¿GUERRA SANTA EN ISRAEL?

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UNIVERSIDAD DE LA TORÁ

CABALÁ Y CIENCIAS POLÍTICAS

¿CUÁL ES LA LEY JUDÍA CON RESPECTO A LA ADORACIÓN DE ÍDOLOS EN NUESTROS DÍAS? ¿TENEMOS QUE EMBARCARNOS INMEDIATAMENTE EN UNA GUERRA SANTA PARA DESTRUIR TODOS LOS CENTROS DE ADORACIÓN DE ÍDOLOS EN LA TIERRA DE ISRAEL?

Cuando se trata de la adoración de ídolos la Torá no se anda con rodeos: “Y derribaréis sus altares y romperéis en pedazos sus pilares… y los ídolos de sus dioses derribaréis y destruiréis su nombre de ese lugar”. En la Tierra de Israel se nos ordena buscar y destruir la adoración de ídolos y purificar la Tierra de todas las formas extranjeras de adoración.

Si bien esto es lo que dicta la ley judía, ¿qué se supone que debemos hacer en nuestra realidad actual? ¿Cómo debemos conducir el Estado judío que se regirá por las leyes de la Torá? ¿Cuál debe ser nuestro enfoque de la adoración de ídolos y sus adoradores? ¿Estamos obligados, aquí y ahora, a embarcarnos en una guerra santa y destruir todas las casas de adoración de ídolos en la Tierra de Israel?

Absolutamente no. La ley judía determina que cuando se trata de relaciones exteriores, se da mucha importancia a no despertar el odio de las naciones, si existe la posibilidad cierta de que cree peligro y una situación que amenace la vida. Esta es una regla importante en la ley judía a lo largo de las generaciones. En nuestra era de comunicación instantánea y globalización, cuando cualquier acción en un extremo del mundo es inmediatamente publicitada en todo el mundo, este factor es particularmente pertinente. 

Debemos tener cuidado de no tomar medidas que pongan en peligro a otros judíos en Israel o en cualquier lugar del mundo. El cumplimiento de las mitzvot primarias se pospone debido a consideraciones de peligro de vida, y lo mismo se aplica al mandamiento de destruir la adoración de ídolos. Esta consideración debe tener la máxima prioridad, ya que el amor por las almas de Israel precede al cumplimiento de los mandamientos de la Torá (excepto en el caso de los mandamientos que se definen como “mejor ser asesinado y no transgredir”), así como “el pensamiento de Israel precedió a todo, incluida la Torá”.

Tenemos que tomar en consideración la realidad del mundo, incluso si ese mundo es “el mundo de la falsedad” (en el que gobiernan las religiones falsas que pretenden heredar la religión verdadera). No siempre podemos recrear las acciones precisas que Moshé y Iehoshúa realizaron cuando conquistaron la Tierra de Israel y destruir la adoración de ídolos como lo hicieron, al igual que en nuestra realidad actual, los tribunales judíos no pueden imponer la pena capital. A la vez que nos esforzamos por conseguir la realidad que existió en el tiempo de Moshé, o el futuro que existirá en el tiempo del Mashíaj, debemos tener en cuenta nuestra realidad actual.

¿Estamos relegando a un retiro anticipado a todas las leyes ‘extremas’ que hoy no se pueden promulgar? Después de haber determinado que debemos tomar en consideración la realidad actual y abstenernos del cumplimiento de la ley en su forma más pura, podemos perder la esperanza y rendirnos por completo. Estamos expuestos a olvidar y negar la verdad y la visión mesiánica que promete eliminar la adoración de ídolos de la Tierra. ¿Quizás glorificaremos la situación de facto y blanquearemos la adoración de ídolos? Por otro lado, podemos elegir el enfoque de “todo o nada” y renunciar a la idea de rectificar el Estado de Israel mientras sigamos atados por consideraciones de relaciones exteriores.

HACEN FALTA SABIOS

La solución comienza con el concepto de rectificación. El objetivo es lograr la rectificación completa, no solo de los judíos en la Tierra Santa, sino “perfeccionar el mundo en el Reino de Dios”. No olvidamos nuestro objetivo de rectificación (que recitamos todos los días en la oración “Aleinu Leshabeiaj”, y muchas otras veces más), que incluye purificar completamente el mundo y la humanidad de la impureza de la idolatría destructiva. La Ley judía es un recordatorio constante de la exigencia de una rectificación perfecta. Sin embargo, necesitamos sabiduría para saber cómo lograr la rectificación en la actualidad, de acuerdo con los tiempos. Para hacerlo, necesitamos estudiosos de la Torá y tzadikim, los líderes de la nación judía, que sepan navegar entre el futuro deseado y el presente, y hacer avanzar el presente hacia el futuro.

EDUCACIÓN PARA TODOS

El siguiente concepto es la educación. El “Ministerio de Educación” tiene gran importancia en el estado de la Torá, tanto para judíos como para no judíos. Debemos invertir lo mejor de nuestros recursos y energías en una educación amplia y fundamental para todos los habitantes de la Tierra, desde los niños hasta los ancianos. Debemos educarlos para que tengan fe en Dios y la Torá, con buenos rasgos de carácter e integridad. La buena educación produce una verdadera rectificación y engendra un cambio de conciencia. En última instancia, los no judíos de la Tierra de Israel aceptarán voluntariamente la fe en un Dios único y rechazarán la adoración de ídolos. (La ley judía prefiere la opción de que el propio no judío elimine la adoración de ídolos).

APÁRTATE DEL MAL HACIENDO EL BIEN

La inspiración para todo esto es el enfoque de la bondad amorosa, como enseñó el Ba’al Shem Tov: “Apártate del mal haciendo el bien”. No te involucres demasiado con el mal (aléjese de él). Invierte tus esfuerzos en hacer el bien y en lo sagrado (tal como obra sagrada de la educación) hasta que el mal se disipe por sí mismo, así como las tinieblas se disipan con la luz. (Esto no significa que debamos ignorar el mal). Esta es una regla importante en la dimensión interna de la Torá: incluir la izquierda en la derecha, incluir las leyes del “brazo izquierdo que rechaza” en la bondad amorosa del “brazo derecho que acerca”. De esta manera, el amor bondadoso guía y gobierna, mientras que todo el sistema de leyes está incluido en él (tanto es así, que muchas veces no es reconocible por sí mismo. Las leyes están ‘revestidas’ con el amor bondadoso y no son reconocibles como juicio severo). Aun cuando sea necesario el atributo de juicio severo, debe haber cien medidas de bondad amorosa por cada medida de severidad.

Esto también se aplica a la “coerción religiosa”. La Torá no prescribe la democracia. Pero no es casualidad que el mundo de hoy exija que todo se haga según la voluntad del pueblo. La rectificación completa es el acuerdo y la voluntad de aceptar las leyes de la Torá.

Después de todo lo dicho, hay que subrayar un principio jasídico importante: para la rectificación completa no es suficiente la acción exterior (tan importante como lo es cuando está en su lugar). Es crucial crear también una rectificación interior en el alma. Debemos mirar a los demás con nuestro ojo derecho y amoroso y darles el beneficio de la duda, mientras nos dirigimos a nosotros mismos con nuestro ojo izquierdo y crítico para que podamos encontrar nuestras deficiencias y rectificarlas. Debemos enfatizar la eliminación de la idolatría en el alma. Incluso un judío observante de la Torá puede estar adorando ídolos de manera sutil e inconsciente si no confía verdaderamente en Dios, sino que confía en los medios materiales y depende de ellos como fuente de sustento. (Esto es similar a lo que está escrito sobre el justo rey Asa, que pecó consultando médicos cuando estaba enfermo y desconfiando de Dios.) En lugar de huir a la realidad exterior, debemos hablar de la importancia de curar el alma de sus enfermedades. La redención del alma y la redención del mundo van juntos, son un estado completo de perfección.

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