RAZI: EL SECRETO DEL 7

Escrito por: Shilo Ofan

Categoría: Yo y los Niños

¡Siete es nuestro número, el Shabat!

¿Por qué? Primero que nada, porque ahora estamos en Shabat, y el Shabat llega a nosotros al final de cada semana y sella la cuenta de los “siete días de la semana”. Así es el orden desde la creación del mundo. Segundo, ya estamos en una etapa muy avanzada de la Cuenta del Omer, en la que contamos “siete semanas completas” – siete semanas, cada una con siete días. Más aún, al concluir el próximo Shabat terminaremos la cuenta de la sexta semana, ¡e inmediatamente al día siguiente comenzaremos la cuenta de la séptima y última semana! Y si todo esto no fuera suficiente, abramos el Jumash (Pentateuco) y descubriremos otras dos Mitzvot (preceptos) relacionadas con el número siete: ¡las Mitzvot de la Shmitá (año sabático) y del Yovel (Jubileo)!

Entre estas dos Mitzvot – la Cuenta del Omer y la cuenta de los años de Shmitá y Yovel – existen líneas en común. Al igual que en la Cuenta del Omer, también en los años del Yovel se nos ordena contar siete septenarios – siete ciclos de siete – “Y contarás para ti siete Shabatot de años, siete años siete veces”. También en la conclusión de las cuentas de estas dos Mitzvot existe una similitud: el final de los días de la Cuenta del Omer es el día que les sigue, el día quincuagésimo, la festividad de Matán Torá (Entrega de la Torá). Y de manera similar, el final de la cuenta de los cuarenta y nueve años de los ciclos de Shmitá también es el año siguiente a ellos, el año quincuagésimo, el año del Yovel.

Entonces, ¿cuál es el secreto del número siete?

Añadir sin restar

Quiero que hagamos juntos un pequeño experimento. Para el experimento, deben conseguir seis monedas de tamaño idéntico (en Shabat, busquen anillos o ‘potes’). Ahora, intenten ordenarlos de la forma que les parezca más bonita y adecuada. Supongo que algunos elegirán ordenarlos en forma de línea recta [como en el dibujo A], otros preferirán la forma del rectángulo [como en el dibujo B], y otros los ordenarán como dos triángulos unidos [como en los dibujos C-D]:

Pero aquellos con una mente original podrán crearnos una forma más interesante. Con seis círculos es posible crear un círculo hueco, como los pétalos que rodean la flor, donde el espacio creado en su interior es exactamente del mismo tamaño que el de los seis círculos que lo rodean, como en el siguiente dibujo:

¿Qué tiene de especial esta forma? En las cuatro primeras formas hay una cierta belleza, pero es finita y completa. ¿Qué quiero decir? Que la forma es bonita tal como es, y no tengo necesidad de añadirle nada ni de cambiarla. Podría ser incluso al revés, que si añado algo solo la estropearé, y “todo el que añade, resta”. Por ejemplo: si añado un círculo en el segundo dibujo, estropearé la forma del rectángulo que se creó; si lo añado al tercer o cuarto dibujo, estropearé las formas de los triángulos que ordené. En cambio, en la última opción que elegí, no solo no se destruirá la forma del círculo creado, sino que parece que el círculo hueco que quedó en medio solo está esperando y aguardando a que venga el séptimo círculo, entre en él y lo llene.

¿Qué falta aquí?

A la forma que creamos mediante las siete monedas la llamamos en el lenguaje de la Pnimiyut HaTorá (la interioridad de la Torá) la ‘forma de Shabat’. Los seis círculos se asemejan a los seis días de la semana, que juntos crean un círculo perfecto. ¿Perfecto? Casi, porque en verdad “lo principal falta en el libro” (expresión que significa que falta lo esencial). El espacio en el centro del círculo nos recuerda el día de Shabat. Cuando Di-s bendito sea terminó la obra de la creación del mundo en seis días, el mundo estaba perfecto. Nuestros Sabios, de bendita memoria (Jaza”l), comparan los momentos del final del sexto día con una gran boda. El novio y su familia ya llegaron, el salón magnífico está listo, la orquesta está preparada e incluso el rabino ya está bajo la jupá (palio nupcial) esperando la señal para comenzar. ¿Y qué falta? La novia aún no ha llegado – “¿Qué le faltaba al mundo? Shabat”.

El anillo circular de seis monedas expresa el mundo de la naturaleza (tevá). En la naturaleza actúan muchas fuerzas sin cesar, una y otra vez, exactamente con el mismo patrón. Las fuerzas de la naturaleza nos recuerdan el giro del anillo – no tiene principio ni fin. Por ejemplo: la lluvia cae del cielo y fluye a través de los arroyos hacia el mar; el calor del sol hace que el agua del mar se caliente, se convierta en vapor y suba al cielo en forma de nubes de lluvia, que nuevamente cae sobre la tierra. Otro ejemplo, de nuestro cuerpo: respiramos aire limpio, que contiene la sustancia del oxígeno, y lo inhalamos hacia nuestros pulmones; de los pulmones, el oxígeno pasa a la sangre y a través de ella se absorbe en todas las partes del cuerpo y lo nutre; el cuerpo ‘quema’ el oxígeno y lo expulsa de nuevo hacia los pulmones en forma de aire ‘usado’, y de allí, al exhalar – hacia afuera, y así sucesivamente.

La santidad en la naturaleza

Bueno, entonces, aparentemente se podría continuar con este círculo hasta el infinito, ¿no? ¿Cómo se sale de él? ¿Cómo se asciende desde él hacia más allá de la naturaleza? ¿Quién nos recordará levantar los ojos al cielo y recordar que hay Alguien que lo creó y lo formó? ¡La respuesta está en el número siete! ¡El siete corrige la naturaleza! El Shabat santificará el mundo y nos recordará a Quien lo creó también durante los días de la semana; el año de Shmitá nos recordará que la tierra y su cosecha pertenecen a Di-s – “Porque Mía es toda la tierra”; el año del Yovel recordará también a los dueños de las grandes propiedades – las tierras y los siervos – que en verdad no son suyos, sino solo un depósito en sus manos.

¿Y qué nos recordará la cuenta de los septenarios del Omer? Que nuestro comportamiento natural necesita refinarse, mejorar y estar preparado para escuchar la guía verdadera de la boca de Quien la imprimió en nosotros. Al final de los días de la Cuenta del Omer recibiremos la Torá – ¡la sabiduría y la voluntad de Di-s bendito sea!

¡Que tengamos el mérito de salir del ‘anillo’ (ה’טבעת’ – ha’tabaat, que también alude a la ‘naturaleza’ – הטבע, ha’tevà) y estar ‘saciados’ (שְׂבֵעִים – seve’im, jugando con la palabra שֶׁבַע – sheva, siete) con la revelación de la Divinidad!

¡Shabat Shalom Umevoraj (Un Shabat de paz y bendición)! Razi

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