Rebe Mordejai TWERSKI
(Motl de Chernobil)
El Rebe Mordejai (Motl) Twersky de Chernóbil nació en 5530 (1770) siendo su padre, el Rebe Menajem Najum, el primer Rebe de la dinastía. Cuando se le pidió que eligiera un apellido, el Rebe Mordejai eligió Twersky en honor a la ciudad de Tiberíades, donde el Rebe Menajem Mendel de Vitebsk y sus discípulos se habían establecido. Muchos jasidim se reunieron bajo su guía, y muchas ciudades lo nombraron su Maguid Meisharim (predicador de rectitud). Su estilo de liderazgo se caracterizó por la riqueza y la expansión, a diferencia de la costumbre de su padre. Sin embargo, comía muy poco y apenas obtenía placer de los asuntos materiales. Falleció en Kiev el 20 de Iyar de 5597 (1837), y mientras aún vivía, preparó su lugar de entierro en las afueras de la aldea de Anatevka, diciendo que allí no había iglesias y que el sonido de las campanas de las iglesias no perturbaría su descanso. Sus ocho hijos sirvieron como rabinos jasídicos en toda Ucrania y fueron prominentes en la difusión de las enseñanzas de Jasidut.
Había una vez un hombre rico que había comprado un gran huerto al noble local para plantar árboles frutales. Trabajó la tierra para prepararla e invirtió dinero y trabajo duro en el huerto. Cuando plantó los retoños, necesitó abundante lluvia para que los mismos echaran raíces y su inversión no fuera en vano.
Ese año hubo una sequía, y el hombre acudió con el corazón roto al santo Rebe Motl de Chernobil para pedirle que rezara para que lloviera y se riegue su huerto. El Rebe Motl sacó una Biblia y comenzó a leer de la porción de Bejukotai: “Si sigues Mis estatutos… Yo proveeré tus lluvias a su tiempo, etc.” Luego dijo: “Según el versículo, la razón por la que no llueve es probablemente porque no estás caminando en los senderos de Di-s, así que no puedo ayudarte”. Cuando el hombre rico escuchó las palabras del santo Rebe, se marchó abatido.
Después de que el hombre rico se fue el santo Rebe se fue a su habitación para descansar un poco. En ese momento, un anciano llamó a la puerta queriendo entrar para verlo. El asistente le dijo que el Rebe acababa de irse a descansar y el anciano regresó a su alojamiento. Mientras tanto, el Rebe Motl salió de su habitación y le preguntó al asistente: ¿Quién estuvo aquí? El asistente le respondió que había venido un anciano al que no conocía y como el Rebe se había ido a descansar no le dejó entrar. El santo Rebe ordenó llamarle.
Cuando el anciano llegó el Rebe le preguntó de dónde era y él respondió: de la ciudad de Sasov. Le preguntó: “¿Conocías al tzadik Rebe Moshé Leib de Sasov? Él respondió que lo conocía y que también había escuchado muchas de sus enseñanzas de Torá y el santo Rebe le pidió que le contara una enseñanza de Torá suya.
El anciano dijo que una vez el santo Rebe Moshé Leib dijo: Está escrito en la Torá: “Haré llover pan desde el cielo para ti, día tras día… para que Yo le pruebe si quiere seguir Mi enseñanza o no”.[1] Debemos entenderlo de la siguiente manera: ¿Para qué le da Di-s sustento a alguien día tras día? Para elevarlo. “Ya sea que siga Mis enseñanzas o no”, incluso si a veces sigue el camino de la Torá y ¡a veces no!
Cuando el Santo Rebe escuchó esta interpretación, ordenó llamar al hombre rico y le dijo: “¿Escuchaste lo que dijo el tzadik de Sasov? ¡Que caerá lluvia!’ El hombre rico dejó a Rebe Motl feliz sabiendo que su salvación estaba cerca. Y así fue. Las ventanas de los cielos se abrieron y él fue salvado de una gran pérdida.
Esta historia tiene todos los ingredientes clásicos de una buena historia jasídica: una crisis, un par de tzadikim, una visión revolucionaria de un bien conocido versículo de la Torá y, finalmente, un milagro inspirado en esta interpretación. Estos son todos los componentes de una clásica y dulce historia jasídica. Entre líneas, percibimos el inmenso esfuerzo espiritual y emocional invertido por los tzadikim para lograr este endulzamiento. Como dijo una vez el Rebe Usher Freund cuando se le preguntó por qué no bendice a todos los que se le acercan en Shabat con saludos de Shabat: “¿Qué piensas? Qué decir, ‘Buen Shabat’, ¿me resulta fácil?”
Este esfuerzo se refleja en el retiro del Rebe Motl a su habitación. Es cierto que habla con dureza con el hombre rico, pero vemos inmediatamente que las palabras que pronuncia le afectan con no menos dureza. Se encierra en su habitación, procesando el incidente, y aparentemente, tratando de endulzar el severo juicio. Así es también como podemos entender la apariencia del anciano: el Rebe Moshé Leib de Sasov ya no estaba en este mundo, pero el Rebe Motl le convocó para participar en esta tarea de endulzamiento, con el anciano jasid sirviendo como emisario. Es cierto que el Rebe Motl le había dicho al hombre rico que no podía ayudarle, pero junto con otro gran tzadik, logro acudir en su ayuda.
De la salvación que los tzadikim lograron aquí, podemos aprender que cada versículo de la Torá que parece contener juicios y advertencias puede ser endulzado a través del amor incondicional representado por el maná. En la porción de la Torá de Bejukotai, hay un tono de juicio incluso en las bendiciones: si caminas por el buen camino – se te dará lluvia. Si no, ¡ay de ti!
El pan del cielo sostuvo a Israel durante cuarenta años, incluso cuando la prueba de su fe fracasó totalmente. No es casualidad que este pan, que llegaba diariamente, fuera un gran endulzamiento para todo Israel: todos aquellos con defectos físicos, que eran muchos, debido a la esclavitud en Egipto, fueron curados comiendo el maná para que pudieran recibir la Torá en plenitud y alegría, con los 248 órganos y 365 tendones en perfecta salud.
Mucho se puede considerar y derivar de esto, ya sea en el ámbito de la confianza en Di-s o en la crianza de los hijos. Concluiremos con algunas alusiones: La guematria de las tres primeras palabras de la condición, “Si andas en Mis estatutos”, Im Bejukotai Telejú (אִם בְּחֻקּוֹתַי תֵּלֵכוּ) y las tres primeras palabras del endulzamiento, “He aquí, haré llover para vosotros”, Hineni mamtir lajem (הִנֵּנִי מַמְטִיר לָכֶם). El descenso del maná fue acompañado por rocío, encima y debajo de él, y nuestro par de versos también suman 1521, que es el valor de “rocío”, tal (טָל) al cuadrado, o “Havaia es uno”, Havaia ejad (י-הוה אֶחָד), al cuadrado. En concreto, la petición por el rocío, “que no cesa [ni siquiera en verano]” es una petición apropiada, a diferencia de la petición de lluvia, “que si cesa” cuando no es su momento o no se dan las condiciones adecuadas, por lo que se considera una petición inadecuada. Pero a través de hacer descender el rocío-maná, finalmente también recibimos la lluvia, según sea necesario.
Por lo tanto, la advertencia y el endulzamiento se unen a través del par de tzadikim, y el pueblo judío amerita elevación y abundancia.
[1] Éxodo 16:4
Que preciosa historia fascinante, son tesoros escondidos afortunados los que lo encuentran
Afortunado me alegro de leer esta hermosa historia