EL PODER DEL PENSAMIENTO
Cedido gentilmente por el Prof. Eliezer Zeiger, Director de
Torah Science Fundation – www.torahscience.org
Basado en un discurso del rabino Itzjak Ginsburgh shlita
1. El Poder del Pensamiento
La telepatía se define usualmente como la habilidad para comunicarse a través de la transferencia del pensamiento sin participación de los sentidos.
En la Cabalá y el jasidismo el poder del pensamiento es considerado como el más elevado de los tres poderes de la psique: el pensamiento, el habla y la acción. Por eso es de suma importancia preservar la mente de pensamientos impuros y de pensar mal de los demás. En el libro de Tania aprendemos que los malos pensamientos acerca de alguna persona son en definitiva más dañinos que la difamación y la calumnia verbal o un acto realmente lesivo físicamente.
La frase utilizada por nuestros sabios en el Talmud que describe el fenómeno de la telepatía es majshavá moelet (“pensamiento que causa un efecto”). La telepatía tiene una connotación negativa cuando moelet se interpreta como de la raíz meilá (“sacrilegio”). Por el otro lado, la connotación positiva de esta expresión es que el pensamiento tiene un efecto real sobre la realidad.
En la sabiduría jasídica, la telepatía se considera un regalo para los justos. Al depurar sus pensamientos, el tzadik adquiere el poder de actuar a distancia con sus pensamientos, trascendiendo los límites del espacio y el tiempo para comunicarse con otra alma judía, liberándolo de sus problemas en momentos de necesidad.
Como veremos, la palabra en la Biblia que describe la capacidad de comunicarse a través del pensamiento es jashmal. Aunque en hebreo moderno es una palabra de todos los días que describe el fenómeno natural de la electricidad, aparece una sola vez en la Biblia al describir la Carroza Divina que Ezequiel vislumbró en su profecía, quizás el capítulo más profundo de la Biblia. Ezequiel describe el “ojo del jashmal“, como resplandor de luz y color.
De acuerdo con una de las reglas de la gramática hebrea, cada palabra tiene una raíz de dos y/o tres letras. Si tiene una raíz de cuatro o más letras, entonces debe ser una palabra compuesta que puede ser dividida en dos o más raíces. Nuestros sabios explican que la palabra de cuatro letras jashmal está compuesta de las dos palabras jash y mal, “silencio” y “habla”. Maimónides explica que hay un tipo de ángeles que son llamados jashmalim y esto es así porque “a veces están en silencio [jashim] y a veces hablan [memalelim]. También encontramos en el libro de Proverbios que de las veintiocho “modalidades de tiempo” que acontecen en el mundo hay “un tiempo para callar y un tiempo para hablar”. Pero en Cabalá aprendemos que esta dualidad del habla y el pensamiento existe sólo en los tres mundos inferiores (Briá, Ietzirá y Asiá), que están bajo la influencia del tiempo y son incapaces de tolerar simultáneamente dos opuestos. Contrariamente, en el mundo de Atzilut todo está unificado en una maravillosa armonía y todas las paradojas coexisten a la vez y en el mismo momento, como el silencio y el habla.
En el mundo de Atzilut uno puede hallar el fenómeno de la comunicación a través del silencio.
Pero aquí, en el mundo que conocemos, el tiempo está dividido en unidades separadas para permitir que la dualidad de la paradoja se exprese en momentos diferentes. En los mundos inferiores, nuestra percepción del habla y del silencio son diferentes en carácter y estilo y no pueden ser experimentados simultáneamente.
2. El Poder del Silencio
Existe un número de formas posibles para explicar el silencio como un acto. El primero es que el silencio es un acto de pensar. La palabra hebrea para pensar es jashov, que por cierto comienza con la palabra jash, “silencio”, y que también puede ser vista como un acrónimo de lajush be…, que significa sentir algo por medio del silencio. El sentido del pensamiento es un fenómeno interior donde uno reflexiona en silencio acerca de algún tema.
Un segundo tipo de silencio es el que proviene de comprender que hay un abismo tremendo entre nuestros pensamientos y los de Di-s, como está dicho “Mis pensamientos no son tus pensamientos”. Esta idea está expresada en el midrash que nos enseña que cuando Moisés recibió la Torá, se quedó esperando mientras Di-s “fijó las coronas” a las letras de la Torá (signos que se escriben sobre las letras de la Torá). Moisés entonces le preguntó a Di-s acerca de estas coronas y Este le mostró que rabí Akiva estaba destinado a explicar los secretos de estas coronas en el futuro. Cuando Moisés comprendió la grandeza del estudio de la Torá de ese gran sabio, le preguntó asombrado por qué rabí Akiva no era el que iba a recibir la Torá, a lo que Di-s le replicó: “¡Calla! ¡Este es el pensamiento que surge de Mi!” Entonces Moisés pidió ver la recompensa que habría de recibir rabí Akiva por su dedicación a la Torá. Di-s le mostró cómo los romanos en el fututo iban a torturar al tzadik hasta la muerte. Moisés preguntó asombrado “¿Esta es la Torá y esta es su recompensa?! Y nuevamente Di-s le contestó “¡Calla! ¡Este es el pensamiento que surge de Mi!”
Es imposible para un ser humano elevarse hasta los pensamientos de Di-s o sentirlos, por eso debe mantenerse en silencio. Todo creyente verdadero de Di-s se topa durante su vida con grandes misterios que ni siquiera comienza a comprender, tal como el holocausto. El Rebe de Lubavitch dijo que no debemos siquiera tratar de entender el holocausto, más bien debemos permanecer en silencio como lo hizo Aarón el Sumo Sacerdote cuando le fueron tomados sus dos hijos completamente justos, Nadav y Avihú (murieron mientras ofrendaban incienso en el Tabernáculo) como está dicho “y Aarón quedó en silencio”. En tales circunstancias no hay nada más que hacer sino permanecer en silencio y aceptar los hechos con la fe completa de que “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos” y que Di-s es la esencia absoluta de la bondad, incluso si nuestra percepción de la realidad parece contradecirlo.
La tercera explicación del silencio es la interpretación jasídica de la réplica de Di-s a Moisés: “¡Calla! ¡Este es el pensamiento que surge de Mi!” que en hebreo “Shtok! caj alá (surgió) bemajshavá lefanai“, puede ser también: “Shtok¡ caj alé (se elevó) bemajshavá lefanai“, “así te elevarás en el pensamiento ante Mi”, significando que a través del silencio uno puede elevarse a un nivel superior de percepción y así alcanzar un nivel infinitamente más elevado de pensamiento, acercándose, como si fuera, a los propios pensamientos de Di-s.
Otra expresión de nuestros sabios relativa al silencio es “siag lejojmá, shtiká“, “un cerco para la sabiduría es el silencio”. En Cabalá la palabra siag se interpreta como la luz que engloba o rodea a la sabiduría. Cuando uno se eleva más alto en la luz abarcadora del silencio que cubre a la sabiduría, atrae una luz abarcadora muy elevada al interior del alma, alcanzando niveles de entendimiento que previamente existían sólo en la esfera de la fe simple. Todos creemos que Di-s es bueno, incluso cuando no vemos Su bondad manifestada en la realidad tal como la percibimos. Sin embargo, por el poder de la fe que se encuentra en el corazón de todo judío como una realidad aceptada en silencio, puede captar niveles de fe y comprensión más elevados.
Silencio | El silencio de la fe que trae abajo niveles aún mayores de sabiduría dentro de la conciencia interior | “siag lejojmá, shtika” |
Silencio para elevarse a niveles superiores de percepción | “Caj alé bemajshavá lefanai,” “así te elevarás en el pensamiento ante Mi” | |
Silencio en sumisión a la infinita sabiduría de Di-s | “Vaidom Aharón,” “Y Aharón quedó en silencio” | |
Abstenerse de hablar para pensar o considerar una idea | Jash, silencio – jashov, “pensar” |
El habla es creada por letras y palabras que son pronunciadas por la boca, pero cuando nos referimos a Di-s y a la parte Divina del alma del judío, no existe el concepto de “habla” tal como lo conocemos. El “habla” de Di-s es en realidad un mandamiento, como en “El dijo y fue, El ordenó y fueron creados”. Desde una perspectiva humana, el “habla” Divina podría ser lo que nosotros llamamos “pensamiento” a un nivel infinito.
En el mundo de Atzilut, donde no hay diferencia entre jash y mal, el silencio mismo habla y transmite. Es ciertamente posible a este nivel transmitir y responder allí donde las palabras son incapaces de hacerlo. Hay ciertas cosas que no pueden ser explicadas hablando, pero el silencio tiene el poder de comunicar. Este es el poder de la telepatía.
Mencionamos antes que el jeshmal es un brillante resplandor de luz. Esta luz incluye 378 matices de colores (según el equivalente numérico de la palabra jashmal); que son los tonos de colores que el ojo puede diferenciar. Una combinación o amalgama de muchos matices diferentes de color en su correcta combinación de tonalidades es llamada tiferet. Este es el fenómeno visual o externo del jeshmal, el fenómeno interior del jeshmal es la transmisión de pensamiento. Esto es tanto a través del método natural de “a veces callan y a veces hablan”, o a un nivel superior en el cual la transmisión se consigue por medio del silencio y es el nivel interior del pensamiento el que “habla”.
3. El Significado Oculto de la Telepatía
Es una práctica aceptada que los justos hagan uso de palabras foráneas cuando hablan hebreo sólo cuando esa palabra pueda ser interpretada en la Lengua Santa. Con ese fin explicaremos una posible interpretación de la palabra “telepatía” en hebreo (1).
“Telepatía” deriva del término griego tele (“distante”) y pathe (“suceso” o “sensación”).
La palabra tele se refiere a cualquier acción ejecutada desde lejos (como en telescopio, televisión, telegrama, etc.). En un sentido más amplio podemos decir que describe un fenómeno no local. En la literatura científica se denomina fenómeno no local a un fenómeno que no puede ser definido por la velocidad de la luz, por ejemplo, cuando hay una reacción espontánea y simultánea de un átomo en un extremo del universo con otro átomo situado a innumerables años luz de distancia. Así vemos que la electricidad es un fenómeno local mientras que el verdadero jeshmal es un fenómeno espontáneo que no se ve afectado por la velocidad del la luz, algo que sucede en un punto y es transmitido y percibido inmediatamente en otro sitio.
En hebreo, la palabra telepatía comprende las letras que forman la palabra tefilá, “plegaria”, con el agregado de la letra tet. El jasidismo entiende la palabra tefilá como derivada de la raíz tafel que significa adherir, como las piezas rotas de un recipiente que se unen con pegamento. Bajo este punto de vista la plegaria es una fusión o comunicación con Di-s. En cambio, en la Mishná hay dos acepciones que comienzan con taf y tet respectivamente. Cuando se escribe con la letra tet la raíz significa “insípido” o “vacío”, en cuyo caso la plegaria se percibe como un acto de auto anulación. La palabra telepatía incluye todas las letras de tefilá, con el agregado de la tet, como ya se mencionó y entonces puede verse como indicando una forma Divina de comunicación a través de la auto anulación que está conectada estrechamente a la plegaria.
4. Eliézer Transmite sus Pensamientos de Manera Precisa
Ahora examinaremos un ejemplo del efecto de la transmisión del pensamiento, ilustrada por la historia de Eliezer, el sirviente de Abraham y su misión de encontrar una esposa para el hijo de este, Itzjak.
El tema central de la porción de la Torá Jaié Sará, gira alrededor de la formación de la pareja entre Itzjak y Rivka. Abraham envió a su fiel sirviente Eliezer para esta misión a través de la cual, nos enseñan nuestros sabios, Eliezer se hace meritorio de evitar la maldición de su amo anterior Canaan, accediendo así a la bendición que rige sobre Abraham y sus descendientes. Al llegar a Jarán, donde vivía la familia de Abraham, Eliezer hizo un alto en el manantial y oró al Di-s de su amo Abraham para que pueda completar su misión exitosamente, pidiendo que si una de las jóvenes le ofreciera agua para beber y también le ofreciera abrevar sus camellos, esto probaría que ella habría de ser la esposa genuina para Itzjak. Inmediatamente luego de completar su plegaria, apareció Rivka y le ofreció agua para beber y también para abrevar a sus camellos. Eliezer estaba asombrado al darse cuenta que su plegaria había sido respondida y fue con la niña a la casa de esta para repetir la historia a su padre, Bethuel y su hermano Labán.
El clímax de la historia se produce cuando Labán y Bethuel expresan su propia admiración ante la fantástica “coincidencia” de la plegaria de Eliezer y la llegada de Rivka a la escena, respondiendo espontáneamente “MeHashem hiatazá hadavar“, “esto provino de Di-s”. Increíblemente, esta expresión tiene el valor numérico de jeshmal.
El fervor de Eliezer al relatar el orden de los eventos a dos hombres conocidos por sus malvadas acciones, llevó a esta fervorosa respuesta, que honró la veracidad que transmitió Eliezer. Este es el poder de jeshmal para transmitir acertadamente pensamientos y sentimientos a aquellos que escuchan.
En los Salmos encontramos otra expresión que también tiene el valor numérico de jeshmal: “Hu tzivá venivraú“, “Él ordenó y fueron creados”, frase que expresa el poder del pensamiento para ordenar y actuar sobre la realidad de una manera natural, sin la interferencia del habla o la acción.
El valor numérico completo de las dos frases es el mismo y la palabra central de ambas es igual a 101 en ambos casos. Matemáticamente, cuando la suma de dos conjuntos de tres miembros es igual y el número central también, la base de ambos grupos también debe ser igual. En este caso, la base numérica en ambos casos es 75.
hu12 | Tzivá101 | venivrau265 | = 378 = jashmal = | MeHashem66 | Iatzá101 | hadavar211 | ||
89 | 164 | 35 | 110 | |||||
75 | = | 75 | ||||||
75 es el valor numérico de la palabra bitajón, “confianza”, lo que indica que el poder del pensamiento para transmitirse a la realidad está conectado al sentido interior de confianza en el alma. Similarmente a la raíz de la palabra tefilá, “plegaria”, que significa conectar, la raíz de bitajón se puede ver como derivada de taj, que también significa “argamasa” o “emplaste”.
5. El Poder de la Plegaria
Vemos entonces que el tzadik tiene el poder de transmitir pensamientos a través del poder de la plegaria, pero todo poder que Di-s creó en el reino de la santidad, también lo creó como un fenómeno paralelo en el lado de la impureza. Por eso hay personas con poderes “sobrenaturales” tales como la telepatía, que derivan sus facultades de centralizarse en su ego y su orgullo propio.
El tzadik purifica sus pensamientos para hacerlos un instrumento para su servicio a Di-s. Así como una boca purificada es un instrumento para emitir palabras santas y las manos purificadas son instrumentos para acciones santas, para que el pensamiento se convierta en un instrumento que actúe correctamente sobre la realidad, debemos rectificarlo y refinarlo. Una gran pureza de pensamiento se consigue con el poder del silencio, en donde la persona se anula completamente a Di-s en santidad. Permaneciendo en silencio frente a acciones aparentemente incomprensibles de Di-s, como lo hizo Aarón el Sumo Sacerdote cuando murieron sus hijos, se purifica el pensamiento.
El Arizal señala que el valor numérico de jeshmal es igual al de la palabra malbush, “vestimenta”, como mencionamos previamente. Metafóricamente hablando, jeshmal es la “vestimenta” de Di-s en el mundo de Atzilut. La psiquis del hombre tiene tres vestimentas, el pensamiento, el habla y la acción, siendo el pensamiento la más elevada e importante (2) de las tres.
Notas
1. Esto es de acuerdo a las enseñanzas cabalísticas de Rabí Abraham Abulafia y otros, que enseñaron que todas las lenguas provienen del secreto del “lado de atrás” de la Lengua Sagrada. Esto está en contradicción con las enseñanzas de Maimónides quien consideraba a todos los idiomas, salvo la Lengua Sagrada, como un resultado de una convención social. El cenit de la sabiduría sagrada es reconocer cómo las lenguas evolucionan de la Lengua Sagrada y puede ser considerada una tarea de la época del Mashíaj, como dice la profecía: “Entonces Me dirigiré a las naciones con un lenguaje claro para llamarlas a todas ellas con el Nombre de Di-s y para ServirLe hombro a hombro”.
2. En hebreo, la palabra jashuv, “importante”, tiene la misma raíz de majshavá, “pensamiento”.
6. La Rectificación de Caín
Para poder rezar a Di-s de manera genuina y sincera, uno debe purificar sus pensamientos. A tal fin jasidut nos enseña que antes de cada plegaria hay que meditar, como los primeros jasidim que meditaban durante toda una hora para purificar y aclarar sus pensamientos antes de rezar. Sólo una vez que los pensamientos han sido depurados uno se puede dirigir a Di-s. Entonces, “como el agua refleja nuestro rostro en su rostro”, Di-s escuchará nuestras oraciones, como está dicho de Abel: “Y Di-s aceptó a Abel y a su ofrenda”. En hebreo Abel es Hevel, que significa “aliento”. Podemos entender de esto que si el aliento ha sido purificado por medio de una meditación verdadera sobre Di-s, lo que implica una gran pureza de pensamiento, nuestras plegarias serán respondidas.
Examinaremos ahora cómo el concepto de telepatía está conectado a la rectificación del pecado de Caín, el hermano de Abel, de cuya ofrenda está dicho: “Y a la ofrenda de Caín Di-s no respondió”. La rectificación del poder del pensamiento para actuar sobre la realidad está conectada a las raíces de las almas bíblicas y sus reencarnaciones en generaciones posteriores.
Di-s no aceptó la ofrenda de Caín porque el pecado de los pensamientos no refinados pesó en su contra. Muchas generaciones más tarde, el profeta Elisha logró rectificar el pecado de Caín, cosa que está indicada en su nombre, que significa “Di-s aceptará”. Discípulo del profeta Eliahu, tuvo el mayor poder telepático de todos los personajes bíblicos. Elisha logró una sublime rectificación llamada tikún Caín, “la rectificación de Caín”. Como hijo primogénito de Adam, Caín debería haber recibido por derecho una doble porción de la herencia de Adam. Como primogénito del primer hombre, era merecedor de todas las “coronas”, la corona de la realeza, la corona del sacerdocio, la corona de la Torá y la corona de “el buen nombre” que es más grande que todos los anteriores. Sin embargo, como resultado de asesinar a su hermano, Caín perdió este derecho.
Antes de que Eliahu se eleve a los cielos en un viento turbulento, le preguntó a Elisha con que quiere que lo bendiga. Este le contestó que deseaba que repose sobre él doble del espíritu que reposaba en Eliahu. Esto indica que deseaba recibir la porción doble que Caín debería haber recibido por derecho de primogenitura. Eliahu le dijo que si Elishá lo podía ver cuando sea tomado por el Creador, esa sería la señal de que su deseo era aceptado. Por cierto, fue meritorio de que su deseo sea cumplido, lo que puede ser visto también por la abundancia de milagros que realizó Elisha, más que cualquier otro profeta o personaje de la Biblia.
El mayor milagro que realizó Eliahu fue la resurrección de un niño muerto. Por su parte, Elisha revivió dos veces a un muerto, una vez incluso después que él mismo había fallecido. Esta diferencia entre los dos profetas no es simplemente cuantitativa, sino que también cualitativa. Enseñan nuestros sabios que el niño muerto que revivió Eliahu fue el justo profeta Ioná y el primero de los dos que revivió Elishá fue el también justo profeta Habakuk. Sin embargo, la segunda persona que revivió fue realmente un malvado y falso profeta. La innovación de la resurrección de Elisha fue entonces su poder de revivir incluso a un malvado. Fue Elishá en particular, al lograr rectificar el pecado de Caín, que tuvo el poder de revivir, de inspirar al malvado a arrepentirse, quien es llamado “muerto” incluso en vida. Una persona justa puede estar en un estado de “sueño”, como Ioná quien durmió en las profundidades del barco, y Eliahu puede despertarlo de su ensoñación. Pero la verdadera resurrección de un muerto es algo único de Elisha, de lo cual podemos inferir la gran pureza de sus pensamientos.
Después de este profeta, sabemos que esta alma aparece luego en Jizkiahu, el rey de Judá, a quien Di-s quiso hacerlo el Mashíaj, pero perdió esta oportunidad porque no cantó alabanzas a Di-s luego de ser testigo del gran milagro de la derrota de Sanjeriv.
Luego de ese rey judío, esa alma fue reencarnada en el alma de Matitiahu ben Iojanan, el Sumo Sacerdote de los tiempos de los Jasmoneos; luego en Akavia ben Mahalalel, Raban Simón ben Zakai y en Rabi Akiva. Vemos así que esta alma fue eventualmente rectificada para lograr que amerite todas las coronas a las que Caín perdió el derecho por pecar. Jizkiahu mereció la corona del reinado, Matitiahu recibió la del sacerdocio y también la del reinado, los rabinos que le siguieron recibieron la corona de la Torá. Sabemos además que esta alma se reencarnará una vez más en el alma del Mashíaj, el hijo de David, quien también es de la raíz de Caín. El Merecerá “la corona del buen nombre”.
De acuerdo a la Cabalá, la manera de merecer el tipo de ruaj jakodesh, “inspiración Divina”, que llamamos “telepatía”, es estar conectado con el alma de Elisha y familiarizarse con el secreto completo de las reencarnaciones de Caín.
7. Los Amigos de Job
Encontramos en el Talmud una descripción clásica de los poderes de la telepatía en la historia de Iov. Este tuvo tres amigos que vinieron a consolarlo de su terrible sufrimiento. Cada uno terminaba su discurso sin poder consolarlo en absoluto, por el contrario lo reprendían, cosa que no beneficiaba a Iov ni interesaba a Di-s. Un cuarto allegado se sentó y escuchó en respetuoso silencio hasta que los tres ancianos terminaron con lo que tenían que decir. Su nombre era Elihu ben Berajel de la familia de Ram y nuestros sabios explican que era de la familia de Abraham, por lo que era ciertamente un judío. El valor numérico de su nombre es igual al de mashíaj, “mesías”, y sabemos que él mismo es el alma del Mashíaj y que hablaba bondadosamente y con sabiduría. De acuerdo con el Rambán en su comentario al Libro de Iov, Elihu reveló a Iov el secreto de la reencarnación y por eso logró apaciguarlo. En este punto del relato, el versículo dice inmediatamente: “y Di-s respondió a Iov”. La palabra vaishá, “y respondió”, utilizada aquí también implica una conexión con la rectificación de Caín, cuya ofrenda a Di-s no habá sido respondida.
Enseñan nuestros sabios algo extraordinario respecto a los tres amigos de Iov, explicando que este fue tal vez el único ejemplo explícito de comunicación telepática en la Biblia. Nos cuentan que los tres amigos sintieron la aflicción de Iov desde una distancia de 300 parsaot (aprox. 1.200 km). Son considerados verdaderos amigos, tan es así que al final del pasaje que discute este asunto en el Talmud, Rava declara: “Esto es lo que la gente [quiere decir cuando] dice: ‘O amigos como los de Iov o la muerte'”. En otro lugar del Talmud encontramos la frase: “o un compañero o la muerte”, significando que la muerte es preferible a vivir sólo en la vida.
Pero aquí la frase es mucho más fuerte, insinuando que la muerte es preferible a vivir una vida sin amigos con los que uno tiene una conexión telepática!
Enseñan nuestros sabios que el segundo Templo fue destruido por odio injustificado entre el pueblo judío y que la rectificación de ese pecado se logrará a través del amor ilimitado hacia todo el pueblo de Israel.
El Arizal va más allá: enseño que lo que demora la llegada del Mashíaj es la verdadera camaradería, no solamente la falta de amor ilimitado. Por eso la redención requiere que exista una amistad sincera y profunda; de amigos que están conectados también por sus pensamientos.
8. Telepatía en el Keter
Nuestros sabios describen la conexión telepática entre Iov y sus amigos con dos parábolas diferentes. Una opinión es que cada uno de los cuatro amigos tenía tres coronas en su casa y en cada una de ellas estaba tallado el rostro de uno de sus tres amigos. Si veía que había un cambio para peor en el rostro de alguna de las coronas, entonces caía en la cuenta de que su amigo estaba atravesando alguna crisis.
Una segunda opinión es que cada uno tenía tres árboles en su jardín y si veía que se caían las hojas de alguno de ellos de una manera no natural, entonces presentía que su amigo estaba sufriendo.
Las palabras utilizadas en el Talmud para “corona” y “árbol” son klila e ilana respectivamente, y ambos tienen el mismo valor numérico 91 (como amén, malaj, ángel. etc.), y los valores numéricos combinados de los dos nombres de Di-s, Havaiá y Elokim).
De acuerdo con la opinión según la cual la transmisión del pensamiento está asociada con la corona, está claro que esta simboliza la supraconciencia, significando que el pensamiento se eleva a la más alta de las sefirot, keter, “la corona”, hasta el punto de tala dibdolja, “el cristal de rocío”.
Según la otra opinión que identifica a la transmisión del pensamiento con un árbol que se marchita o crece, esto simboliza lo que ocurre en la raíz. Aunque el fenómeno se observa en las hojas y las ramas, en realidad depende del poder de crecimiento que yace en las raíces que crecen bajo la tierra. El árbol representa la abundancia que produce keter, el supraconciente. En Cabalá, las diez sefirot que representan los poderes concientes del alma son llamadas ilana dejaie, “el Árbol de la Vida”.
Sin embargo las raíces y más todavía, el poder de crecer bajo la tierra, son considerados como la corona suprema, keter elión, a través del cual uno puede percibir lo que ocurre en los poderes concientes: el tronco, las hojas, las ramas y los frutos.
Vemos entonces que de acuerdo a ambas opiniones el poder de la telepatía está en el keter, la “corona” supraconciente del alma.
9. Los Cinco Poderes del Alma
Otra forma de dividir los diferentes poderes del alma se encuentra en el libro de Tania. Hay estados en que uno debe meditar constantemente sobre los cinco poderes del alma, tres de los cuales ya mencionamos: pensamiento, habla y acción. Los dos poderes del alma por encima de estos tres son llamados midot, “emociones” y sejel, “intelecto”. Las midot serían los sentimientos o “pathos”, mientras que sejel se refiere al intelecto puro y abstracto que está completamente aislado de las emociones.
El autor del Tania, el Alter Rebe, explica que mientras el pensamiento, el habla y la acción son las vestimentas del alma, las midot y el sejel son los poderes esenciales del alma. El sejel es la luz interior y abstracta que puede ser controlada y utilizada por el pensamiento cuando se eleva para vestir el sejel puro. Esto se consigue purificando y clarificando el pensamiento.
Algo que está lleno de fallas e impurezas se vuelve pesado y es arrastrado hacia abajo. Y al purificarlo se vuelve más liviano y puede elevarse más alto. Esto es también cierto para las vestimentas de nuestra alma, que se vuelven sucias y pesadas cuando sucumben a los instintos básicos, más animales, en particular la arrogancia, como lo afirma el versículo: “el espíritu animal desciende por debajo de la tierra”.
Esta tendencia a comportarse de manera animal es la que empuja a la persona hacia abajo y, en particular, hace que sus pensamientos sean de índole más terrenal. Si una persona está contaminada espiritualmente y no logra tener pureza en sus pensamientos y en sus otras vestimentas, entonces es incapaz de actuar con sus pensamientos como Di-s desea.
El anhelo de Di-s es que nos parezcamos a Él, como está escrito: “Y Yo dije, ustedes son dioses”, al crear por medio de nuestros propios pensamiento-mandamientos, como está dicho de Di-s: “Él ordenó y fueron creados”. Esto es jashmal.
Pero si uno está cargado con pecados, entonces no tiene la capacidad de elevarse en sus pensamientos como en la expresión mencionada previamente: “así te elevarás en el pensamiento ante Mi”.
Si las vestimentas del alma no están purificadas, la esencia de las emociones y el intelecto no pueden se verdaderamente sentidos ni tampoco experimentados concientemente. Para que las emociones y el intelecto sean percibidos, uno debe elevar las vestimentas para que los revistan, siendo este el secreto de la carroza que vio Ezequiel, las vestimentas de jeshmal del Hombre Supremo.
El ascenso de los mundos revela las emociones esenciales, primero de la propia persona y luego hasta las de los demás. Sin las vestimentas, los mundos y los niveles superiores del alma humana no pueden ser percibidos.
Cuando los pensamientos purificados se elevan para investir el intelecto, este toma la luz interior esencial del sejel y se vuelca hacia el exterior para actuar sobre la realidad. Esta es la segunda etapa de la purificación del pensamiento. Para alcanzar esta etapa el pensamiento debe primero elevarse para vestir las midot, las emociones, y esto se consigue con la plegaria sincera y de corazón.
Los cinco poderes del alma mencionados corresponden a los cuatro mundos, los tres poderes inferiores se aparejan con los tres mundos inferiores y los dos superiores son paralelos a dos aspectos diferentes del mundo de Atzilut.
Intelecto | El mundo de Atzilut (las tres sefirot superiores) |
Emociones | El mundo de Atzilut (las siete sefirot inferiores) |
Pensamiento | El mundo de Briá |
Habla | El mundo de Ietzirá |
Acción | El mundo de Asiá |
10. Una Meditación para Experimentar Auto Anulación
Otro concepto clave concerniente a estos cinco niveles del alma que el Alter Rebe delineó en el Tania es que para alcanzar la auto-anulación, nuestra vestimenta de acción debe anularse a la vestimenta del habla, que a su vez debe estar anulada a la vestimenta del pensamiento.
El pensamiento por su parte debe anularse a las midot, y estas al sejel. Esto significa que uno debe sentir que la cantidad de luz o vitalidad en cada nivel es totalmente nula y vacía respecto a la luz del nivel inmediato superior.
La esencia del alma está incluso más elevada que estos cinco niveles y para poder llegar a la verdadera auto-anulación, se debe alcanzar la comprensión de que todos los niveles están anulados en definitiva a la esencia del alma.
Esta meditación es completamente opuesta al entendimiento ordinario del mundo.
Desde un punto de vista físico, para alguien que ve al mundo desde una perspectiva de daat tajtón, “el conocimiento inferior”, la acción es algo concreto, mientras que el habla y el pensamiento son abstractos y en consecuencia considerados no muy importantes. Esta idea está incluso planteada explícitamente en el Talmud en la frase: “la acción es lo principal”.
Esto es obviamente cierto, pero sin embargo, cuando uno empieza a meditar sobre esta idea, se da cuenta que la cantidad y la calidad de luz que se revela en cada acción son completamente nulos y vacíos en comparación con la vitalidad del habla.
Similarmente, se entiende de pronto que un pensamiento positivo contiene muchísima más luz e ilumina el alma mucho más que el habla. Esta declaración es una novedad sorprendente, especialmente cuando uno considera las emociones y el intelecto, que son totalmente imperceptibles a alguien que no ha purificado su mente y no ha alcanzado esta comprensión.
Esta falsa percepción de la realidad, viendo que lo que está “arriba” es “nada” y lo que está “abajo” es “algo”, es una percepción superficial de la realidad. La meditación descripta en el Tania nos lleva a comprender que cada nivel está anulado en relación al nivel que tiene por encima, y nos aclara el hecho de que lo que está “arriba” es verdaderamente “algo”, mientras que el mundo exterior es “nada”.
Esta comprensión es llamada daat elión, “el conocimiento superior” y sin él uno es incapaz de purificar los pensamientos. Alguien que percibe el mundo a través de daat tajtón está bajo la influencia del alma animal y oprimido por ella.
En muchos lugares encontramos que los jasidim se refieren al daat tajtón como “la semilla de bestia”, mientras que el daat elión es llamado, “semilla de hombre”. Como en las palabras del profeta Jeremías:
“Y he sembrado la casa de Israel con la semilla de hombre y la semilla de bestia“.
La mayoría de las almas son de daat tajtón, entonces sentimos que lo que es “algo” está abajo mientras que todo lo que está “arriba” es imperceptible y parece ser “nada”. Si uno tiene sólo daat tajtón y siente que el habla está anulada a la acción y que el pensamiento está anulado a la palabra y así sucesivamente, entonces no puede purificar sus “vestimentas” y elevarse más alto.
Entonces no puede alcanzar la “corona” y el “rocío de cristal” que se encuentra allí, que es el poder de la comunicación interior que llamamos telepatía.
11. La Tarea de los Ángeles
Como ya mencionamos, los jashmalaim son un tipo de ángeles. Como se sabe en Cabalá, estos son los kerubim que están de pie a la entrada del pardés, custodiando el sendero del árbol de la Vida en el jardín del Eden, blandiendo la “espada con la hoja giratoria”.
Siempre que una persona justa desea entrar al jardín, estos ángeles comienzan a hablarle muy rápido. Si es capaz de contestar a sus palabras correctamente, entonces se le permite entrar. Pero si se confunde con su perorata y no sigue sus palabras, debe permanecer afuera.
Hay muchas categorías de ángeles, una por encima de la otra. Los de las esferas inferiores elevan nuestras plegarias hacia los de las esferas superiores, hasta que los ángeles más elevados de todos hacen coronas con nuestras plegarias, como si fuera, para Di-s.
El nivel del habla de los ángeles inferiores está al nivel de nuestros pensamientos y el nivel del habla de cada categoría está al nivel del pensamiento de la categoría inmediatamente inferior.
Cuando nos expresamos con una plegaria sincera donde nuestros pensamientos van al unísono con las palabras que emitimos, los ángeles inferiores se visten con nuestro pensamiento y lo toman como propio.
El pensamiento de los ángeles siempre está conectado a su palabra, así el ángel por encima suyo puede investir su propia palabra en el pensamiento del de abajo, transmitiendo así las plegarias. Este proceso continúa por todas las categorías hasta que nuestra plegaria llega a Di-s Mismo.
12. Poderes Espirituales de los que No Son Justos
Aunque habíamos dicho que la telepatía es en realidad un poder Divino de los justos, encontramos que a veces gente “normal” dice tener poderes espirituales similares.
Debe quedar claro que el noventa y nueve por ciento de estos así llamados “curadores”, adivinos espirituales y por el estilo, no son más que charlatanes.
Esto es verdad tanto si embaucan al público concientemente o si ellos mismos creen de verdad que poseen tales poderes. El libro de Tania completo trata de salvar a la gente de la autodecepción.
Sin embargo, existe un pequeño porcentaje de gente que es verdaderamente capaz de adivinar incluso sin haberse purificado en santidad.
Los poderes que posee esta gente no provienen de vestir los poderes del alma más elevados con las vestimentas del pensamiento, más bien tienen agujeros en sus vestimentas, una especie de desnudez a través de la cual se manifiesta la luz proveniente de los poderes superiores del alma.
Antes del pecado original, Adán y Eva estaban desnudos y no se avergonzaban de su desnudez, pero la rectificación de su pecado fue que tuvieron que ponerse vestimentas.
Enseñan nuestros sabios que la palabra levush, “vestimenta”, es una permutación de lo bosh, “no avergonzado”, lo que significa la negación de la vergüenza negativa resultante del pecado.
Las vestimentas son de extrema importancia, tanto es así que la palabra tikún, “rectificación” es un sinónimo de levush.
A través de sus plegarias, los tzadikim elevan y purifican sus vestimentas, especialmente la del pensamiento.
Entonces las vestimentas puras y refinadas se elevan para vestir los poderes interiores del alma, lo que le da al tzadik el poder de realizar acciones espirituales que la gente normal es incapaz de llevar a cabo. Sin embargo, hay gente cuyas vestimentas naturales no están refinadas, más bien tienen “agujeros”. Nacieron con un defecto, como cualquier persona puede nacer carente de algún miembro, Di-s lo prohíba.
Esta persona puede desarrollar sentidos muy agudos en otro órgano para superar su discapacidad. Están los que nacieron con la capacidad de resolver sueños, por ejemplo, porque los agujeros en las vestimentas permiten que se revele la luz interior, otorgándoles el poder de actuar.
Pero estas son las luces no rectificadas del caos y no provienen de la purificación de las vestimentas por parte de la persona, por lo que siempre hay un cierto grado de vanidad en tales personas.
13. El Proceso de Tres Etapas para Elevar las Vestimentas del Alma
El objetivo general que se persigue al purificar las vestimentas del alma es llegar a la purificación de las vestimentas del pensamiento. Nuestras plegarias, si son sinceras de verdad, tienen el poder de elevar las vestimentas del alma y las palabras correspondientes, de vestir las elevadas revelaciones del alma con pureza.
La elevación de las palabras del alma se consigue elevando primero el pensamiento para vestir las emociones puras. Entonces el habla asciende al lugar donde estaba previamente el pensamiento y entonces se puede hablar con los pensamientos telepáticamente.
Las vestimentas se elevan en santidad a través de un proceso que consta de tres etapas. El santo Baal Shem Tov, fundador del movimiento jasídico, enseñó que todo proceso espiritual consta de tres etapas: hajnaá, havdalá y hamtaká, que significan “sumisión”, “separación” y “dulcificación”. En nuestro caso, estas tres etapas corresponden a jashmal. Para adecuarse a estas tres etapas, jashmal se convierte en jash-mal-mal. De esta manera, atrae la unicidad de jashmal desde el punto en que brilla en el mundo de Atzilut, donde existe la paradoja de que el silencio transmite comunicación a los mundos inferiores, donde aparece como “a veces en silencio, a veces hablando”. Esto se consigue con el agregado de la etapa intermedia que conecta jash con mal. Esta segunda etapa también se llama mal, derivada de la misma raíz que la palabra milá, “circuncisión”.
La primera etapa de hajnaá (jash) tiene lugar antes de que el pensamiento se eleve para investir las emociones, y consiste en la purificación de los pensamientos para prepararlos para el ascenso. Esta es la etapa de la espera y la preparación para rezar, para limpiar el pensamiento. Una manera de conseguir esta limpieza es relatar historias de personas justas, como aprendemos del versículo que se refiere al profeta Elishá: “Por favor, cuéntame las grandiosas acciones que realizó Elishá” (3).
Esto nos lleva a un estado de gadlut mojin, “pensamiento amplio, maduro” y nos entrena para distinguir entre los actos de un tzadik y los que realiza un hechicero, iguales en apariencia. Un ejemplo de acciones aparentemente similares mencionadas en la literatura jasídica es la capacidad del justo Pinjás de flotar en el aire y la similar habilidad que poseía el perverso Bilam. Sólo alguien que purificó su pensamiento a través de la hajnaá es capaz de distinguir entre los dos.
Otra forma de conseguir silenciar los “ruidos” interiores, la primera etapa de jash o hajnaá, es escuchar música jasídica profunda, que purifica los pensamientos y lleva a un estado de paz interior, por la comprensión de que todo lo que hace Di-s es para bien, un estado de alegre optimismo y fe ciega.
Una persona en tal estado de paz interior esta conciente de que todo lo que pasa es “una causa” de un efecto dentro del plan Divino, y que cada causa es una manifestación de Di-s Mismo.
Luego de la primera etapa, se adquiere la capacidad de recibir pensamientos transmitidos por otros, como en la historia de Iov, en la cual sus amigos simplemente recibieron los sentimientos que aquel les transmitió.
Esta etapa precede al ascenso del pensamiento para investir las emociones. Cuando se llega a este estado, los pensamientos ya han sido purificados a tal grado que se han vuelto un recipiente para recibir las transmisiones que llegan hasta él.
La siguiente historia ilustra esta habilidad.
… …Rabi Pinjas de Koritz le escribió una carta al Maguid de Mezeritch agradeciéndole por haber pensado en él. Esto sucedió el año siguiente al de la desaparición del Baal Shem Tov, después de que el Maguid hubo aceptado el liderazgo del movimiento jasídico, explicitando exactamente el momento en que había ocurrido en que había una gran distancia entre los dos. Rabi Pinjás le escribió que los pensamientos del Maguid hacia él fortalecían su servicio a Di-s.
Vemos en esta historia cómo siente un tzadik cuando otros piensan en él. Esto es verdadero dibuk javerim, apego al compañero o “compañerismo”, algo común entre los discípulos del Baal Shem Tov, de quienes aprendimos explícitamente que eran capaces de sentir cuándo uno pensaba desde lejos en el otro.
La segunda etapa, havdalá, mal o “separación”, consiste en el bitul haiesh. “anulación del ser” o bitul haaní, “anulación del yo” o auto anulación. Habiendo alcanzado un estado de paz interior y fe total en Di-s, la persona debe restituir todo a Di-s, como está dicho: “DadLe lo que es de Él, porque tú y lo que posees es de El”, y como fue cantado por el rey David: “Porque todo es de Ti y de Tu mano te hemos dado”.
En esta etapa la persona siente que no tiene nada, que ni siquiera es un emisario, que todo lo que hace es sólo Di-s actuando a través suyo y que en realidad él mismo no hace nada; es simplemente un “ayudante insignificante”.
Este es el servicio de “separación” en el alma que tiene el poder de permitir el ascenso del pensamiento para investir las emociones. Al completar esta etapa se puede sentir y revelar el amor que incluye el temor del judío a Di-s, que había estado oculto en el alma. Entonces, el habla sube al lugar del pensamiento y ahora se puede hablar a través de los pensamientos.
continuación
Una vez alcanzada esta etapa de bitul haiesh, la persona es capaz de comunicarse a través del pensamiento. Otra historia podrá ilustrar mejor este punto:
En Rusia, los poderes gobernantes querían invocar ciertas leyes concernientes a la educación judía, que estaban en contra del jasidismo y del judaísmo en general.
El tercer Rebe de Jabad, el Tzemaj Tzedek, fue llamado a la corte para representar al jasidismo y Rabí Itzjak de Volozhin para representar a la corriente Lituana del judaísmo.
En cierta etapa del proceso se volvió necesario que el Tzemaj Tzedek “plante” en la mente de Rabí Itzjak la respuesta que debería dar a los jueces.
Rabí Itzjak recibió el pensamiento e inmediatamente respondió de acuerdo con él. La respuesta fue satisfactoria y las leyes no fueron aplicadas.
Más tarde, Rabí Itzjak vino al Tzemaj Tzedek y le agradeció fervorosamente por la respuesta que le había transmitido.
De esta historia podemos aprender que estos grandes tzadikim eran capaces de transmitir pensamientos y recibirlos.
Luego del ascenso del pensamiento hasta el lugar de las emociones, con la conclusión de la etapa de havdaláh, “separación”, viene la tercera etapa, hamtakáh, “dulcificación”, el segundo mal de jashmal, por medio del cual se logra el ascenso del pensamiento hasta el intelecto puro.
El poder de este segundo ascenso es el de actuar sobre la realidad, no simplemente sembrar pensamientos o hablar por medio de la mente, sino producir cambios reales en la realidad por el poder del pensamiento.
Esto se logra cuando las vestimentas de la acción están a nivel del intelecto puro, permitiéndole a la persona llevar a cabo innovaciones en la naturaleza, produciendo milagros que pueden parecer naturales o que llegan a cambiar por completo las leyes de la naturaleza.
(Debe notarse que sólo se eleva la dimensión interior de las vestimentas, mientras que la dimensión externa permanece en su lugar.)
Para que el pensamiento invista al intelecto puro, cambiando el vector fuerza de su luz de manera tal que de iluminar internamente pase a iluminar hacia afuera, se debe lograr una forma aún más elevada de auto anulación, llamada bitul bimetziut, “anulación de la realidad”.
Esto es un sentido absoluto de daat elión, conocimiento supremo, en donde los mundos superiores son verdaderamente “algo” mientras que la realidad ordinaria es “nada”.
Este es un paso más allá del concepto jasídico de que el mundo fue creado iesh meain, “algo de la nada”, e involucra la comprensión de que la realidad es absolutamente insignificante desde el punto de vista de Di-s, siendo El la única realidad verdadera.
Tomar semejante luz colosal y dirigirla hacia fuera es completamente paradoxal, de momento que en este estado lo exterior ha sido completamente anulado. Sin embargo esto es lo más maravilloso de todo, que la Torá y las mitzvot fueron entregadas con el objetivo de esta innovación: proyectar hacia el exterior la luz de daat elión, que en si mismo sólo puede iluminar dentro de suyo y no tiene capacidad de iluminar hacia el exterior, porque lo exterior está completamente anulado y vacío y no tiene forma de elevarse hasta Di-s.
Traer esta luz a la realidad ordinaria es lo que se denomina mitzvá, que puede verse como un derivado de la misma raíz de tzavta, “unión”.
La siguiente parábola jasídica trae luz sobre esta idea, de cómo un ser humano puede siquiera aspirar a conectarse con Di-s:
Había una vez un hombre muy sabio y una persona muy simple; entre ellos no podía haber comunicación en absoluto, ya que el hombre sabio estaba ocupado con sus propósitos intelectuales mientras que el hombre simple no poseía semejante entendimiento intelectual. No sentían ninguna conexión uno por el otro hasta que un día el hombre sabio requirió asistencia física del hombre simple. Sólo entonces se estableció un conexión entre los dos.
Esto está de acuerdo con el principio que especifica: “servir [a eruditos de la Torá] es más grande que estudiar [la Torá]”. Al ayudar a los sabios de la Torá uno puede llegar a un lugar que otros no son capaces de alcanzar, incluso si estudiaran otros cuarenta años.
Esta es otra particularidad que puede ser aprendida del profeta Elishá, quien sirvió a Eliáh, ameritando mayores poderes que los de su maestro.
Hay una sola frase en toda la Torá donde la palabra tzav aparece como un sustantivo: “tzav letzav, kav lakav, zeer sham, zeer sham”. Una explicación de tzav letzav, (un tzav para un tzav, un mandamiento para un mandamiento) es que en contraposición a cada mandamiento de la Torá hay una instrucción (“mandamiento”) malvada que la psique recibe del “otro lado”.
Una segunda explicación es que por cada uno de los mandamientos de Di-s, se debe establecer un límite con más mandamientos (restricciones) para resguardarlo, como está dicho: “haz un cerco para la Torá” y de manera análoga: “un cerco para la sabiduría es el silencio”.
Una tercera explicación es que los mandamientos deben ser dados en cantidades medidas y pequeñas, tal como se alimenta a un niño pequeño, gota a gota. Estas tres explicaciones se comparan con jash-mal-mal y la elevación de las vestimentas del pensamiento por medio de las tres etapas delineadas arriba.
Primero, sometiendo (jash) la inclinación negativa que viene a contradecir el mandamiento positivo de la Torá, se purifica la vestimenta del pensamiento mismo, que es la primera etapa de esta elevación.
Luego, para que el pensamiento se eleve al lugar de las emociones, se requiere la restricción de las tendencias emocionales naturales, de tal manera que no dominen nuestras acciones. Por la misma razón, los sabios aspiraban a “crear una barrera restrictiva” para proteger el cumplimiento de los mandamientos. Esta segunda etapa involucra un proceso de havdaláh o “separación” que es la esencia de la primera etapa de mal.
Finalmente, cuando el pensamiento se eleva al intelecto puro y adquiere el daat elión, está listo para ser exteriorizado directamente mediante el cumplimiento de las mitzvot. Como tal, para que no “quiebre” la realidad, la cualidad iluminadora de daat elión debe insertarse gota a gota.
Esto también está correlacionado con el dictamen halágico que establece: “”las mitzvot no deben ir en manojos”. Más bien, cada mitzvá debe ser realizada separadamente y con su intención particular. Ocuparse de la realidad y rectificarla con daat elión a través de las mitzvot corresponde a la tercera etapa correspondiente al segundo mal.
Adicionalmente, cada una de estas tres etapas puede ser interpretada como correspondiente a una de las tres frases en el versículo antes citado. “Tzav letzav” corresponde a la sumisión de la inclinación negativa; “kav lakav” corresponde a demarcar cada mitzvá con una línea (el significado de la palabra kav) y “zeeir sham, zeeir sham” que significa literalmente “un poco allí, un poco allí” corresponde al requerimiento de que las mitzvot sean realizadas individualmente, “gota a gota”).
Para alcanzar el nivel en el cual los pensamientos revisten el intelecto puro, uno debe unirse con “El ordenó y fueron creados”, que como se mencionó, esta frase tiene el mismo valor numérico que jeshmal. A este nivel se recibe el poder de dar una orden y de ella crear en un estado de conciencia natural. Esto ocurre a través del secreto de la expresión tzav letzav, como se dijo.
Esta es la manera de elevar el pensamiento para actuar sobre la realidad, en cuyo punto el habla se eleva para vestir las emociones. En esta etapa se comprende el secreto de liba depuma galia, “el corazón se revela en la boca”, que es un objetivo mesiánico, como enseña la Cabalá que la razón de que el Mesías no haya llegado aún es porque estamos en un estado en el cual el corazón no se revela en la boca. Cuando esto sucede es un estado de rectificación completa llamado en Cabalá “el secreto de la imagen rectificada”.
Etapa del Servicio | Método del servicio | Etapa Completa | Resultado del Servicio |
Hamtakáh – Mal | El secreto de las tres explicaciones de la expresión tzav letzav | Bitul bimetziut | Habilidad de actuar sobre la realidad a través del pensamiento |
Havdaláh – Mal | Devolver todo nuestro ser a Di-s | Bitul haiesh | Habilidad de transmitir pensamientos |
Hajnaáh – Jash | Relatar historias de tadikim; escuchar melodías jasídicas profundas | Purificación del pensamiento | Paz interior, confianza total en Di-s, habilidad de recibir pensamientos transmitidos |