SHABAT SHALOM MISHPATIM 5785

ayúdanos a difundir la dimensión interior de la torá

*SHABAT MISHPATIM*

“MEJOR, Y CADA VEZ MEJOR…”

El primer artículo que presentamos abajo en esta entrega artículo es un hermoso ejemplo de la unión entre Torá y ciencia, elevando y refinando un enfoque psicológico secular y profundizando en conceptos filosóficos modernos a la luz de la Torá y la Cabalá.

El enfoque psicológico en cuestión es el desarrollado por el Prof. Viktor Frankl, un judío sobreviviente del Holocausto, fundador de la logoterapia y considerado el padre de la psicología positiva.

El Rebe de Lubavitch valoró la teoría de Frankl y la consideró adecuada y correcta, a diferencia de muchas otras corrientes psicológicas que acentúan los aspectos bajos y negativos del alma humana, debilitando su moralidad y bondad tanto a nivel individual como social.

Frankl era un judío creyente y otorgó un lugar importante a la fe en su pensamiento. Sin embargo, la aplicación de su método dentro de un marco judío y religioso requiere una elevación adicional.

Frankl dirige su método a “toda persona” y lo ayuda a convertirse en “una persona decente”.
La Torá, en cambio se dirige a la persona para elevarse a través de la fe y el servicio a Dios y a través de su elevación elevar el mundo. Su aspiración final no es solo ser una persona decente, sino ser un tzadik.

SIGNIFICADO, VERDAD Y CONTENIDO

El artículo continúa explorando conceptos filosóficos más generales:
¿Qué es significado?
¿Cómo debemos entender los conceptos de “verdad” y “contenido”?

Aquí también se percibe el método de refinamiento y “conversión” del pensamiento secular. Explicar estos conceptos filosóficos a través del lenguaje de la Pnimiut HaTorá, la Cabalá y el Jasidut, permite colocarlos en su lugar adecuado creando una jerarquía clara y precisa.

LA MISIÓN DE NUESTRA GENERACIÓN: LA CORRECCIÓN DE LA CIENCIA

Una mención especial sobre la importancia de unir la Torá y la ciencia aparece en el segundo artículo del boletín.

El rabino Ginsburgh enfatiza que la corrección en la relación entre la fe y la ciencia es la misión de nuestra generación.

El avance de la ciencia y la tecnología en los últimos siglos ha llevado a una situación en la que toda la humanidad “se inclina y se postra” ante los nuevos ídolos del conocimiento y la sabiduría humana.

Incluso las instituciones religiosas, la fe en el Creador, la providencia divina y los milagros que trascienden las leyes de la naturaleza, han sido subordinadas a la lógica científica.

Este estado debe ser corregido y transformado.
No es necesario rechazar la sabiduría humana ni sus logros.
Pero sí es esencial elevar la fe y la Torá por encima de ellos.