Tania Capítulo 42-1
y el Mes de Sivan
https://youtu.be/B39eszGzaSQ?list=PLS1OhwY8Oh7eCin8Y_x7xGdLNCIrqSwLm
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Likutei Amarim, comienzo de Capítulo 42
A la luz de lo que ya se ha dicho antes sobre el tema del Temor de Nivel Inferior, se comprenderá claramente el comentario talmúdico sobre el versículo: “Y ahora, Israel, ¿qué pide Di-s, tu Señor, de ti? Sólo que temas a Di-s, tu Señor”. [Pregunta al respecto el Talmud:] “¿Es el temor, acaso, cosa tan pequeña?” [Y responde] “Sí. En el caso de Moshé es cosa pequeña”, etcétera. A primera vista, la respuesta [del Talmud] es incomprensible, Pues [el versículo] pregunta “[¿Qué pide Di-s] de ti?” La explicación, sin embargo, es la siguiente: En cada una de las almas de la Casa de Israel en particular hay algo de la calidad de nuestro maestro Moshé —sea la paz con él—, pues él es uno de los “siete pastores” que hacen que fluyan vitalidad y Divinidad para la comunidad de almas de Israel, en razón de lo cual son denominados “pastores”. Nuestro maestro Moshé los abarca a todos ellos, y es llamado “el pastor fiel”. Esto significa que él atrae la cualidad de dáat hacia la comunidad de Israel, de modo que ellos puedan conocer a Di-s [y ser sabedores de El], cada cual conforme la capacidad intelectual de su alma y su raíz en lo Alto, y [de acuerdo al grado de] su nutrición de la raíz del alma de nuestro maestro Moshé que está enraizada en el Dáat Elión (“Conocimiento Supremo”) de las Diez Sefirot de Atzilut las que están unidas con su Emanador porque El y Su conocimiento son uno, y “El es el Conocimiento, [el Conocedor y lo Conocido]”.
Estudio de Jasidut: Tania
Capítulo 42 clase 2
El Amor no es todo
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Sin embargo, [la persona] debe tener permanentemente en mente cuál es el comienzo del servicio [Divino], así como su núcleo y raíz. Esto quiere decir que aunque el temor es la raíz de “aléjate del mal” y el amor [es la raíz] de “haz el bien”, no obstante, no basta con despertar solamente el amor para “hacer el bien”, sino que, al menos, [antes de ejecutar el mandamiento positivo, la persona] debe despertar primero el temor natural que se encuentra oculto en el corazón de cada judío para no rebelarse contra el Supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea, como se declarara arriba, a fin de que [este temor] se manifieste en su corazón o, al menos, en su mente. Esto significa que [a fin de despertar dentro de sí esta última clase de temor, que] al menos medite en su mente acerca de la grandeza del bendito Ein Sof y su Majestad, que se extiende a todos los mundos, tanto superiores como inferiores, y que [considere además que] “El llena todos los mundos”, y “abarca todos los mundos”, como está escrito: “¿No lleno acaso Yo el cielo y la tierra?” Y, con todo, [Di-s] deja de lado a [las criaturas de] los [mundos] superiores y a [las criaturas de] los inferiores, y confiere su Majestad únicamente a Su pueblo Israel, en general, y [se la confiere] a él en particular pues la persona tiene el deber de decir: “En aras de mí fue creado el mundo”. Y él, por su parte, acepta Su Soberanía sobre sí, que El sea Rey sobre él, para servirlo a El y hacer Su Voluntad en toda clase de labores serviles.
CAPÍTULO 42 PARTE 3:
ADHERIR EL PROPIO DÁAT A DI-S
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Esta capacidad y esta cualidad de adherir el propio Dáat a Di-s [de modo que la persona no sólo comprenda, sino que también sienta Divinidad, y se vuelva de ese modo totalmente unida a Di-s,] está presente en cada alma de la Casa de Israel, en virtud de su nutrición del alma de nuestro maestro Moshé. Sólo que, puesto que el alma se ha investido en el cuerpo, precisa de un esfuerzo grande y poderoso, doble y redoblado, [a fin de sentir y estar ligada a Di-s]. [El] primero [de este esfuerzo ‘doble’] es el “esfuerzo de la carne”, [es decir, despojarse de las trabas corporales,] machacar el cuerpo y lograr su sumisión, para que no oscurezca la luz del alma, como se mencionara antes en nombre del Zohar, que “un cuerpo en el cual no penetra la luz del alma, debe ser machacado”, cosa que se logra por medio de meditaciones de penitencia desde lo profundo del corazón, como se explica allí. El segundo [aspecto de este esfuerzo ‘doble’] es el esfuerzo del alma [para revelar los poderes de ésta]: que la labor de esforzar el propio pensamiento no le resulte pesada a ella, para ahondar en la grandeza de Di-s y reflexionar acerca de ella por un tiempo largo e ininterrumpido, pues la medida de este tiempo no es idéntica en cada alma. Existe aquella alma que es refinada por naturaleza, que, inmediatamente al reflexionar acerca de la grandeza de Di-s, es sobrecogida por el temor y el miedo a Di-s. Como está escrito en el Shulján Aruj, Oraj Jaím, secc. 1, que “cuando el hombre reflexiona que el gran Rey —el Supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea, con cuya gloria está lleno todo el mundo— está sobre él y ve sus acciones inmediatamente se verá sobrecogido por el temor…”. Y existe aquella alma que es de naturaleza y origen bajo, que proviene de las gradaciones inferiores de las Diez Sefirot de Asiá, y no puede descubrir Divinidad por medio de la meditación salvo con dificultad y forzada insistencia, especialmente si [el alma no sólo es de baja naturaleza, sino que, además,] ha sido impurificada por el “pecado de juventud”, pues los pecados se interponen [entre el judío y Di-s] [como está escrito en Séfer Jasidím, cap. 35].
ESTUDIO DE JASIDUT TANIA
CAPÍTULO 42 PARTE 4:
NO TIENES CUERPO, Y TODO VIENE DE TI
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Como dijeron nuestros Sabios: “Reflexiona acerca de tres cosas, [y no llegarás a pecar: Sabe qué hay encima de ti] — un Ojo que ve y un Oído que oye…”.
Y aunque El no tiene apariencia corpórea, sin embargo, por el contrario, [ése es precisamente el motivo de que] todo Le es revelado y conocido a El infinitamente más que, por ejemplo, a través de [los medios físicos de] la visión o el oído. A modo de ilustración, [el “ver” y “oír” de Di-s, el hecho de que todo Le es revelado y conocido,] es como el hombre que conoce y siente dentro de sí todo lo que ocurre a cada uno de sus 248 órganos y lo que estos experimentan, tal como el frío y el calor, sintiendo incluso el calor de las uñas de sus pies, por ejemplo, cuando es quemado por el fuego; así también su esencia y substancia; y todo lo que es afectado en [o: por] ellos, [la persona] lo conoce y lo siente en su cerebro. De una similar manera de conocimiento, a modo de analogía, conoce Di-s todo lo que acontece a todos los [seres] creados, [tanto de los mundos] superiores como inferiores, porque todos ellos reciben su flujo de vida de El, como está escrito: “Pues de Ti viene todo”. Y éste es el significado de lo que decimos: “…y ninguna criatura está oculta a Ti”. Tal como Maimónides [hablando como filósofo] dijo [y esto ha sido aceptado por los Sabios de la Cabalá, como escribe Rabí Moshé Cordovero en Pardés] que conociéndose a Sí mismo, por decirlo de alguna manera, El conoce todas las cosas creadas, cuya fuente de existencia es Su verdadera existencia.
Sin embargo, esta analogía [del alma y el cuerpo] es sólo para “calmar al oído”. En verdad, no guarda similitud alguna con el objeto de comparación, [la Divinidad y la Creación]. Pues el alma humana, aun la racional y la Divina, se ve afectada por los eventos que acontecen con el cuerpo y su dolor en razón de estar realmente investida dentro del alma vitalizadora que [a su vez] se inviste en el cuerpo propiamente dicho. Di-s, en cambio, no Se ve afectado —Di-s libre— por los eventos del mundo y sus cambios, ni por el mundo mismo, pues ninguno de ellos afecta cambio alguno en El, Di-s libre. A fin de percibir esto bien con nuestra inteligencia, los Sabios de la Verdad ya lo han tratado extensamente en sus libros [y allí podrá encontrarse una explicación]. Sin embargo, todos los judíos [como descendientes de los Patriarcas que creyeron en Di-s] son “creyentes, descendientes de creyentes”, sin ninguna clase de especulación intelectual humana, y ellos declaran: “Tú eras [el mismo] antes de que el mundo fuera creado”, etc., como se explicara arriba, en el cap. 20.
Estudio de Jasidut Tania
Capítulo 42 Parte 5 final:
ENTRENAMIENTO CONSTANTE
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Este, entonces, es el significado del versículo: “[Di-s pide de ti] sólo que temas a Di-s, tu Señor, para marchar en todas Sus sendas”. Pues éste es el temor que lleva al cumplimiento de los mandamientos de Di-s, [que implican] alejarse del mal y hacer el bien. Este es el “Temor de Nivel Inferior” que se ha analizado anteriormente. [Ahora, la respuesta del Talmud —”para Moshé es cosa pequeña”— se torna comprensible. Significa que] tal como se aplica a “Moshé”, es decir, en relación con la cualidad de dáat que está en el Alma Divina de cada judío, esto es [realmente] cosa pequeña, como se ha afirmado arriba [pues dáat es [la facultad] que conecta el entendimiento oculto del corazón con la revelación concreta en el pensamiento, como lo saben quienes están familiarizados con la Disciplina Esotérica].
Además de esto, [la persona] debe recordar que, como en el caso de un rey mortal, el temor [a él] se relaciona principalmente con su esencia interior y vitalidad y no con su cuerpo —pues cuando duerme, [aunque su cuerpo no cambia] no se le teme— y, ciertamente, su esencia interior y vitalidad no son percibidos por los ojos físicos, sino sólo con los ojos de la mente, a través de los ojos físicos que están observando su cuerpo y atuendos, y sabiendo que esta vitalidad está investida en ellos. Y si esto es así, [pues entonces en el objeto de la analogía pasa lo mismo: no sólo el Rey lo está viendo a él, sino que también él está viendo al Rey, y eso lo lleva a temer a Di-s, lo que es más la persona] debe del mismo modo temer realmente a Di-s cuando observa con sus ojos físicos los cielos y la tierra y todas sus huestes, en los que está investida la [infinita] luz del bendito Ein Sof que los anima.*
**NOTA**
Y también se ve con la mirada del ojo que ellos están anulados a Su bendita luz, por el hecho de que se “prosternan” cada día hacia el oeste en el momento en que se ocultan. Como los Sabios comentaron sobre el versículo: “…y la legión de los cielos se inclina a Ti”, que la Shejiná mora en el oeste, de manera que [las huestes celestes no sólo demuestran su anulación cuando se ponen en el oeste, sino que] su órbita diaria hacia el oeste es una suerte de postración y autoanulación. Ahora bien, incluso aquel que nunca ha visto al rey y no lo conoce en absoluto, no obstante, cuando ingresa a la corte real y ve muchos príncipes honorables postrándose ante un hombre, cae sobre él temor y reverencia.
Y aunque en esta investidura [de la fuerza vital Divina en los seres creados] están involucradas muchas vestimentas, no hay diferencia ni distinción en absoluto en el temor a un rey mortal, ya sea que éste esté desnudo o vestido con una o muchas ropas.
Lo esencial es, sin embargo, el entrenamiento para habituar la propia mente y pensamiento continuamente, de modo que siempre quede en su corazón y mente la impresión de que todo lo que ve con sus ojos —los cielos, la tierra, todo lo que ellos contienen— constituyen las vestimentas externas del Rey, el Santo, bendito sea. De esta manera recordará constantemente su interioridad y vitalidad. Esto está también implícito en la palabra emuná (“fe”), que es un término que indica “entrenamiento” al que el hombre acostumbra a sí mismo, como un artesano que entrena sus manos, y así por el estilo.
**Estudio de Jasidut Tania**
**Capítulo 43 Parte 1**
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/177
Respecto de este [nivel de] irá tataá [del que se dijera que está al alcance de cada judío,] que es [necesario] para el cumplimiento de Sus mandamientos en ambas áreas de “apártate del mal” y “haz el bien”, fue dicho: “Si no hay temor [a Di-s], no hay sabiduría”. [Este nivel inferior de temor] comprende un aspecto de “pequeñez” y un aspecto de “grandeza”. Esto, [que tiene la cualidad de “grandeza”,] es cuando esta categoría de temor resulta de la contemplación de la grandeza de Di-s [según ésta se percibe mediante el hecho de que El provee de vida a la Creación, o sea] que El llena todos los mundos, y “de la tierra a los cielos hay una distancia de 500 años,… y la distancia de un cielo al siguiente [es también de un viaje de 500 años”, y] “los pies de los [ángeles llamados] jaiot igualan a todos ellos…”, y similarmente [con la propia meditación] acerca del “encadenamiento” (Hishtalshelut) de todos los mundos, uno superior al otro hasta las más portentosas alturas [de los mundos más espirituales]. No obstante, este temor es llamado temor externo e inferior, irá tataá, porque se deriva de los mundos, pues ellos son “vestimentas” del Rey, el Santo, bendito sea, quien Se esconde, oculta e inviste en ellos para animarlos y darles existencia, a fin de que puedan existir a partir de la nada… Sólo que [este temor] es la puerta y entrada al cumplimiento de Torá y mitzvot.
**AMOR COMO FUEGO Y AMOR MUNDANO**
**Estudio de Jasidut: Tania Libro de los Intermedios**
**Capitulo 43-2**
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/187
Sin embargo, en cuanto a irá ilaá, un temor [que emana de una sensación] de vergüenza [ante la grandeza de Di-s] y un temor interior que se deriva de los aspectos interiores de la Divinidad dentro de los mundos — respecto de éste dijeron [nuestros Sabios]: “Si no hay sabiduría, no hay temor”. Pues jojmá es kóaj ma y “Jojmá viene de Ain” (“nada”), y [nuestros Sabios dijeron, además:] “¿Quién es Sabio? Aquel que ve lo que nace [y es creado]”. Vale decir que ve cómo todo nace y es creado del no ser al ser por medio de la Palabra de Di-s y el aliento de Su bendita boca, como está escrito: “…y con el aliento de Su boca, todas las huestes de ellos [fueron creadas]”. Por eso, los cielos y la tierra y todas sus huestes están realmente anulados de la existencia dentro de la Palabra de Di-s y el aliento de Su boca, y son considerados como nada en absoluto, realmente nulidad y nada, tal como la luz y el resplandor del sol se anulan dentro del cuerpo del sol mismo. Que ningún hombre se excluya de este principio. [Que se dé cuenta] que también su cuerpo y néfesh, rúaj y neshamá están anulados plenamente en la Palabra de Di-s [que los creó], y Su palabra está unida a Su pensamiento…, como se ha explicado arriba extensamente [caps. 20 y 21], por analogía del alma humana, de la que una aserción de su habla y pensamiento son realmente como nada… Esto es lo que [pretende] el versículo [cuando] dice: “He aquí que el temor a Di-s, eso es sabiduría”.
Sin embargo, uno no puede lograr este temor y sabiduría salvo por intermedio del cumplimiento de la Torá y las mitzvot a través de irá tataá, que es un temor externo. Y a esto alude la declaración: “Si no hay temor, no hay sabiduría”.
Ahora bien, también en el amor hay dos grados: ahavá rabá (“amor inmenso”) y ahavat olám (“amor eterno”). Ahavá rabá es un amor gozoso [y extático], es una llama ardiente que se eleva por sí misma y viene de lo Alto a modo de un regalo para aquel que es perfecto en temor, como se sabe del dicho de los Sabios: “El estilo del hombre es buscar una mujer [para sí]”. [En términos espirituales:] el amor es llamado “hombre” o “varón” —como está escrito: “El ha recordado (zajár) su bondad”— mientras que la mujer [simboliza] “temor a Di-s”, como se sabe. Sin el prerrequisito del temor, es imposible lograr el nivel de ahavá rabá, pues este amor se origina en el plano de Atzilut donde no hay segmentación o desunión, Di-s libre.
Ahavat olám, [el segundo e inferior nivel de amor,] sin embargo, es aquel que proviene del entendimiento y la comprensión de la grandeza de Di-s, el bendito Ein Sof, Quien llena todos los mundos y abarca todos los mundos, y ante Quien todo es considerado como la nada absoluta, como la nulidad de una aserción dentro del alma inteligente mientras está todavía en su pensamiento o en el deseo de su corazón, como se ha explicado antes. Como resultado de semejante meditación, el atributo de amor que está en el alma será por sí mismo despojado de sus vestimentas [que ha vestido antes], es decir, [el amor] no se investirá en cosa alguna de placer o goce, ya sea físico o espiritual, para quererlo, ni deseará en absoluto cosa alguna en el mundo sino a Di-s solamente, la Fuente de la vitalidad de todos los deleites, pues ellos en realidad están todos anulados y son considerados como la nada absoluta, comparados con El, no habiendo modo de comparación o similitud entre ellos —Di-s libre—, tal como no hay comparación entre aquello que es absolutamente nada y nulo, y la vida eterna, como está escrito: “¿A quién tengo yo [para amar] en el Cielo, [fuera de Di-s]?” [El versículo continúa:] “Y no hay nada sobre la tierra que yo desee Contigo“. [El versículo siguiente dice:] “Mi carne y mi corazón anhelan por Ti, Roca de mi corazón”, como se explicará más adelante [los diferentes niveles de amor que el judío puede lograr al contemplar la grandeza de Di-s].
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También aquel en el que el atributo de amor que está en su alma no se inviste en absoluto en deleite físico o espiritual alguno, es capaz de encender su alma como con brasas ardientes, fuego intenso y llama que se remonta al cielo, por medio de la meditación en las cuestiones mencionadas arriba, como se explicará más adelante.
Esta [segunda] categoría de amor precede a veces al temor, conforme la calidad del dáat que la engendre, como se sabe, [pues dáat incluye tanto jasadím como guevurot, que son amor y temor; y a veces los jasadím descienden y se manifiestan primero]. Por lo tanto, es posible que una persona malvada y pecadora se arrepienta en virtud del amor que nace en su corazón en el momento en que recuerda a Di-s, su Señor.
De cualquier forma, el temor, también, está incluido dentro de él de por sí, sólo que se encuentra [allí] en un estado de “pequeñez” y “ocultamiento” —a saber, como temor al pecado, [temor] de rebelarse contra El, Di-s libre—, en tanto que el amor está en un estado revelado en su corazón y mente. Sin embargo, semejante caso es una ocurrencia extraordinaria y una “prescripción de emergencia”, a través de la Providencia Individual de Di-s según requiera la circunstancia, como sucedió con Rabí Elazar ben Durdaia.
Sin embargo, el orden [regular] del servicio [a Di-s], que es determinado por la elección del hombre y depende de ésta, consiste en comenzar con el cumplimiento de la Torá y las mitzvot por medio de irá tataá, al menos en su estado de “pequeñez”, apartándose del mal y haciendo el bien, a fin de iluminar su Alma Divina con la luz de la Torá sus mandamientos, tras lo cual brillará sobre ella también la luz del amor [pues el valor numérico de la palabra veahavtá (414) —”y amarás [al Señor, tu Di-s]”— es el doble del or (207) —”luz”—, como lo saben quiénes están familiarizados con la Disciplina Esotérica].
Estudio de Jasidut: Tania Libro de los Intermedios
Capitulo 43-3
**ROSH JODESH ELUL 5780**
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/196
**DOS CLASES DE AMOR**
Estudio de Jasidut: Tania Libro de los Intermedios
Capítulo 44-1
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/210
Cada uno de estos dos grados de amor —ahavá rabá y ahavat olám— se subdivide en infinitos matices y gradaciones, en cada individuo de acuerdo a su capacidad [espiritual]. Como está escrito en el santo Zohar sobre el versículo “Su esposo es conocido en los portales (shearím)”, que “esto se refiere al Santo, bendito sea, Quien Se hace conocer y Se une a cada uno según cuánto éste mide en su propio corazón…”. Por eso, el temor y el amor son denominados “las cosas ocultas [conocidas sólo] a Di-s , nuestro Señor”, en tanto que la Torá y las mitzvot son aquellas cosas que son “reveladas a nosotros y a nuestros hijos para hacer…”. [Se encuentran por igual en todos los judíos,] porque todos tenemos una Torá y una ley, en cuanto al cumplimiento de toda la Torá y las mitzvot en la práctica real se refiere. Es distinto con el temor y el amor, los que varían conforme al conocimiento de Di-s en la mente y el corazón, como se ha explicado antes. No obstante, hay un amor [único y singular] que incorpora algo de todas las distinciones y gradaciones de ambos, ahavá rabá y ahavát olám, y se encuentra igualmente en cada alma judía, como herencia nuestra de nuestros Patriarcas.
Y es lo que el Zohar escribió sobre el versículo: “Alma mía, yo Te deseo por la noche” — ‘la persona debe amar a Di-s con un amor del alma y del espíritu tal como estos están unidos al cuerpo y el cuerpo los ama…’. Esta es la interpretación del versículo “Alma mía, yo Te deseo”, que quiere decir: “Dado que Tú, Di-s, eres mi verdadera alma y vida, por ello yo Te deseo”. Vale decir, “yo anhelo por Ti y Te deseo como el hombre que ansía la vida de su alma, y cuando está débil y exhausto anhela y desea que su alma vuelva a él [y lo reviva]. Análogamente cuando se retira a dormir, anhela y desea que su alma le sea restaurada cuando despierta de su sueño.
Así también ansío y anhelo yo atraer dentro de mí la infinita luz del bendito Ein Sof, la Vida de la verdadera vida, abocándome a [el estudio de] la Torá cuando despierto durante la noche de mi sueño”; porque la Torá y el Santo, bendito sea, son uno y lo mismo. Tal como dice el Zohar, ibíd., que “por amor al Santo, bendito sea, el hombre debe levantarse cada noche y esforzarse en Su servicio hasta la mañana…”.
**UNA CHISPA DE MOSHÉ ENCIENDE EL AMOR**
__Estudio de Jasidut: Tania Libro de los Intermedios__
**Capítulo 44-2**
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/284
Y aunque [uno podría preguntarse:] ¿Quién es el hombre y dónde está, aquel que se atreva a presumir en su corazón a acercarse y lograr aunque fuere una milésima parte del grado de amor sentido por [Moshé,] “el Pastor Fiel”? No obstante, una porción y partícula minúscula de su grandiosa bondad y luz ilumina la comunidad de Israel en cada generación, como se explica en Tikuním que “una emanación de él está presente en cada generación, para iluminarlos…”, sólo que este resplandor [del alma de Moshé] se encuentra en todas las almas de Israel de un modo muy oculto y escondido.
Pero llevar este amor oculto de su estado latente y velado a [un estado de] revelación, de modo que esté manifiesto en su corazón y mente, es algo que “no está más allá del alcance, ni es muy alejado, sino que es cosa muy cercana a ti, en tu boca y en tu corazón”. Es decir, que sea habitual sobre su lengua y en su voz despertar la intención de su corazón y mente para sumir su pensamiento en la Vida de la vida, el bendito Ein Sof, pues él es literalmente nuestro verdadero Padre y la Fuente de nuestra vida, y para despertar nuestro amor por El como el amor de un hijo por su padre. Y cuando la persona se acostumbra a esto continuamente, el hábito se convertirá en naturaleza.
Amor Natural y Amor Logrado por Propia Meditación y Esfuerzo – Tania Cap. 44 Final
**AMOR NATURAL Y AMOR LOGRADO POR PROPIA MEDITACIÓN Y ESFUERZO**
La Cura del Narcisismo
__Estudio de Jasidut: Tania Libro de los Intermedios__
**Capítulo 44-3 Final**
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/292
Pero cuando ellas se encuentran en un estado manifiesto en el corazón [como resultado de su meditación], son llamadas por el Zohar “reúta delíba” (“deseo del corazón”) y su lugar es en las Diez Sefirot de Beriá, hacia donde elevan consigo la Torá y las mitzvot para las que han sido causa. Pues su emergencia del estado latente y ocultamiento del corazón a un estado de revelación tiene lugar a través de la facultad de dáat, o sea, a través de una poderosa fijación de la mente y una intensa concentración —de las profundidades del corazón [de manera] poderosa y continuamente— en el bendito Ein Sof, en cuanto a cómo El es nuestra vida misma y nuestro verdadero bendito Padre. [Y puesto que su meditación es tan poderosa y profunda,] bien se sabe lo que está escrito en Tikuním, que “allí, en el Mundo de Beriá, anida la ‘Madre Suprema'” que [en términos del servicio espiritual del hombre] es la meditación acerca de la [infinita] luz del bendito Ein Sof, el dador de la vida, bendito sea. Y esto coincide con la enseñanza de Eliahu: “Biná es el corazón, y con ella el corazón comprende”.
Lo que es más, estas dos clases de amor a que se ha hecho referencia arriba incorporan una calidad de amor que es más grande y sublime que el temor y el amor inteligentes, el amor que antes fuera denominado ahavát olám (“amor eterno”).
No obstante, la persona debe esforzar su intelecto para captar y lograr también el nivel de ahavát olám mencionado arriba, que emana del entendimiento y la comprensión de la grandeza de Di-s, a fin de aumentar la llama del flameante amor, con brasas encendidas y un fuego intenso y una llama que se alza hacia los cielos, de manera que “ni siquiera muchas aguas [que son enemigas del amor] pueden extinguirlo…, ni ríos apagarlo…”.
Porque hay una superioridad y excelencia en la calidad del amor que arde como brasas encendidas y una llama intensa, etc., que proviene del entendimiento y la comprensión de la grandeza [y trascendencia] del bendito Ein Sof, por sobre las dos categorías de amor —mencionadas arriba— cuando éstas no son como brasas llameantes y un fuego, … . [La superioridad de este amor es] similar a la superioridad y excelencia del oro sobre la plata, etc., como se explicará más adelante. Además, esto es todo el hombre y su razón de ser: que conozca la gloria de Di-s y el majestuoso esplendor de Su grandeza, cada cual conforme al límite de su capacidad, como está escrito en Raaiá Mehemná, Parshat Bo: “A fin de que ellos Lo conozcan”, etc., como se sabe.
**HAY ALGO MÁS QUE AMOR Y TEMOR**
__Estudio de Jasidut: Tania Libro de los Intermedios__
**Capítulo 45**
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/306
Hay todavía otra vía directa abierta al hombre, a saber, abocarse a la Torá y las mitzvot [que son] lishmá a través del atributo de nuestro Patriarca Iaacov —sea la paz sobre él— que es el atributo de rajamím (“piedad”). [Esto se logra] al despertar en su mente, ante todo, gran compasión ante Di-s por la chispa Divina que anima su alma [Divina] que ha descendido de su fuente —la Vida de la vida, el bendito Ein Sof, Quien permea todos los mundos y rodea todos los mundos, y en comparación con Quien todo es considerado como nada— y se ha investido en [el cuerpo que es llamado] “la piel de la serpiente” que está muy alejada de la luz del semblante del Rey, en la máxima distancia posible, puesto que este mundo es lo máximo de las burdas kelipot, etc. Y especialmente [sentirá enorme compasión por su alma] cuando recuerde todas sus acciones y declaraciones y pensamientos desde el día en que llegó a ser, indignos como han sido, y el Rey [del mundo] es [con ello] “aprisionado por las artesas”, [es decir,] “por los impetuosos pensamientos de la mente”, pues “Iaacov es la cuerda (jével) de Su herencia”, como en la ilustración de uno que tira de una cuerda, etc. Esta es la doctrina esotérica del “exilio de la Shejiná”. Respecto de esto fue dicho: “Que regrese a Di-s y tenga piedad de El”, despertando gran compasión por el Divino Nombre que mora entre nosotros, como está escrito: “Quien mora entre ellos en medio de su impureza”. Este es el significado del versículo: “Y Iaacov besó a Rajel y alzó su voz y lloró”. Pues “Rajel” es kneset Israel, la comunidad de Israel, la fuente de todas las almas. Y “Iaacov” —con su atributo supremo, el atributo de Piedad de Atzilut— es aquel que despierta gran compasión por ella, “y alzó su voz” — hacia arriba, a la fuente de las Misericordias Supremas. [En efecto, ésta es] llamada “Padre de las Misericordias”, y su fuente; “y lloró” — a fin de despertar y atraer desde allí abundante compasión por todas las almas y por la fuente de la comunidad de Israel, para alzarlos de su exilio y para unirlos en el Ijud Elión (Unidad Suprema) de la luz del bendito Ein Sof en el nivel de “besos”, que es “la unión de espíritu con espíritu”, como está escrito: “Que El me bese con los besos de Su boca”, esto es, la unión de la palabra del hombre [que estudia Torá] con “la palabra de Di-s, a saber, la halajá” [que es el habla de Di-s . Esta unión se asemeja a los “besos de la boca”]. Así también, [al discurrir pensamientos de Torá, el pensamiento [del ser mortal está unido] con el pensamiento [Divino], y [así también] la acción [del ser mortal está unida] con la acción [Divina], [a través de] la observancia activa de los mandamientos y, en particular, la práctica de caridad y bondad. Pues “jésed (‘bondad’) es el [Divino] brazo derecho” [y la bondad humana es un recipiente apropiado para la bondad de Di-s], y esto es, para decirlo de alguna manera, realmente un abrazo, como está escrito: “Y Su brazo derecho me abraza”, mientras que la dedicación en la Torá por medio de la palabra y el pensamiento concentrado constituyen el nivel de realmente “besos”. Ahora bien, de esta manera, [la persona] puede lograr el nivel de ahavá rabá (“amor inmenso”) en la conciencia de su corazón, como está escrito: “De Iaacov, quien redimió a Avraham”, como se explica en otra parte.
**UN CAMINO RECTO PARA ENCENDER
EL AMOR EN EL CORAZÓN**
__Estudio de Jasidut: Tania Libro de los Intermedios__
**Capítulo 46-1**
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/344
Y hay [incluso] otro camino recto, [que es] igualmente aplicable [y adecuado] a todo hombre, y [esta cuestión] es muy, muy cercana, para despertar y encender la luz del amor que está implantado oculto en su corazón, a fin de que pueda brillar con su intensa luz, como fuego llameante, en la concientización de su corazón y mente, para [permitirle, en última instancia,] entregar su alma a Di-s junto con su cuerpo y posesiones [materiales] con todo su corazón, con toda su alma y con toda su “fuerza”, de lo profundo de su corazón, con absoluta sinceridad, y especialmente en el momento de la Lectura del Shemá y sus bendiciones, como se explicará [luego].
Texto en español tomado de
https://es.chabad.org/library/article_cdo/aid/693772/jewish/Captulo-46.htm
**Heijalot 10**
**Las almas de las mujeres en el Paraiso***
Un precalentamiento para la charla de Tania de hoy
**MATRIMONIO DEL ALMA CON EL CREADOR**
__Estudio de Jasidut: Tania Libro de los Intermedios__
**Capítulo 46-2**
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/354
Este es el significado de [lo que se dice en las bendiciones previas al cumplimiento de una mitzvá:] “[Bendito eres Tú…] que nos ha consagrado con Sus mandamientos”: como un hombre que consagra [matrimonialmente] a una esposa para que ella esté unida a él en unión perfecta, como está escrito: “Y él se unirá a su esposa, y ellos serán una sola carne”. Exactamente similar [a la unión que logra el matrimonio] e incluso sobrepasándola infinitamente, es la unión del Alma Divina que está abocada a la Torá y los mandamientos, y del alma vitalizadora, y sus vestimentas mencionadas arriba, [los que se unen, todos,] con la luz del bendito Ein Sof.
Por eso [el rey] Shlomó —sea la paz sobre él—, en Cantar de los Cantares comparó esta unión [de Di-s con los judíos a través de la Torá y las mitzvot] con la unión del novio y la novia, [unión ésta que es] con ligazón, con deseo y con ansiedad, con abrazos besos. Este es también el significado de [las bendiciones mencionadas antes:] “que nos ha santificado con sus mandamientos”, [donde el verbo __kideshanu__ (“nos ha santificado”) significa] que Él nos ha elevado a las alturas de la Santidad Suprema, que es la santidad del Santo, bendito sea, Mismo. __Kedushá__ (“santidad”) es un término que indica separación, el que el Santo, bendito sea, está apartado de los mundos, cualidad ésta que es la de “abarca todos los mundos”, que no puede investirse dentro de ellos.