¿CUÁN BAJO PUEDES CAER? 

Pirkei Avot 4:4

Rabi Levitas de Iavne decía:

Has de ser de espíritu muy, muy humilde,

porque el hombre mortal solo puede esperar gusanos.

Rabí Levitas adopta una expresión única, bastante extrema: “muy, muy” (מְאֹד מְאֹד, meod meod), para describir el nivel de espíritu humilde que uno debe tener. Maimónides escribe [En esta mishná.] que, con respecto a todos los rasgos de carácter, una persona debe encontrar el camino del medio y no adoptar los extremos, excepto cuando se trata del orgullo. Para rectificar el orgullo, la persona debe ir al extremo opuesto, “para que no deje un rastro de orgullo en el alma bajo ninguna circunstancia”.

Maimónides también escribe [Hiljot Deot 2:3.] que la persona debe distanciarse del rasgo de la ira al extremo opuesto. La ira y el orgullo están estrechamente relacionados. La ira en realidad proviene del orgullo. Y es muy oportuno que la palabra hebrea para “ira” (כַּעַס, caás) es igual a 150, que es 10 veces el valor de “orgullo” (גַּאֲוָה, gaavá) = 15. Trabajar en el atributo de la humildad en el alma es una parte fundamental y esencial del servicio a Dios. [Ver el ensayo del rabino Ginsburgh “Rectificar el ego” (o Perek Beavodat Hashem en hebreo).] Tanto que el Alter Rebe escribió que es “el fundamento y la raíz de toda la Torá”. [Tania, c. 32.] El propósito último de la Torá es fomentar la adhesión a Dios y Su revelación en este mundo. Cuando una persona es arrogante y se engrandece a sí misma está separada de Dios, a tal punto que Dios incluso dice: “Él y yo no podemos morar en el mundo”. [Sotá 5a.]

¿Qué nos enseña la expresión “muy, muy” (מְאֹד מְאֹד)? Podemos decir que hay dos niveles de humildad (como se desprende de los comentarios hechos por el Rebe Leibele Eiger). [Imrei Emet, Mishpatim, ועבדתם.] El primer nivel, relevante para toda persona, incluido el tzadik más grande, es el resultado de anularse a uno mismo ante la comunidad de Israel. 

Cuando una persona se ve a sí misma simplemente como un individuo particular está llena de ego y está separada de Dios; como tal, su servicio y su aprendizaje de la Torá los realiza para su propio beneficio. Pero cuando se anula al pueblo judío, a la comunidad, entonces participa de la vida eterna de la comunidad, como está ilustrado por la declaración de los sabios que “la muerte no es aplicable a una comunidad”, (אֵין מִיתָה בְּצִבּוּר, ein mitá betzibur) [Horaot 6ª]. 

El valor promedio de cada letra en esta expresión es igual a “vida” (חַיִּים, jaim).]; el valor de esta frase no es otro que el valor de “humildad” (שִׁפְלוּת, shiflut).

La persona debe ser “muy humilde” con respecto a sí misma. El único valor verdadero que posee es el que se invierte en todos los judíos por igual. Especialmente el tzadik debe ser particularmente meticuloso con esto, ya que es propenso a caer en el sentimiento de que tiene un valor personal.

Hay otro nivel de humildad. Este es el servicio especial del baal teshuvá, la persona que ha regresado a la observancia de la Torá. A veces, el baal teshuvá intenta sentirse parte de la comunidad intentando alcanzar el nivel de humildad de los tzadikim, pero no lo consigue. Se siente rechazado y distante, un extraño. ¿Qué puede hacer él? Puede llorar desde lo más profundo de la amargura de su soledad, con tremenda humildad (muy, muy) hasta que Dios tenga misericordia de él y acepte su arrepentimiento.

Esto es lo que relata el Talmud [Avodá Zará 17a.] acerca de Elazar ben Dordaia, quien era una persona totalmente malvada y deseaba arrepentirse. Fue y se sentó entre dos montañas y colinas y se volvió hacia ellos: “¡Montañas y colinas, pidan compasión de mí!” “Antes de pedir compasión por ti, deberíamos pedirla por nosotros mismos”, respondieron.” Finalmente, comprendió que su arrepentimiento dependía únicamente de él. Lloró desde lo más profundo de su corazón hasta que su alma abandonó su cuerpo. Una voz celestial gritó y dijo: “Rabí Elazar ben Dordaia está invitado a participar del mundo venidero”.

En libros de Cábala y Jasidut [Zohar Jadash, Noaj, Maamarei Admor Hazaken Haktzarim, p. 403 Pele Ioetz s.v. צפוי ] está escrito que una persona que regresa a Dios puede elevar a toda la nación y traer la redención. Podemos decir que esto no se refiere a un tzadik que regresa a Dios, sino más bien, al ba’al teshuvá como se describió anteriormente. Su consumada humildad alberga la energía para traer la redención a Israel y al mundo entero.

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