Los días sagrados traen consigo remedios para las enfermedades mentales:
El primer día de Pesaj salimos de Egipto (Mitzraim, que también significa “constreñido”). Esta es la liberación de la claustrofobia, el miedo a los lugares estrechos y restringidos.
Incluso después del primer día de la liberación de Egipto, todavía teníamos miedo de los egipcios, que nos perseguían. Fue solo el séptimo día de Pesaj que fuimos curados de este miedo, cuando los egipcios se ahogaron en el mar. Esto es la liberación de la paranoia. (Es posible ser paranoico incluso cuando uno realmente está siendo perseguido).El resto, en pocas palabras: La festividad de Shavuot rectifica la ansiedad. El sublime temor en el Monte Sinaí alivia los temores inferiores. La coronación de Di-s en Rosh Hashaná es la rectificación de la megalomanía. El arrepentimiento, particularmente hatarat nedarim (anulación de las promesas) en Iom Kippur es la rectificación de la obsesión. Sucot es la rectificación de la depresión maníaca, el movimiento entre la alegría extrema y la tristeza extrema, porque Sucot es “el tiempo de nuestra alegría”. Tiene un enfoque rectificador de la tristeza (en la atmósfera de arrepentimiento y el Rollo de Kohelet que leemos en Sucot). Purim rectifica la esquizofrenia, el desorden de salir de nuestra propia mente, que rectificamos con el “hasta que no se sepa la diferencia entre maldito Amán y bendito Mordejai” y con la derrota absoluta del mal. Janucá es la salvación de la antigua cultura griega, la salvación de ser irremediablemente normal…