SHABAT EN JÁRKOV, UCRANIA

Está escrito que uno no debe llorar en Shabat, pero en Shabat fallé en esto tres veces:

 La primera vez, fue el viernes por la noche cuando logramos llegar a la sinagoga.  Estábamos abajo en el comedor haciendo Kidush, junto con las personas que fueron lo suficientemente valientes como para venir a orar y docenas de otras personas, mujeres y niños que han estado viviendo en la sinagoga desde que estalló la guerra.  Después del kidush comenzamos a cantar “Niet Niet Niekovo”, una melodía rusa que significa que no hay nadie a quien temer sino a Hashem.

La segunda vez, fue el Shabat por la mañana.  Cuando bendecimos el mes de Adar Sheini y todos juntos dijimos “El que hizo milagros para nuestros padres”, sentí de nuevo las lágrimas en mis ojos.  También necesitamos milagros hoy…

 La tercera vez fue después de la oración de la mañana.  Tenemos una hermosa costumbre en la sinagoga, que el presidente de nuestra comunidad, Alexander Kaganovsky, da una bendición a las personas que cumplen años y alegrías en la comunidad.  Hoy les pidió a todos que se callaran y dijo: “Rabí Moshé, quiero decirte en nombre de toda nuestra comunidad, que queremos agradecer a todos los shluchim (emisarios de Jabad) que se quedaron con nosotros, por nuestra comunidad. Tú has dicho muchos años que eres parte integral de nosotros, pero esta vez “lo demostraste en el momento de la verdad”.

Terminó ahogándose en lágrimas y con un fuerte abrazo.

Otra cosa que nos unió a todos el Shabat es que no teníamos teléfonos.  No pudimos comprobar las noticias.  Hemos recibido cientos de mensajes de WhatsApp y mensajes de personas de todo el mundo, que están preocupadas y orando por nosotros, que quieren saber cómo estamos.  Nuestra familia en todo el mundo, que quiere escuchar todo el tiempo sobre nuestra situación.  Al comienzo de Shabat, dejamos los teléfonos a un lado, encendimos las velas de Shabat y oramos fervientemente por la paz.

Hay tres momentos que me gustaría compartir, que por supuesto no pude capturar:

El primer momento hermoso fue después de la comida de Shabat en nuestra casa, con mi familia y mis nietos, todos vestidos con trajes de Purim, hicieron una actuacion y bailaron.  Mi nuera me explicó después de su baile que ella sabe por qué todos dormimos juntos en el sótano que es nuestro refugio “En Purim Haman dijo que los judíos estaban dispersos por todas partes y no unidos… así que tenemos que dormir juntos para demostrar que estamos todos unidos”.

Otro momento especial fue durante la oración de Musaf.  Mi hijo Iosi era el cantor.  Cuando comenzó a cantar “Él es nuestro Dios”, hubo fuertes ruidos de los bombardeos que tenían lugar en las afueras de Kharkiv cuando intentaban ingresar a la ciudad.  Mientras cantaba, escuchamos los estruendos, las canciones de oración cada vez más fuertes, para que pudiéramos ahogar el ruido de las bombas.  Definitivamente una oración inolvidable.

Luego tuvimos un increíble Farbrengen (reunión jasídica) abajo, en honor al Shabat.  No había necesidad de decir nada inspirador, porque nos sentamos todos juntos, más de 100 personas en el sótano de la sinagoga, que ahora sirve de refugio, incluidas las personas que han dormido en la sinagoga durante los últimos dos días, unidos en cantar  Es difícil elegir solo un momento de las horas que compartimos juntos… El hombre de Kramtorsk que huyó a Kharkov en 2014, nos agradece por permanecer en Kharkov y reza para que la comunidad siga siendo más fuerte… juntos) …

También aplausos para los cocineros que se fueron a dormir a la sinagoga para estar disponibles 24/7 para dar de comer a todos… desde los refugiados de Donetsk con sus hijos hasta el anciano que tiene miedo de estar solo en el 5º piso.

Momentos especiales y definitivamente un Shabat que nunca será olvidado, lleno de fe, unidad y mucha esperanza solo para buenos dias y paz.

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