VER ADENTRO

En hebreo, la expresión “ver el rostro de alguien” puede significar tanto apaciguarlo como combatirlo.

Después de ganar la pelea con el arcángel de Esav, Iaacob dice: “Porque he visto cara a cara al ángel de Dios, y mi alma ha sido salvada”. Varios de los comentarios tradicionales explican que ver cara a cara en este contexto significa participar en un combate físico. (Este significado de la expresión “ver el rostro de uno” es explícito en otro lugar de la Biblia donde el rey de Judá invita al rey de Israel a verse el rostro, es decir, a hacer la guerra.) Más tarde, cuando Iaacob se encuentra con Esav, él le dice “porque he visto tu rostro como el rostro del ángel de Dios y me has deseado”. Rashi, en su comentario a este verso, alude al significado de la expresión idiomática de hacer la guerra al tiempo que indica explícitamente el significado de apaciguar.

Nuestro sentido de la vista es nuestra capacidad para evaluar una situación actual, ver lo que está delante de nosotros. Es nuestra capacidad de discernir entre amigos y enemigos. Por el poder del amor proyectado por nuestro ojo derecho apaciguamos a los que hemos ofendido y restablecemos nuestro vínculo de hermandad con ellos. Mediante el poder de la fuerza proyectado por nuestro ojo izquierdo, expresamos nuestra determinación de acatar y vivir según los preceptos de nuestra fe, y luchar contra los enemigos de la verdad y la justicia.

Los ojos rectificados no solo ven la realidad superficial que tienen ante ellos, sino que penetran en la esencia interna de la realidad que observan. “Rostro” en hebreo significa “interioridad”. Ver el rostro de otro es ver la realidad espiritual dentro de él.

Tamuz, el mes de la vista, es el mes para encontrar y hacer nuevos amigos, así como el mes para luchar y salir victoriosos sobre nuestros enemigos espirituales, comenzando con nuestra propia inclinación al mal (quien fija sus ojos – proyecta sus energías impuras – para destruir nuestro Templo espiritual).

Tamuz es el mes para enamorarse (a primera vista) de la verdadera belleza, expresada en el atuendo de la modestia, y rechazar la belleza falsa e indecorosa. En el libro de los Proverbios, la mujer verdaderamente hermosa simboliza la sabiduría de la Torá. Tamuz es el mes para encontrarla y enamorarse de ella.

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