“Las siete vacas buenas son siete años y las siete espigas buenas son siete años, es un mismo sueño.” Los sueños están cargados de símbolos que deben interpretarse adecuadamente. Esta es la sabiduría especial de Iosef el Tzadik. Él resuelve (poter) los sueños, los cose (tofer) uniendo los trozos de significado y crea un tapiz entero. (Iosef es llamado “Ben Porat Iosef” – Porat es otra permutación de poter y tofer).
La brillantez principal de la interpretación de Iosef fue explicar los símbolos dentro de la dimensión del tiempo: las vacas y las espigas representan años. Esto es también lo que hizo cuando interpretó los sueños de los ministros del Faraón en la porción anterior de la Torá. Las tres ramitas de la vid del ministro de las bebidas son tres días y las tres cestas en el sueño del ministro de los productos horneados son los mismos tres días.
El tiempo es la dimensión interior de la realidad. Podemos percibir físicamente las tres dimensiones del espacio: longitud, ancho y profundidad, pero hay una cuarta dimensión interna adicional: la dimensión del tiempo (tal como la ciencia moderna ha aprendido a revelar la conexión maravillosa entre el espacio y el tiempo). De esta manera Iosef ve la dimensión interior de la realidad. Así como nosotros vemos la dimensión de espacio, él ve la dimensión del tiempo frente a sus ojos. De esta manera puede interpretar los sueños.
La diferencia entre las diferentes interpretaciones es que, en los sueños de los ministros del Faraón, Iosef interpretó los símbolos como días, mientras que en los sueños del Faraón los interpreta como años. Esto es exactamente lo que se insinúa en las primeras palabras de esta parte de la Torá: “Y fue al final de dos años de días” la conexión entre los años y los días. El final de los días ha llegado, y ahora nos relacionamos con los años.
¿Cómo sabía Iosef cuándo la interpretación era en días y cuando en años? Una de las explicaciones es que la palabra día, iom, está en la forma gramatical masculina, mientras que año, shaná, es una forma femenina (en hebreo, las formas masculinas o femeninas de las palabras tienen un profundo significado). Cuando el sujeto es ramitas y cestas, que son palabras masculinas en hebreo, la interpretación es en días que también es masculino. Cuando el sujeto es vacas y espigas, ambas femeninas, la interpretación es en años que es femenino. Además, una simple guematria es que el valor numérico de Paró, פרעה, Faraón, es el mismo que shaná, שנה, año.