Cada meditación una lección de Jasidut y Lashón Hakodesh
“Eleva las cabezas de los hijos de Gershon”. Los hijos de Gershón transportan las cortinas del Tabernáculo, los hijos de Merari las columnas del Tabernáculo y los hijos de Kehat los utensilios del Tabernáculo.
Hay un par de conceptos básicos importantes en la dimensión interna de la Torá: luz interior y luz circundante. La luz interior se puede comparar a la vitalidad del alma que aparece individualmente, específica y limitada dentro de los diversos órganos corporales: por ejemplo, el poder del pensamiento en el cerebro, o el poder de la vista en el ojo, y similares. La luz circundante es luz que no se divide en detalles. También rodea a todos los niveles, como la vitalidad general oculta que se encuentra igualmente en el intelecto y en el talón del pie. La luz circundante es más excelsa, general e infinita, pero no puede ser captada por la conciencia o en la experiencia de las personas, por lo tanto, se llama Luz circundante, en el exterior, por así decirlo.
Las cortinas del Tabernáculo son Luces Circundantes. También rodean y envuelven a todos los diferentes utensilios. “Eleva las cabezas de los hijos de Gershón” significa contarlos para darles su tarea, pero alude a elevar las Luces Circundantes a un lugar aún más elevado. ¿Qué significa esto? Por encima de las Luces Circundantes está la raíz de las Luces Interiores. En otras palabras, en el primer nivel del plan Divino, Di-s quiere que lleguemos a la Luz Interior para relacionarnos con el más minúsculo de detalles. Este es el último propósito de Su intención, la raíz de los detalles está por encima de la Luz circundante general. “El acto final depende del pensamiento inicial”, significa que la acción final es lo primero que surge en el pensamiento, la Luz Interna al final dela acción es una parte intrínseca del pensamiento inicial del Creador, y así también en sus criaturas.