Audio meditación 5780
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Mirar con la intención de revelar bendición, bondad y vida
En su bendición al pueblo de Israel al final de su vida, Moshé les dijo:
“Israel morará independiente y seguro, [como] el ojo de Iaacov”
(וַיִּשְׁכֹּן יִשְׂרָאֵל בֶּטַח בָּדָד עֵין יַעֲקֹב)
La palabra “seguro” (בֶּטַח, betaj) es un acrónimo de tres palabras muy importantes para todos: Bendición-Bueno-Vida (בְּרָכָה טוֹב חַיִּים, brajá tov jaim). Cuando miramos a algo o alguien, tenemos elegir verlo desde la perspectiva de la bendición, la bondad y la vida. El ojo de todo aquel que continúe el camino de Iaacov debe centrarse solo en estos atributos positivos, esforzándose por ponerlos en el primer plano.
Si miramos el mundo sin intención vemos una mezcla de componentes, algunos positivos, otros no. Pero cuando miramos con intención, podemos elegir qué ver y enfocarnos en ello, dejando nuestra huella activamente con la vista en ese aspecto de la realidad. Ver solo lo bueno en alguien o algo es una forma masculina de impresión visual. Es similar a la energía que se proyecta activamente fuera del ojo y se embebe con ese atributo que elegimos para ver en eso y en nada más.
Elegir mirar solo los buenos efectos tiene un tremendo poder birur, de clarificación, de depuración de la realidad. La Torá usa esta palabra para representar el proceso de rectificación del mundo, de liberar las chispas de santidad que sostienen (y ocultan dentro) a la realidad. Este proceso está conectado con la sefirá de jojmá-sabiduría, como dicen los sabios: “Todo se aclara con sabiduría” y la sefirá de sabiduría se asocia con los ojos, algo que aprendemos del hecho de que los “sabios” son descriptos como “Los ojos de la congregación”.
La aclaración que efectuamos con nuestro poder de la vista positiva, activando nuestro buen ojo, juzga favorablemente a otras personas y situaciones. Solo vemos la bendición y no la maldición, solo la vida y no la muerte, solo la bondad y no el mal. Así es como funciona la huella visual activa que deja del tzadik (y está dicho “y tu pueblo son todos tzadikim”, así que esto se aplica a todos nosotros). Es el poder de “Betaj badad ein Iaacov“, “Independiente y seguro como el ojo de Iaacov”, para producir bondad en la realidad. Así, el último verso de la Torá dice: “Que Moshé hizo delante de los ojos de todo Israel”. Moshé trabajó para rectificar los ojos de la nación de Israel para que tuvieran el poder de la santidad para irradiar e embeber solo las cosas que el ojo debe ver: bendición, bondad y vida. Así es como el tzadik juzga favorablemente a los demás y los eleva.
El secreto de los puntos positivos
En el verso “y solo un poco más y no habrá persona malvada, y mirarás su lugar y él no está allí” El Rebe Najman de Breslev explica que cuando vemos a una persona como malvada, estamos percibiéndolo con nuestra alma animal. Está en nosotros encontrar el “solo un poco más” en él, el punto en el que no es una persona malvada y verlo bajo una luz favorable.
Cuando un tzadik mira a un pecador lo juzga favorablemente activando su ojo bueno. Lo mira, lo contempla y elige resaltar “solo un poco”, el lugar donde el objeto de su mirada no es malo.
Si nos enfocamos fuertemente en la espalda de alguien, de repente e inexplicablemente lo sentirá y se dará la vuelta. Este fenómeno ejemplifica el hecho de que la energía irradia de los ojos e influye en la realidad.
Los sabios dicen: “No juzgues a tu amigo hasta que no estés en su lugar”.Hay muchas explicaciones diferentes de este dicho. Siguiendo lo que acabamos de exponer, debemos esforzarnos para que nuestra mirada positiva sea capaz de alcanzar ese “lugar” donde se encuentra la otra persona, pero no solo dónde parece estar, sino dónde realmente está, el “solo un poco” que es su naturaleza positiva.
¿Qué sucede cuando nuestra mirada alcanza ese lugar, el lugar donde realmente se encuentra la esencia de una persona? Aunque la mirada es aparentemente una fuerza espiritual, es tan fuerte que afecta el objeto de la mirada. Y así, del mismo modo que dos objetos físicos no pueden ocupar el mismo lugar al mismo tiempo y, por lo tanto, uno empujará y moverá al otro, el poder activo de la mirada positiva de nuestros ojos mueve favorablemente al individuo que estamos mirando.
En Jasidut hay un concepto muy importante llamado hazazá atzmit, que podríamos traducir como auto desplazamiento. Esto se refiere al poder del individuo que lo motiva para cambiar. Cada acto de teshuvá, cada retorno a Dios, cada cambio en la esencia de uno comienza con un shock que nos motiva a movernos desde donde estamos actualmente. Pero, a veces, una persona no puede desplazarse a sí misma. A veces, el poder de movernos, de descongelarnos tiene que venir de alguien o de otra cosa. Debido a que todos somos responsables los unos de los otros, como está dicho: “Todos los Hijos de Israel son responsables unos de los otros”, podría ser nuestra mirada la que motive a alguien a moverse.
Nuevamente, esto solo puede suceder si la luz que emana de nuestros ojos alcanza su lugar, su punto de “un poco más”, donde no lo percibimos como malvado. Tenemos que conectarnos con él y resaltar sus aspectos buenos. De esta manera nuestro buen ojo, junto con nuestra impresión visual activa, puede alcanzar su punto bueno y lo mueve, como vimos: “y mirarás su lugar y él no está allí”, porque en realidad lo has movido hacia adelante y más alto. Si comenzó a moverse, continuará moviéndose ascendiendo de un nivel de santidad al siguiente. Todo podría depender de nuestra mirada positiva