Koraj era muy astuto y poseedor del Espíritu Sagrado, ruaj hakodesh, y argumentó en contra de Moshé y Aharón “¿Por qué se exaltan por encima de la congregación del Eterno?” Porque todos tienen una parte en la Torá, “en toda la congregación todos son sagrados” y “estas y aquellas son palabras del Dios viviente”, y ¿Cómo puedes decir que no quise decir la voluntad de Dios? Pero la verdad es que existe el poder para decidir y determinar la halajá de acuerdo a una de las opiniones, aunque “estas y estas son las palabras del Dios viviente” pero “la halajá es según la escuela de Hilel”, porque eran más humildes, y también así la halajá es como Moshé Rabeinu, el más humilde de todos los hombres.
En profundidad, hay una raíz de la Torá a nivel de shaashuim atzmiim, “diversiones esenciales”, un nivel en el Or Ein Sof donde todo es posible y todas las opiniones son correctas. Pero por encima de eso está Raztón Haneelam beAtzmut Hashem, el Deseo Ignoto en la Esencia de Dios, en virtud del cual se decreta la halajá de acuerdo a una persona en especial. Esta raíz sólo se puede alcanzar con el atributo de la humildad y la anulación, anavá y bitul.
[Viviendo con el tiempo, Rabino Itzjak Ginsburgh]