¿TOMAR MEDIDAS O CONFIAR EN DIOS?

Pregunta: Cuando estoy tratando de alcanzar una meta ¿cuánto debo avanzar a toda máquina y cuánto debo dejar que las cosas funcionen, dejando que Dios se encargue de eso?

Respuesta: La regla general para este tipo de situación es lograr un equilibrio entre la derecha y la izquierda en el alma: los rasgos de Victoria y Reconocimiento. Son dos tipos de confianza, la victoria es confianza activa, mientras que el reconocimiento es confianza pasiva.

En primer lugar, está claro que cualquier cosa que podamos hacer, debemos hacerla. Sin embargo, cuando actuamos lo mejor que podemos, pero encontramos un obstáculo, debemos emplear el equilibrio. A veces debemos tratar de “derrotar” el problema y manifestar todo nuestro potencial oculto para lograr nuestro objetivo. Por otro lado, a veces debemos rendirnos a Dios y darle la misión, con plena confianza de que Él la completará como lo considere conveniente.

Hay dos figuras bíblicas que ilustran perfectamente estos dos tipos de confianza: el rey David y el rey Jizquiá. El rey David tenía confianza activa en Dios luchando guerras y derrotó a sus enemigos. Jizquiá, por otro lado, se sentía completamente incapaz de luchar contra los enemigos que asediaban a Ierushalaim, y todo lo que hizo fue irse a dormir, con total confianza en Dios de que derrotaría al enemigo (y así sucedió).

Estos dos rasgos diferentes tienen que trabajar juntos dentro de nosotros. A veces tenemos que emplearlos a ambos en diferentes proporciones y  a veces debemos emplear solo uno. Pero no importa qué fórmula elijamos, siempre debe ser con plena confianza que la voluntad de Dios se manifestará completamente en la realidad.

Rabino Itzjak Ginsburgh

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