimados palos de madera.
A diferencia de los milagros experimentados por el pueblo judío a partir del Éxodo – milagros que rompieron por completo las leyes de la naturaleza- este milagro se destaca sobre todos. No se nos dice si el bastón de Aarón estaba hecho de madera de almendro. No obstante, sea cual sea el tipo de madera que era, pasó por un proceso natural de las flores, los brotes, y el fruto. El milagro estaba en la velocidad con la que se dio el proceso en un palo de madera que tal vez ni era capaz de germinar. De todos los árboles, el almendro es considerado el más rápido en florecer y dar fruto -es naturalmente rápido. Aquí sólo lo hizo aún más rápido, literalmente de la noche a la mañana.
El Rebe de Lubavitch explica que debido a que este milagro no viola las leyes de la naturaleza por completo, pero estimula y acelera los procesos naturales, de hecho, es la mayor clase de milagro. Si hubiéramos filmado el bastón cuando tuvo lugar el milagro y reproducir la película a cámara lenta, hubiera parecido un proceso ¡perfectamente natural!
El Rebe explica que este tipo de milagro, en el que la naturaleza y lo sobrenatural se unen, es el único tipo de fenómeno milagroso que puede dar un fruto verdadero. Esto se debe a que en relación, la naturaleza y lo sobrenatural son un fenómeno femenino y masculino, respectivamente. Sólo cuando su unión es mutuamente cooperativa puede ser una relación verdaderamente fértil que expresa tanto lo natural y lo sobrenatural en un proceso fructífero.
Esta mezcla de lo natural y lo sobrenatural es uno de los signos de la verdadera redención por la cual oramos. Durante la salida de Egipto, los milagros rompieron las leyes de la naturaleza. Pero, a pesar de la magnitud de los milagros que se extendieron a través de Egipto y los estragos que causaron, esto no fue suficiente para permitir un proceso duradero para comenzar, porque la naturaleza misma ha quedado fuera del cuadro. Por el contrario, todo proceso natural suele durar un tiempo muy largo, ya veces la longitud de cada etapa es tan larga que parece que nunca podremos llegar a la meta deseada. ¡¿Cuánto tiempo más puede pasar para que venga el Mashíaj?!
El bastón milagroso de Aharón nos enseña una tercera opción: los milagros que unen lo sobrenatural con la naturaleza, permitiendo que lo sobrenatural se presente de una apariencia natural. Cuando la revelación Divina penetra en la naturaleza por completo, acelera los procesos naturales, de manera que una etapa sigue a la otra con una velocidad increíble.
Este es el significado del famoso grito del Rebe que la redención debe venir en la forma de “luces del caos dentro de los recipientes rectificados.” En este contexto, “las luces caóticas” representan la velocidad sobrenatural de la redención al entrar en la naturaleza -los “recipientes rectificados”. Esta es la fórmula mesiánica que todos estamos esperando, rápida, provechosa, y en nuestros días.
Extraído de la clase del rabino Ginsburg del 26 Sivan 576
38. Koraj – Y Tomó Koraj
Meditación diaria del Rabino Itzjak Ginsburgh
Domingo 27 de Sivan 5778 – 10 de junio 2018