Moshé le dice al pueblo de Israel, el último día de su vida, antes de cruzar el Iarden:
2 “Recuerda toda la senda a lo largo de la cual Dios tu Señor te condujo estos cuarenta años en el desierto. Envió dificultades para probarte, para determinar qué hay en tu corazón, si cumplirías o no Sus mandamientos. “
בוְזָֽכַרְתָּ אֶת־כָּל־הַדֶּרֶךְ אֲשֶׁר הוֹלִֽיכְךָ֜ יְהֹוָ֧ה אֱלֹהֶ֛יךָ זֶ֛ה אַרְבָּעִ֥ים שָׁנָ֖ה בַּמִּדְבָּר לְמַ֨עַן עַנּֽתְךָ֜ לְנַסּֽתְךָ֗ לָדַ֜עַת אֶת־אֲשֶׁר בִּלְבָֽבְךָ֛ הֲתִשְׁמֹ֥ר מִצְוֹתָ֖יו (כתיב מצותו) אִם־לֹֽא
Las dificultades son para probarte.
Pero…Hashem no las necesita, ya te conoce, Él mismo te hizo como eres y puso dentro tuyo todo lo que tienes, para que hagas tu tarea en este mundo. La prueba no es para Él…Sino para que te conozcas a ti mismo, expreses todo tu potencial y lo concretes, y así lo conozcas a Él, su obra y su deseo en la Creación del mundo.
Cuantas más dificultades, más grande el potencial y más importante la tarea.