MEDITACIONES JASÍDICAS

REVALORIZACIÓN DE LOS ÉXITOS DE LA MEDICINA.

Quien conoce un poco de Jasidut y Avodat Hashem, el servicio interior a Dios, debe haber oído y saber que Amalek es de guematria duda, safek. En el alma, Amalek infunde dudas que enfrían el fervor de la fe en Dios y en todo caso debilitan la devoción a Él y la observancia de sus mandamientos. En las últimas generaciones, no pocos servidores de Hashem han identificado la ciencia moderna de esta manera: está basada en las dudas, desprecia todo lo que no sea empírico y esté sujeto a pruebas tangibles en el laboratorio, y también -a causa de sus impresionantes éxitos- enfría y debilita la fe inocente y pura en Dios y el caminar en sus caminos.

Con toda la verdad y la justicia que hay en esto, nosotros (por supuesto…) creemos que esto es solo una imagen parcial: se lo puede ver de esa manera, pero también se puede uno ocupar en la ciencia con ojos creyentes en la Torá y descubrir a Dios que también se halla también a través de ella. Pero en el ambiente del mes de Adar, en el que pregonizamos “y lo daremos vuelta” -de punta a punta- el rabino Ginsburgh nos trae la novedad de que la rectificación de la ciencia es convertirse uno mismo en el guerrero principal de Amalek!!

Muerte – la esencia de Amalek

En el significado literal de la Torá y la Halajá, Amalek es un pueblo que luchó con el pueblo de Israel. Respecto al servicio a Dios, como se dijo, Amalek es la duda que congela con su frialdad. Pero al fin de cuentas Amalek es la muerte en sí misma. A los ojos judíos y toraicos, la muerte no es otro fenómeno natural aceptado, es un producto del primer pecado y desaparecerá del mundo: “tragó a la muerte para siempre”. Mientras la muerte acecha a la vuelta de la esquina, nuestras guerras y luchas internas parecen marginales y sin sentido, y este punto de vista niega todo el sentido de la vida (como es bien sabido).

Si es así, la guerra contra Amalek es (también) la guerra contra la muerte misma. ¿Quién es el principal luchador contra la muerte hoy en día? ¡La medicina moderna! La medicina se esfuerza, y con la ayuda de Dios también logra logros considerables, en prolongar la esperanza de vida, combatir la vejez y, en última instancia, combatir la muerte. Si es así, ¡la medicina moderna es la cabeza y el primero de los guerreros contra Amalek!

Rectificación de la medicina moderna.

Pero no es tan simple. Con el debido respeto (¡verdadero y justo!) por la medicina moderna, aún no está todo lo rectificada que necesita, y esto también es perjudicial para sus logros. En primer lugar, cuando la medicina surge de una premisa materialista y pagana, pierde el componente espiritual muy importante para la salud del cuerpo. Pero peor aún: cuando la conciencia reconoce solo los logros de la humanidad y atribuye los éxitos a “mi poder y la fuerza de mi mano”, los éxitos de la medicina serán limitados: toda medicina tendrá efectos secundarios, cada vacuna tendrá sus riesgos y cada enfermedad erradicada provocará otras enfermedades. Cuando uno olvida que la salud y la curación vienen de Dios y dependen de Él, y trata de reemplazarlo con la acción del hombre y sus aparatos, las posibilidades de éxito se reducen [en esta situación, es dudoso si el médico es un guerrero de la muerte o un mensajero del ángel de la muerte…]

Para vencer verdaderamente a la muerte, se debe corregir la ciencia, y en nuestro caso la medicina que nace de ella: infundirles la humildad y el desinterés que provienen de creer en Dios. Por lo tanto, cada logro científico es un milagro Divino y una bondad de Dios, cada nuevo remedio es un regalo milagroso del cielo, y como tal se espera que beneficie y produzca un bien mucho más limpio y exitoso. Cuando la ciencia médica pertenece a tal cosmovisión creyente, es probable que logre borrar el Amalek básico: la muerte.

[Estos párrafos se basan en la lección del rabino Ginsburgh de la noche de Purim 5781: la lección se editó en hebreo y la presentaremos en español en nuestras próximas publicaciones. También cabe mencionar el Capítulo 9 del libro en inglés ‘La Unión de la Torá y la Ciencia’, en preparación en español. En el que se explica que la corrección de la ciencia en general (y también la corrección de la Torá…) es la introducción de la humildad y el desinterés.]

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