La Teoría del Grupo de Números Lie E 8

248

22 de Tevet 5768 – 31-12-07

Esta es una trascripción de la disertación que brindo el Rav Ginsburgh esta semana y la queremos compartir ya con ustedes lo antes posible, para que participen activamente en la transformación del mundo con la unión de las aguas superiores de la Torah y las aguas inferiores de la ciencia, con la revelación de los secretos de la naturaleza creada por Hashem. Por su extensión la entregaremos en partes (aproximadamente 5). a.C. va la primera que nos introduce a las magnificas revelaciones que se producen en nuestra época, de la redención y la llegada del Mashíaj verdadero. Si, usted esta viviendo en ella.

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parte 1

En esta disertación vamos a discutir el significado del número 248. Muchos de nosotros ya conocemos la tremenda trascendencia que tiene este número. Primero que todo es el número de preceptos positivos en la Torah sobre un total de 613, restando 365 que son los preceptos negativos.

Enseñan nuestros sabios que los 248 preceptos positivos corresponden a los miembros del cuerpo humano. Según la Halajáh , un órgano se define como un hueso alrededor del cual hay tendones y músculo, lo que significa que de acuerdo a la ley judía, en el esqueleto humano hay 248 componentes básicos.

Hemos elegido este tópico por su relevancia respecto a una teoría que fue desarrollada recientemente en física. Es una teoría muy especulativa y ha despertado una muchísima controversia e incluso es rechazada categóricamente por algunos físicos. De todas maneras, otros ven en ella perspectivas positivas para la investigación constructiva futura, especialmente una vez que el nuevo Gran Colisionador de Hadrones (partícula subatómica) comience a funcionar el próximo año en el CERN ( Organización Europea para la Investigación Nuclear) .

La teoría a la que nos estamos refiriendo no está basada en la Teoría de la Cuerdas, sino en la Mecánica Cuántica como se conoce hasta el momento. Basada en un grupo matemático llamado grupo Lie E 8 , esta teoría predice que nuestro universo posee 248 partículas elementales. Pero tanto si se comprueba plenamente o no, en todo caso muchos físicos sienten que el grupo Lie E 8 es una de las estructuras más bellas de la matemática.

Si esta estructura puede ser utilizada para describir correctamente todas las partículas y las cuatro fuerzas de la naturaleza, va a ser algo fabuloso, ya que hasta el momento, ninguna teoría ha logrado tal nivel de unificación.

248 Partículas

Antes de comenzar compartamos una hermosa observación. Ya habíamos pensado en el pasado, mucho antes de que esta teoría fuera presentada, que el número de partículas elementales en el universo debería ser 248. El motivo de esto es que, por Providencia Divina, en el hebreo moderno las partículas elementales son llamadas חלקיק , jelkik , cuyo valor numérico es 248. Esta palabra está basada en la palabra hebrea חלק , jelek , “parte”, a la que se le agrega el sufijo יק , iud kuf , que denota una extrema pequeñez, significando entonces “una partícula muy pequeña”.

Esta palabra fue elegida por Providencia Divina, porque el comité para el lenguaje hebreo moderno que la seleccionó para designar a una “partícula elemental”, no lo hizo en base a su valor numérico. Este es un hermoso ejemplo para entender lo que significa que algo proviene directamente de Hashem.

Pero en hebreo moderno esta palabra tiene otro significado adicional. Se utiliza también para designar cualquier entidad o unidad muy pequeña. Uno de sus usos más comunes es חלקיק שניה , jelkik shniáh , “una parte infinitesimal de segundo”, como un parpadeo.

En la Torah, la segunda unidad más pequeña de tiempo es llamada “parte”, חלק , jelek , la palabra base del jelkik . En un minuto hay 18 partes, o sea que cada una de ellas equivale a 3 1/3 segundos. Hay también una unidad más pequeña de tiempo llamada rega , רגע , literalmente “momento”. Un rega es 1/6t o de una “parte”, resultando aproximadamente 1/23 de segundo.

De todas maneras, como la unidad más pequeña de tiempo que usamos generalmente es el segundo, la expresión que se utiliza para denominar a “una parte infinitesimal de segundo” es חלקיק שניה , jelkik shniáh , es una manera de expresar la unidad más pequeña de tiempo.

Dijimos entonces que el valor de jelkik (una parte pequeña) es 248, pero asombrosamente, la segunda palabra, “segundo”, shniáh , es igual a 365, que es el número de preceptos prohibitivos de la Toráh, el número complementario de 248, entonces la expresión completa jelkik shniáh es 613, el total de preceptos de la Toráh. La imagen que nos evoca esta expresión es que la Toráh toda está capturada y encapsulada en una partícula de segundo.

Ahora, ¿qué es exactamente una partícula de segundo o una partícula de tiempo?

Así como la energía, en la teoría cuántica el tiempo también está cuantificado, significando que puede descomponerse en unidades básicas y no más allá. En otras palabras, el tiempo no es continuo sino discreto. La mejor manera de describir el más pequeño quantum de tiempo sería entonces esta expresión hebrea חלקיק שניה .

En Cabaláh, el tiempo es considerado más primario aun que el espacio y la materia. De acuerdo a ella, el tiempo es una entidad masculina que entra en el espacio femenino. Por eso en cierto sentido la semilla de la realidad es un instante de tiempo cuántico, una partícula de segundo, que como dijimos es igual a 613.

Este era un ejemplo de cómo la Providencia Divina trabaja en el hebreo moderno.

Continuemos ahora viendo cómo aparece este número 248 en la Toráh. Nos vamos a referir a un nombre y una expresión cuyo valor es 248.

tresx

De Avram (243) a Abraham (248)

El nombre más importante en la Toráh de guematria 248 es el del primer patriarca del pueblo judío Abraham, אברהם . Originalmente su nombre era Avram, אברם , cuyo valor es 243, pero cuando tenía 99 años de edad Hashem le ordenó circuncidarse y le agregó a su nombre una letra hei , ה , de valor 5, llegando así al valor de 248. Ahora trataremos de entender por qué primero tenía un nombre que valía 243 y luego se le tuvo que agregar la hei para llegar a su nombre definitivo que suma 248.

La respuesta que nos dan los sabios es que antes de su circuncisión, Abraham tenía un control completo sobre 243 órganos. Servía a Hashem, o sea decidió hacer sólo lo que era apropiado a los ojos del Creador con 243 de sus miembros.

(Notemos que en esta enseñanza de los sabios, la definición de “miembro”, evar , [las tres primeras letras del nombre de Abraham] no es la misma que la de ser una parte básica del esqueleto como vimos antes. Aquí aparece en el sentido de “órgano”, aunque no excluye necesariamente la presencia de un hueso en su interior. Luego veremos que el concepto de 248 miembros existe en dos planos diferentes, uno físico y otro espiritual, que intentan estar unidos. En el proceso de “investidura” [inclusión de lo espiritual dentro de lo físico, que en el plano viviente se conoce como “encarnación”] el 248 se presenta como el número de órganos del cuerpo [por ejemplo los ojos en los cuales entra el poder espiritual de la vista]).

Por medio de la circuncisión, Abraham obtuvo el control de cinco órganos más: sus ojos, sus oídos y su órgano reproductor –el de la circuncisión. Normalmente, estos cinco órganos no experimentan su sensibilidad de forma voluntaria; no podemos elegir siempre lo que vemos, o escuchamos y a pesar de que los sabios dicen que una persona no puede fecundizar sin quererlo, el impulso sexual en si no siempre es voluntario.

Pero a través del acto de la circuncisión, Hashem le dio a Abraham un control sobrenatural sobre esos cinco órganos, capacitándolo para procrear verdaderamente y dar nacimiento al pueblo judío.

Otra explicación para el cambio de nombre y su consiguiente guematria está basada en el Libro de la Formación ( Sefer Ietziráh ), el primer trabajo cabalístico atribuido al propio Abraham. Encontramos allí que la realidad está compuesta por 5 dimensiones, denominadas por su sigla hebrea Ashan , עשן , formada por las palabras “espacio” ( עולם , olam, “mundo”), “tiempo” ( שנה , shanáh , “año”) y “alma” ( נפש , nefesh ), donde el espacio posee tres dimensiones, el tiempo una y el espacio una.

Por definición, cada dimensión es una coordenada que tiene dos extremos llamados “profundidades” en el Sefer Ietziráh . Así, en la dimensión espacial tenemos los extremos arriba-abajo, norte-sur y este-oeste; el tiempo corre del pasado al futuro y la dimensión del alma va del extremo del bien al del mal.

¿Cuál es el significado de que hay una dimensión de alma además del espacio y del tiempo? En cada punto en el espacio y el tiempo hay también una coordenada del alma, lo que significa que en todo momento y lugar podemos determinar, a través de nuestras acciones, nuestra ubicación en un continuo “bondad-maldad”.

Esta última coordenada es invisible para la mayoría de nosotros y la ubicación en que cada uno se encuentra en esa coordenada del alma, ya sea en el bien o en el mal, depende de su libre albedrío, tal que en cierto sentido, esta es la coordinada de libre albedrío que existe en cada instante y en cada lugar en que la persona se encuentre. Aunque nuestra experiencia humana normal reconoce sólo 4 dimensiones, 3 espaciales y 1 temporal, Abraham dedicó su vida a enseñarnos acerca de esta quinta dimensión que la ciencia aun no ha reconocido.

Ahora, así como las 5 dimensiones de la realidad están divididas en 3 categorías de espacio, tiempo y alma, todo lo que Hashem creó, toda entidad se divide también en tres. Esto se ve palpablemente en el cuerpo humano, donde cada órgano se divide en tres segmentos: los dedos, los brazos, las piernas, el cuerpo mismo, etc. Hashem divide todo lo que existe en tres. El cuerpo humano es un microcosmos que exhibe esta idea.

¿Cómo está insinuada en Abraham esta división de 3 y las 5 dimensiones?

Su nombre original Avram, que equivale a 243, es 3 elevado a la quinta potencia, o 3 · 3 · 3 · 3 · 3 = 243!

¿Qué ganó Abraham con su circuncisión? Obtuvo una percepción de lo íntegro, la totalidad consumada de la verdadera esencia de cada una de estas 5 dimensiones. Hashem le reveló a Abraham la esencia de cada una de las 5 dimensiones, que está implícito en el incremento de su nombre de 243 a 248.

Si tomamos estas dos explicaciones, la de los sabios y la derivada del Libro de la Formación y las unimos llegamos a la conclusión de que los ojos, los oídos y el órgano reproductor corresponden a la esencia de las cinco dimensiones de la realidad. Cada uno de ellos es sensible, por así decirlo, a la esencia de una de las cinco dimensiones. Claramente, el órgano reproductor corresponde a la dimensión del alma del bien y el mal.

Parte 2

248 y la Circuncisión

Habíamos comenzado con esta nueva teoría física que ubica todas las partículas elementales según el grupo Lie E8. Como este grupo tiene 248 puntos nos estimula a buscar una conexión entre 8 y 248. Por lo pronto, 248 es un múltiplo de 8. Esto es importante porque Abraham obtuvo el control sobre sus 248 miembros el día de su circuncisión, que normalmente se lleva a cabo el octavo día.

Mientras que el 7 representa el estado consumado de todo lo que es natural, 8 representa lo que está más allá de la naturaleza. El número 7 se asocia inmediatamente en nuestras mentes con Shabat, el séptimo día, pero Hashem ordenó que circuncidáramos a nuestros hijos el octavo día porque este acto conecta al niño con lo sobrenatural, es decir, con la raíz de su alma. Por cierto, los sabios nos enseñan que esa circuncisión trasciende el Shabat, a tal punto que es permitido realizarla si el octavo día cae ese día de la semana.

Entonces tenemos que el valor del nombre de Abraham, la primera persona que realizó el pacto de la miláh , es un múltiplo de 8: 248 = 8 · 31. Itzjak, su hijo nacido en virtud de este pacto, fue la primera persona que ingresó a él al octavo día, y el valor de su nombre también es múltiplo de 8: 208 = 8 · 26. 26 y 31 son los valores numéricos de dos de los Nombres sagrados de Hashem.

31 es la guematria del Nombre Kel ( א־ל ), que corresponde a la sefiráh de bondad, como lo insinúa el verso: “La benevolencia de Hashem [ Kel ] perdura todos los días”. Abraham es por cierto el alma modelo de esta sefiráh . Este verso también implica que a través de la bondad (a través de Abraham) Hashem recrea el mundo todo el día, continuamente.

26 es por supuesto el valor del Nombre esencial de cuatro letras de Hashem, Havaiáh . Entonces, Itzjak corresponde aquí a Havaiáh , que de todos los Nombres Sagrados corresponde a la sefiráh de belleza y al atributo de compasión. Agreguemos que 31 es el número primo 12, y como veremos en breve, 12 es considerado el origen del 248 en la Toráh y es el secreto del nivel más elevado que alcanzó Abraham en su vida.

Hasta aquí hemos analizado el número 248 de dos maneras diferentes:

•  248 = 3 5 (243) ^ 5

•  248 = 31 · 8

248 en la creación

En el relato de la creación ya está insinuado el nombre de Abraham. Génesis incluye dos relatos de la creación, el primero se extiende desde Génesis 1:1 hasta 2:3 y el segundo comienza desde Génesis 2:4. Sin embargo, a veces el verso 2:4 es considerado el final del primer relato.

Este verso dice: “Estas son las generaciones de los cielos y la tierra cuando fueron creados, el día en que Hashem creó la tierra y los cielos”. En el hebreo original, “cuando fueron creados” se expresa con una sola palabra: ב ה בראם , behibaram . Una palabra muy especial porque es la primera vez que se incluye una letra de tamaño menor (tipográficamente) en el texto de la Torah, la letra hei .

Pero es también especial porque permutando sus letras forma באברהם , beabraham , “con Abraham”. Los sabios aprenden de esto que toda la creación fue hecha en mérito de Abraham. (2)

¿Qué significa esto? Una de las afirmaciones básicas de las enseñanzas del Baal Shem Tov es que para sostener la creación, Hashem tiene que recrearla en cada momento. Lo hace a través del canal del alma raíz de Abraham, la benevolencia, o lo que podemos llamar el poder del amor, su cualidad interior. (3)

¿Qué simboliza la pequeña hei en esta palabra? Gramaticalmente conjuga el verbo en tiempo pasado simple reflexivo: “cuando fueron creados”. Pero más profundamente, alude a la letra hei de Abraham que primero estaba dormida e invisible en su nombre original Avram ( אברם ). Su potencial oculto de dar nacimiento al pueblo judío yació oculto hasta la edad de 99 años cuando recibió la orden de la circuncisión.

Esta es la forma en que la Torah destaca específicamente la hei del nombre de Abraham, como es la esencia de la capacidad de su raíz/alma de actuar como conducto a través del cual el mundo es recreado continuamente. Por eso los sabios leen la palabra “cuando fueron creados” como “con [la letra] hei Él los creó”.

Pero ahora notamos que como el valor numérico de Abraham es 248, entonces la palabra be hibaram , ב הבראם , también significa “con 248”: Hashem creó el mundo “con 248”. Esta es una clara alusión a que este número tiene un lugar central en la creación, haciendo muy posible que existan realmente 248 partículas elementales en la naturaleza.

Ahora, si cuentas verás que esta palabra es la 474 de la Toráh, guematria de דעת , daat , la sefiráh de conocimiento. Esta sefiráh es en muchas maneras la más importante de todos los poderes del alma porque es el poder de la conciencia. Pero hay otro punto que debe ser destacado. En el Tania, está explicado que la sefiráh de conocimiento es el origen del poder de unirse y conectarse con algo. Por eso esta palabra 474 de la Torah, behibaram , la palabra “conocimiento” alude al poder de Hashem de conectarse con Su creación; y como significa “con Abraham” revela que Se conecta y Se une con la creación a través del primer patriarca, o de su alma/raíz, y así la recrea constantemente.

La Toráh nos instruye que aprendamos del Creador y tratemos de emularLo, entonces nuestra conciencia debe estar plena de Abraham y debemos tratar de conectarnos y unirnos a los demás a través de la bondad y el amor. Para graficar esto podríamos decir que la naturaleza, la creación misma, refleja al Creador al tener a Abraham en su mente, es decir, al tener 248 partículas elementales como ladrillos o bloques básicos.

En el Zohar, el conocimiento es considerado la llave que abre seis bodegas, que simbolizan las seis facultades del corazón, que corresponden a su vez a los seis días de la creación. Entonces, de acuerdo con este libro, la clave para todo lo que fue creado en esos seis días es la conciencia de Abraham, la del número 248.

La dualidad de la imagen de Hashem

Continuaremos ahora meditando acerca de la expresión más importante de la Torah que suma 248. Cuando la Torah describe cómo Hashem creó al hombre el sexto día, resalta también el atributo especial que lo hace diferente de todas las demás criaturas.

Relata la Torah que el hombre fue creado “a imagen y semejanza de Hashem”, בצלם א-להים , betzelem Elokim . Elokim es el Nombre de Hashem utilizado para el relato de la creación. La guematria de la palabra betzelem es 162, la de Elokim es 86, juntas suman 248. Esto ilustra algo muy importante: aunque Hashem estaba creando a Adam, el primer ser humano, y lo estaba creando a Su imagen, vemos que “a imagen de Hashem” equivale a Abraham.

Esto se hace eco de lo que decíamos antes, el universo entero fue creado “con Abraham”. Para decirlo de otra manera, cuando creó a Adam Hashem se inspiró en Abraham, el primer humano que buscó y postuló la unidad de Hashem y el primer patriarca del pueblo judío.

Como esta es una expresión tan importante y equivale a 248, la pregunta que nos debemos hacer es: ¿aparece en alguna otra parte en la Toráh? Si buscamos, encontraremos que aparece también en la segunda perasháh Noaj . Después del diluvio y de que Hashem le ordenó salir del arca, renueve la vida sobre la tierra y se vuelva a procrear, Hashem especifica la responsabilidad del hombre sobre todas las criaturas vivientes. Allí dice: (4)

Sed fructíferos y multiplicaos y llenad la tierra. El temor y el pavor a vosotros estarán sobre toda bestia sobre la tierra y sobre toda ave del cielo, sobre todo lo que se arrastre sobre el suelo y sobre todos los peces del mar; en vuestras manos son entregados. Todo lo que se mueva y esté vivo será para vuestro alimento, igual que a los vegetales ahora os los entrego todo. Pero de la carne que aún tenga el espíritu en la sangre no comerás. Y por cierto de tu sangre vital demandaré cuentas de manos todo animal y también de todo hombre, exigiré cuentas por la vida de su prójimo. Todo el que derrame la sangre de un hombre su propia sangre será derramada, porque a imagen de Hashem el hombre fue hecho.

Y entonces, el hecho de que el hombre fue creado “a imagen de Hashem”, betzelem Elokim , es utilizado aquí para justificar la prohibición de asesinar. (5)

Como hemos visto que esta frase aparece dos veces, una en el contexto de la creación y otra en el de la prohibición de matar, debe significar que hay dos aspectos o planos de la imagen de Hashem que están dentro del hombre. Como “a imagen de Hashem” es igual a Abraham, esto también significa que Abraham mismo debe tener dos aspectos diferentes. Todo lo que tenga que ver con el número 248 es de naturaleza dual.

Una forma de entender la naturaleza de esta dualidad es reviendo la interpretación del Baal Shem Tov del verso: “Quien tiene un corazón sabio acepta los preceptos”. (6) Como la palabra “preceptos” aparece aquí en plural, impulsa al Baal Shem Tov a explicar que cumplirlos siempre implica dos aspectos: la acción en si misma y su intención. En otras palabras, toda acción prescripta por los 248 preceptos positivos de la Toráh ocurre en dos planos simultáneos.

Si la persona tiene un corazón sabio, se toma a pecho la necesidad de unificar sus acciones en ambos planos, tratando de purificar su intención mental mientras cumple con los preceptos. Esto explica que así como la imagen de Hashem está revelada en nuestros 248 miembros físicos del cuerpo, también lo está en los 248 miembros espirituales que deberían estar unidos al investirse con nuestros miembros físicos.

Para comprender más profundamente la diferencia entre estos dos aspectos de esta expresión en la Toráh, observemos el verbo que está asociado con ella en cada contexto. En el relato de la Creación dice: “…A imagen de Hashem lo creó [al hombre]”, pero en la perasháh Noaj dice: “…porque ha imagen de Hashem hizo al hombre”. El verbo “creó”, ברא , bará , denota en hebreo una creación ex nihilo, es decir, de la nada. Pero el segundo verbo, con respecto al asesinato, es “hizo”, que implica una rectificación o tomar algo que ya existe y perfeccionarlo para hacerlo mejor.

Estos son los dos verbos que denotan niveles diferentes de creación en el primer relato de la creación. El tercer verbo “formó”, יצר , iatzar , que aparece en el segundo relato de la creación y sirve de intermediario entre estos dos niveles implica “hacer algo de algo”, como en el segundo relato de la creación, donde el hombre cuenta que el hombre fue formado del “polvo” de la tierra, o moldeado con arcilla.

creaciónבראalgo de la nadacreacionismo
formaciónיצרalgo de algoformacionismo
acciónעשהperfeccionar algo que ya existeevolución

Una bella forma de entender la diferencia de significado entre “creó”, bará , y “hizo”, asá , es compararlos con la diferencia entre creacionismo y evolución. Creacionismo es la doctrina según la cual todo fue creado de la nada, mientras que la doctrina de la evolución sostiene que la materia ya existe y se perfecciona continuamente a niveles más y más elevados. (de paso, de “formó” podemos sugerir el término “formacionismo”) La Toráh incluye ambas doctrinas, significando que Hashem trabaja utilizando ambos métodos: la creación ex nihilo y la evolución, con la formación como un estadio intermedio:

Cuando se refiere a la imagen de Hashem, vemos que incluye ambas doctrinas de creación y evolución (acción). Por un lado, la Toráh establece que Hashem creó al hombre de la nada, pero, la justificación de la sagralidad de la vida humana es que el hombre es una realidad (física) perfeccionada en la cual se puede reflejar la imagen de Hashem. Esto implica que respecto a la imagen del Creador que hay en el hombre, el Todopoderoso tomó algo que ha existía y con eso lo construyó y perfeccionó de tal manera que refleje Su imagen (el propio diluvio fue un proceso de purificación que intentó perfeccionar a la ya existente humanidad, Noaj y su progenie). Esta es la razón de que no tienes permitido asesinar a otro ser humano.

La creación de la imagen de Hashem en el hombre y su evolución en el hombre corresponde a los dos aspectos que implica el cumplimiento de los preceptos, como se explicó.

¿Cómo es esto? El plano de la intención, que está por encima de la acción, corresponde a creación de la nada. Esto es así porque el pensamiento tiene el poder de crear. Está explicado en jasidut que el poder de la creación está en la mente. Pero, el plano de la acción física de un precepto corresponde a la evolución porque el propósito de cada uno que cumplimos es mejorarnos a nosotros y al mundo. Aunque los preceptos son ordenados Divinamente, los mandamientos positivos son actos constructivos que combaten la entropía (la ley de la naturaleza según la cual todo tiende al desorden).

Ahora que hemos visto el significado de los dos verbos más importantes utilizados en la creación y cómo se relacionan con la expresión betzelem Elokim , les daremos una mirada más profunda.

El valor numérico de bará , “creó”, es 203, el de asá , “hizo”, es 375, sumando en total 578, dándonos un promedio de 289 por palabra, y como ya sabemos, en la Toráh el número cuadrado representa un estado perfecto de interinclusión. 289 es también el valor numérico de la segunda y tercera palabras de la Toráh: “Hashem creó”, ברא א-להים , bará Elokim . Esto significa que si tomamos la diferencia entre estos dos verbos, es igual a 172, que es igual a 2 veces 86, o sea dos veces el Nombre de Hashem que implica la naturaleza, Elokim (que tiene la misma guematria que הטבע , hateva , “la naturaleza”).

Esta relación matemática implica que debajo todos los procesos naturales que perfeccionan la realidad (como el proceso evolutivo), se oculta el Nombre de Hashem, Elokim , como se manifiesta en la recreación continua de la realidad ex nihilo. Esta es una extraordinaria guematria en la que por cierto hay que meditar.

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Parte 3

La Creación del hombre

Volvamos a Abraham, 248 y “la imagen de Hashem”. Hemos visto que las tres primeras letras de su nombre eran alef-bet-reish , que forman la palabra eber (“miembro”, como hemos citado), cuando las permutamos forma ברא , bará , “creó”. El valor numérico de las últimas dos letras hei mem , es 45, la guematria de אדם , “Adam”. Así, lo que hemos revelado es otra alusión al hecho de que la creación de Adam fue inspirada por el alma/raíz de Abraham, porque la guematria de Abraham es igual a ברא אדם , bará Adam , “creó a Adam”.

Entonces vemos que Abraham lleva dentro de si el poder de la creación en general y el poder de crear al hombre en particular. Por cierto, el Talmud (7), relata acerca de sabios que, utilizando el Libro de la Formación de Abraham crearon organismos vivientes. Uno de estos casos fue el sabio Rava, que creó verdaderamente un ser humano, siguiendo las enseñanzas que oculta este libro.

Repasando la propia vida de Abraham, vemos que una vez que Hashem le agregó la letra hei a su nombre, fue capaz de procrear y crear en esencia otro ser humano semejante a él, Itzjak. Está explicado en jasidut que el poder de la procreación es la contrapartida humana del poder infinito de creación del Todopoderoso y que crear a nuestra semejanza significa que la descendencia refleja perfectamente a sus progenitores, no sólo físicamente, sino también espiritualmente al poseer el mismo poder de procrear descendientes, con los mismos rasgos de carácter.

Esta es la diferencia esencial entre Itzjak e Ishmael, el primer hijo de Abraham (de Hagar, la doncella de Saráh), quien nació antes de que su padre se halla circuncidado y recibido la hei adicional. A pesar de que Ishmael era hijo de Abraham e incluso su primogénito, de todas maneras Hashem le aclaró que sólo “en Itzjak perdurará tu semilla”. (9) Sólo Itzjak, quien nació una vez que Abraham hubo revelado el potencial completo de su poder creativo, pudo continuar la herencia de su padre y engendrar hijos que eventualmente formaron el pueblo judío.

La dualidad de Abraham

Como existen dos dimensiones de la “imagen de Hashem”, seguramente podremos verlas en la propia vida de nuestro patriarca. Sabemos que atravesó diez pruebas de fe a lo largo de su vida, destinadas a comprobar su grado de dedicación a Hashem y a revelar su tremendo potencial de compromiso y poder de decisión ante la adversidad. (10)

La última y más difícil de todas las pruebas es llamada Akedat Itzjak , literalmente la “atadura de Itzjak”, cuando lo amarró para sacrificarlo en el altar. Abraham tenía 137 años cuando Hashem le ordenó sacrificar a su hijo. Como habría de surgir posteriormente, las palabras de Hashem (11) podrían ser interpretadas como que todo lo que Abraham tenía que hacer era tomar a Itzjak, llevarlo a la montaña y amarrarlo allí, pero por supuesto en ningún momento hubo una orden de degollarlo como sacrificio. Como Abraham todavía no lo sabía entendió que Hashem le estaba ordenando sacrificar a su hijo.

Cuando su Creador vio que Abraham era 100% fiel, se dirigió a él y le reveló que sólo con atar a Itzjak en la cumbre de la montaña ya estaba cumpliendo su orden. Pero avisarle que no mate a su hijo lo llamó por su nombre dos veces: “Abraham Abraham”. En toda la Biblia encontramos sólo cuatro personas cuyo nombre se repite dos veces: Abraham, el primero y luego Iaacov, Moshéh y el profeta Shmuel.

Respecto a Abraham, Iaacov y Shmuel, sus nombres aparecen en esa oportunidad con una línea masorética separándolos. En Cabaláh, esta línea llamada psik taamá , significa una separación pero también una contracción, esto es, una disminución de la luz espiritual entre la primera aparición del nombre (que representa al ser espiritual de la persona tal como se presenta frente a Hashem) y la segunda (que representa el ser físico de la persona, tal como se encuentra en el plano corporal).

Entonces, hay una diferencia entre estos dos planos de existencia de Abraham, aunque ambos ligados al poder de creación. Posee ambos niveles de conciencia a la vez, pero no son exactamente idénticos.

Ahora, reconociendo esta diferencia podemos apreciar la siguiente guematria: אברהם אברהם , “Abraham Abraham” es igual a 496, el valor numérico de maljut , “reinado”, מלכות , la última de las diez sefirot . Todas las almas judías están involucradas en construir y revelar el reino de Hashem en la tierra, que es el objetivo final de las visiones de todos los profetas: “Y Hashem será el Rey sobre toda la tierra; y en ese día Hashem será Uno y Su Nombre Uno”.

Entonces, de alguna manera, el nombre de cada judío es proclamado por Hashem en cada momento, llamándolo en dos planos simultáneos. Esto tiene que ver con la enseñanza del Baal Shem Tov que: cuando uno realiza una acción, debe unificar su intención con la acción, respondiendo al llamado constante de Hashem en ambos planos.

Como Abraham es 248 ó 8 veces 31, “Abraham Abraham” es 496 o 16 veces 31. Notemos que 16 es el punto medio de 31. Todo número impar tiene un punto medio que se define: n = 2n – 1, donde el símbolo significa punto medio. La forma usual de escribir la función de los números triangulares es: r n = ; entonces si n es un número primo: r n = n n.

De esto se desprende que 16 veces 31 es igual al triángulo de 31. Como 31 es el valor numérico de אל , E-l , el nombre de Hashem que corresponde a la sefiráh de benevolencia (12) y Abraham es su alma arquetípica, la repetición de sus nombres simboliza la perfección del alma raíz de Abraham (cuya intención final es manifestar el reinado de Hashem sobre la tierra).

Ahora, veamos qué sucede cuando escribimos las letras “llenas” de nuestra expresión Betzelem Elokim , “a imagen de Hashem”. Llenar las letras significa escribir el nombre completo de cada una. Tenemos entonces:

בית צדי למד מם אלף למד הא יוד מם = 961 = 31 2

bet tzadi lamed mem alef lamed hei iud mem

Este es un hermoso hallazgo, porque el valor de la expresión original también es múltiplo de 31 y llenando las letras se llega a un cuadrado perfecto. Pero veamos una relación más sorprendente entre 961 y Abraham.

Antes de la circuncisión de Abraham, el nombre de Saráh era Sarai, שרי . Nos dicen los sabios que el origen de la hei adicional de Abraham provino de la iud de Sarai . Desde el punto de vista numérico, la letra iud (10) puede dividirse en dos hei , 5 y 5, por lo que una hei volvió a Sarai, mientras que la otra fue a Abraham.

De esta manera, el origen del poder creativo que se le dio a Abraham a través de la letra hei está en su esposa. Esto nos incita a observar la relación entre Saráh e Itzjak, su descendiente común luego de la circuncisión de Abraham. Vemos entonces que los valores numéricos de “Saráh” (505) e “Itzjak” (208) suman juntos 713, o 23 x 31, otro múltiplo de 31! Y por lo tanto el valor numérico de la primera familia judía es 713 más 248 igual a 961 o 31 al cuadrado, que como vimos es la guematria de la expresión “A imagen de Hashem”!

De 12 a 248

Ahora continuaremos con la segunda parte de nuestra meditación. En esta sección vamos a meditar sobre una conexión que fue observada por los estudiantes de guematria de nuestra generación. Esta observación dice que si separamos 12 en 2 y 10 y elevamos al cuadrado cada componente, la suma da 248:

2 2 ^ 10 2 ^ 12 2 = 4 ^ 100 ^ 144 = 248.

También podemos generalizar esta ecuación como una fórmula matemática, definiendo la función F de un número c como:

F [a, b] = a 2 ^ b 2 ^ (a ^ b) 2 , donde a ^ b = c.

Como tal, es una preciosa relación matemática, pero para que tenga un significado de Toráh tenemos que encontrar un ejemplo en el texto escrito. Por cierto lo encontramos, como veremos, directamente conectado con la palabra que hemos estado estudiando hibaram , “cuando fueron creados”, o con su permutación “con Abraham”.

Como ya mencionamos, el verso: “Estas son las generaciones de los Cielos y la Tierra cuando fueron creados…” está inmediatamente a continuación de los tres versos que describen el Shabat. Ver la versión hebrea de estos tres versos de Génesis capítulo 2:1-3 en www.dimensiones.org o en una Torah en hebreo. Estos los copiaremos en hebreo, porque así es como tienen su interés:

וַיְכֻלּוּ הַשָּׁמַיִם וְהָאָרֶץ וְכָל צְבָאָם. וַיְכַל אֱ־לֹהִים בַּיּוֹם הַשְּׁבִיעִי מְלַאכְתּוֹ אֲשֶׁר עָשָׂה וַיִּשְׁבֹּת בַּיּוֹם הַשְּׁבִיעִי מִכָּל מְלַאכְתּוֹ אֲשֶׁר עָשָׂה. וַיְבָרֶךְ אֱ־לֹהִים אֶת יוֹם הַשְּׁבִיעִי וַיְקַדֵּשׁ אֹתוֹ כִּי בוֹ שָׁבַת מִכָּל מְלַאכְתּוֹ אֲשֶׁר בָּרָא אֱ־לֹהִים לַעֲשׂוֹת.

Estos son también los tres versos con los que comenzamos el kidush (la bendición sobre el vino) del viernes por la noche. Encontramos que en conjunto hay 144 letras o 12 al cuadrado (13) Esto también significa que las letras de estos tres versos que describen el séptimo día, el Shabat, pueden ser organizadas en forma de cuadrado. En un ejemplo de auto referencia, el valor numérico de la primera palabra vaiejulu , es 72, o sea la mitad de 144, y también la guematria de jesed , “benevolencia”.

Observemos ahora los dos versos que están justo antes y después de estos tres versos de Shabat. El verso inmediatamente anterior es el último de los seis días, mientras que el posterior es el que estamos discutiendo que contiene la palabra behibaram . Ambos tienen un contenido generalizador. Pero más importante para nuestro propósito, ambos tienen exactamente 50 letras en el original hebreo.

El verso que precede a Shabat dice:

“Y vio Hashem todo lo que creó y vio que era muy bueno; y fue la tarde y fue la mañana, día sexto”

וַיַּרְא אֱ־לֹהִים אֶת כָּל אֲשֶׁר עָשָׂה וְהִנֵּה טוֹב מְאֹד וַיְהִי עֶרֶב וַיְהִי בֹקֶר יוֹם הַשִּׁשִּׁי.

El verso que sigue a los tres de Shabat:

אֵלֶּה תוֹלְדוֹת הַשָּׁמַיִם וְהָאָרֶץ בְּהִבָּרְאָם בְּיוֹם עֲשׂוֹת י־הוה אֱ־לֹהִים אֶרֶץ וְשָׁמָיִם :

“Estas son las generaciones de los cielos y la tierra en el día en que Hashem creó tierra y cielos.”

Vemos hasta ahora que las 144 (12 2 ) letras de Shabat están rodeadas por 100 (10 2 ) letras, en los dos versos anterior y posterior. (14)

¿Dónde se alude a 2 2 o a 4 en esta estructura? Las cuatro palabras que conectan el final de la descripción del día viernes con el principio de la descripción de Shabat de estos versos son יום ה ששי ו יכלו ה שמים , om ashishí aijulu ashamaim , “… sexto día. Y fueron completados los cielos…” Las iniciales de estas palabras forman el Nombre esencial de Hashem, Havaiáh .

De hecho, esta es la primera vez que este Nombre aparece en forma de iniciales en la Toráh. Pero la primera vez que aparece explícitamente es en el verso que sigue a los tres de Shabat, tres palabras después de behibaram , “cuando fueron creados”. En hebreo es llamado el “Nombre de cuatro [letras]” o Tetragrámaton en lengua extranjera.

Por su ubicación en ella podemos ver que estas letras sobrevuelan sobre toda la estructura. El Nombre Havaiáh no es sólo la palabra más importante de la Toráh, sino que es un símbolo arquetípico de los números cuadrados, porque de acuerdo a la Cabaláh, sus primeras dos letras son un Nombre sagrado en si mismo, que luego se expande de acuerdo a la regla talmúdica de “dos que son cuatro”.

Notas al pie

•  1) El número de huesos del cuerpo humano varía según la edad. Durante la infancia hay menos material óseo y más cartílago. A medida que el cuerpo madura el cartílago se va solidificando en hueso. De acuerdo con los estudios médicos, a la edad de 18, el cuerpo humano tiene un promedio de 248 huesos. Cuando la persona sigue madurando, va disminuyendo el número de huesos en su cuerpo porque más cartílago se endurece y los huesos pequeños comienzan a juntarse, fusionándose para crear huesos más largos.

•  2) Bereshit Rabáh 12:9

•  3) Ver También Cabaláh y Meditación para las Naciones.

•  4) Génesis 9:2-6

•  5) Por cierto, esta es una de los siete preceptos universales de los Bnei Noaj. Ver nota 3.

•  6) Proverbios 10:8. Ver Keter Shem Tov 9.

•  Sanedrín 65b.

•  En hebreo, Rava, רבא , es la permutación de bará , “creó”. La palabra para “humano” en arameo, גברא , gavra , También termina con las tres letras ברא , bará . La frase que describe este evento en el Talmud juega con la relación: Rava bará gavra .

•  Génesis 21:12

•  Moshéh rebeinu afirma (Deuteronomio 13:4) que todo el propósito de Hashem de tenernos a nosotros trabajando duro en la vida es que podamos reconocer nuestro potencial interior.

•  Génesis 22:2. Las palabras exactas de Hashem eran: “Por favor, toma a tu hijo… Itzjak y ve por ti a la tierra de Moríáh, y elévalo allí como una [ofrenda] elevada en una de las montañas que te voy a enseñar”.

•  Ver ¿Qué necesita saber sobre Cabaláh? De próxima publicación.

•  144 es el 12 o de la serie de Fibonacci, donde cada número es la suma de los dos anteriores comenzando por 1. Resultando 1-1-2-3-5-8-13-21… Este es un fenómeno único de en esta serie.

•  La estructura que acabamos de describir, donde los versos de Shabat son un sándwich entre dos versos de similar estructura evoca la forma en que caía el maná en el desierto entre dos capas de rocío. El maná era una bendición del Shabat y caía en mérito de observar el Shabat. En el maná especialmente se ponía de relieve la doble bendición de este día, porque el viernes caían de los cielos dos porciones de ese alimento para cada persona

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