CAPÍTULO CUATRO  La Clarificación del Intelecto

בחכמה יבנה בית ובתבונה יתכונן

ובדעת חדרים ימלאו

La casa se construye con sabiduría,

es fundada con  comprensión,

y conocimiento se llenarán sus habitaciones.

Proverbios 24:3-4

PERCEPCIÓN CLARA

Una vez Keter, nuestra super-consciente “corona”, nos impulsa a levantarnos y actuar para corregir nuestra situación, nos volvemos hacia nuestras facultades intelectuales para definir un plan de acción y estructurarlo. Sin embargo, para hacerlo, debemos tener claridad intelectual. Sólo cuando la claridad intelectual guía nuestros pasos hacia la rectificación podemos realmente comenzar a avanzar hacia nuestro objetivo.

De acuerdo a la Cabalá, hay tres etapas de percepción intelectual, cada una correspondiente a una de las tres facultades de la mente. Estas tres etapas culminan en la capacidad de clarificación de la inteligencia para guiar nuestras acciones prácticas. Antes de examinar estas etapas y la claridad intelectual que cada una proporciona con respecto a la rectificación del Estado de Israel, primero observaremos la relación entre las facultades intelectuales de la mente y el papel que desempeñan en la definición de la lógica necesaria para perseguir nuestro objetivo.

En la terminología de la Cabalá, las tres facultades intelectuales de la mente son:

• jojmá (“sabiduría”),

• biná (“entendimiento”), y

• daat (“conocimiento”).

“PADRE” Y “MADRE” EN EL ALMA

Para concretar la forma en que estas facultades intelectuales dan lugar a fases reales de  rectificación, la Cabalá se refiere a Jojmá y Biná como padre y madre, mientras que daat simboliza el poder de la unión entre ellos- una unión cuyos descendientes son las emociones del corazón que nutren de métodos prácticos de acción.

El versículo de Proverbios, “Oye, hijo mío, la ética de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre,”1 arroja luz sobre el significado de los principios de padre y madre. Se nos enseña que “la ética de su padre” se refiere a la Torá Escrita y “la enseñanza de tu madre” a la Torá Oral.2 En la Torá Escrita, los mandamientos-las declaraciones de la voluntad de Dios y de Sus directrices a la humanidad-son extremadamente breves. Cada mandamiento según consta en la Torá Escrita requiere aclaración por la Torá Oral, en algunos casos, a través de Tratados enteros. El texto de la Torá Escrita oculta todos los detalles- al igual que una gota de esperma de un padre esconde un código genético entero. Sólo el esclarecimiento de estas palabras a través de la Torá Oral revela plenamente la voluntad de Dios-al igual que la gestación en el vientre de la madre durante nueve meses encarna el código genético en un niño con plena corporalidad poseyendo una gama completa de características altamente sofisticadas.

En nuestro caso, una idea seminal, un punto de Jojmá, parpadea a través de la mente e ilumina dónde y cómo la realidad debe ser rectificada. A partir de esta semilla conceptual, todos los detalles del plan de rectificación se deben desarrollar: las generalidades deben tomar forma como específicas, y la forma de actualizar la idea fundamental de   rectificación debe ser cristalizada. En la etapa de Biná, empezamos a alcanzar algo verdadero, un imagen tangible de todo el cuerpo de la rectificación nacional, con una representación detallada de todas sus partes-una imagen completa del estado judío óptimo3

Tras el primer destello seminal y su desarrollo en toda su gama de detalles viene la facultad de daat-la facultad espiritual que une el intelecto a la acción. Desde la lógica   guía el proceso de rectificación, moviéndonos entonces hacia “los siete días de la creación”- las siete emociones del corazón que nacen de un intelecto aclarado y que crean una realidad. En este proceso, la facultad de daat continúa todo el tiempo para extraer rectificaciones prácticas del intelecto y para  continuamente conectar nuestra voluntad y conocimiento a nuestras emociones y acciones.

COMPROMISO CON LA VERDAD

Como veremos, la idea seminal de jojmá es la conciencia de que el proceso de rectificación debe ser conforme a las directrices de la Torá, mientras biná nos define    los detalles y parámetros de cómo se va a proceder, a saber, que la rectificación   puede tener lugar solamente en el contexto de   totalidad y   compleción, con la clara convicción inequívoca de que Dios le dio  la totalidad de la Tierra de Israel a la totalidad del pueblo judío, cuya presencia continuada en su patria se garantiza sólo en virtud del compromiso comunitario (como en el momento en que los primeros judíos entraron en la Tierra de Israel) para vivir de acuerdo la totalidad de la Torá.4

Por último, daat es el asiento de la libre elección en el alma, donde se toman las decisiones- particularmente en lo que respecta a la elección y matrimonio con el alma gemela predestinada (la decisión de diferenciar el uno de muchos). Daat clarifica las diferencias esenciales entre Judío y no Judío, entre la Tierra de Israel y todas las otras tierras, y entre la sabiduría Divina de la Torá y el resto de las sabidurías. Daat es el puente entre el intelecto y las emociones, entre la mente y el corazón. Aquí, uno   siente la intensidad de las cosas “haciendo una diferencia.” No todos son lo mismo; en cada grupo de entidades similares sólo uno es para ser elegido.

En el lenguaje común, la conciencia del alma, la facultad intelectual de Jojmá está comprometida a “decir la verdad”5; biná, “la totalidad de la verdad”; daat, “nada más que la verdad.”

Ahora examinaremos con más detalle cada una de las tres facultades intelectuales del alma y cómo estos poderes allanan el camino mediante el establecimiento correcto de nuestra visión de la realidad y preparándonos para decretar los siete pasos prácticos de la rectificación de seguir.

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