EL SACRIFICIO DE ITZJAK Y EL ENTRELAZAMIENTO CUÁNTICO

De la clase del rabino Ginsburgh en el número 137 y el amor y el temor, Toronto, Av. 5770

El sacrificio de Itzjak y el Entrelazamiento Cuántico 

En la Cabalá, cada cualidad central de la psique está representada por un alma judía arquetípica. Abraham, el primero de los patriarcas, es el alma arquetípica del amor, y su hijo Itzjak es el alma arquetípica del temor. Dios mismo alude a Abraham como “Abraham Mi amante”,1 y para Itzjak hay una frase en la que Dios es aludido como “el temor de Itzjak”.2 Así, las dos primeras generaciones de judíos, padre y hijo, representan las dos primeras emociones de la psique – el amor y el temor.

Complementariedad y Entrelazamiento

La complementariedad de la función de onda-partícula en las partículas elementales determina cuando se observa una de las funciones, la otra función colapsa. Del mismo modo, la regla general es que nunca podremos experimentar el amor y el miedo al mismo tiempo. Sin embargo, los sabios nos enseñan que, en relación con Dios, podemos experimentar los dos al mismo tiempo. Este logro paradójico se realizó mediante la unión de estas dos almas arquetípicas en la última de las diez pruebas que pasó Abraham, el Sacrificio de Itzjak, literalmente el “amarre de Itzjak”.

Aunque el significado literal de la unión de Itzjak es que Abraham de amarra físicamente a Itzjak al altar para sacrificarlo como Dios le ordenó, el ​​significado simbólico es la unión de estos dos atributos espirituales del amor y el temor.

En el momento del acto, el amor y temor a Dios que tenía uno y otro se integraron e inter incluyeron totalmente dentro del alma del otro. Dios probó a Abraham, cuya conciencia natural estaba llena de amor, a fin de evaluar su temor a Dios, y de hecho, cuando el ángel vino a decirle a Abraham en nombre de Dios, que no debía matar a Itzjak , él dijo: “Ahora sé que eres temeroso de Dios”.3

Itzjak, cuya experiencia primaria era el temor puro -estaba dispuesto a convertirse en un sacrificio y dar su vida por Dios por el más alto nivel de amor y devoción pura, como se nos enseña: “Amarás a Havaiá, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma’ –incluso si Él toma tu alma”.4 En el clímax del Amarre de Itzjak, las almas de Abraham e Itzjak se volvieron cósmicamente “entrelazadas”, como un par de partículas elementales.

Experimentar amor y temor

El entrelazamiento de las almas de Abraham e Itzjak en este evento monumental efectuó una unión similar de los dos atributos de amor y temor en cada una de sus almas. A partir de entonces se hizo posible para todos los descendientes de Abraham e Itzjak experimentar los dos sentimientos aparentemente opuestos de amor y temor a Dios al mismo tiempo, sin un “colapso” de la función contraria. Este es el secreto de la verdadera paz, como hemos estudiado, que Dios hace la paz en el mundo uniendo los opuestos.5 De hecho, la frase final de la bendición sacerdotal, “y [Él] te conceda paz” (וְיָשֵׂם לְךָ שָׁלוֹם , veiasem leja shalom),6 tiene un valor numérico de 782, que es también el valor de la frase, “El Sacrificio de Itzjak” (עֲקֵדַת יִצְחָק , akedat Itzjak)!

Para un vídeo de introducción al grupo de las clases 137, por favor ver:

“Cabalá y la constante de estructura fina”.

137 – La Constante de la Estructura Fina

P: Esta pregunta es de un físico que conozco, con el que hablé acerca de “137”, el valor númerico de la constante de la estructura fina, y su guematria relacionada. Su comentario es: ¿cómo se puede bosquejar alguna conclusión, de momento que esta constante no es un número entero sino 137,xxx etc…, es decir una fracción?

Por favor enviar alguna conclusión.


R: El número 137 es una muy cercana aproximación. Por largo tiempo los físicos no estuvieron seguros si es un número exacto, o si hay un decimal que se le debe agregar. Como regla, la Torá Escrita y la Oral siempre redondearon los números, especialmente cuando están muy cerca de un entero, un número natural. No hay problema alguno en relacionar un número con el significado de un número, incluso si está ligeramente redondeado, como vemos al considerar el caso extremo de pi, que es considerado a veces como 3, lo que es una versión muy redondeada de pi.

La justificación de redondear un número es que, teóricamente, en su origen, es el simple número natural. A medida que desciende, o entra en la realidad, hay una cierta “curvatura del espacio” que le agrega una fracción adicional al número natural puro. En el caso de pi, por ejemplo, la serie infinita de números, cuyo límite infinito es lo que conocemos como número pi, comienza con el número 3. Lo mismo es en el caso del número e, el límite infinito de una serie que comienza con el número 3. No es este el lugar para discutir esto en profundidad, pero es un concepto muy importante en la Torá.

Todos los números puros de la física y la ciencia en general, empiezan en algún número natural. Así, en las series infinitas el límite puede ser un número irracional y hasta uno trascendental. Sin embargo, como se manifestó, todas las series comienzan en un número natural. En este caso, es muy claro que el número natural de la estructura fina es 137.

NOTAS

1 Ishaiahu 41:8.

2 Génesis 31:42.

3 Ibid 22:12.

4 Rashi, Deuteronomio 06:05.

5 Zohar 12b Vaikrá, ver Likutei Moharán 80.

6 Números 06:26.

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