RABI ITZJAK AIZIK DE KOMARNA:  “LIBROS QUE BRILLAN”

Rabi Itzjak Aizik Iehuda Iejiel Mijel Safrin de Komarna nació el 25 de Shevat 5566 (1806). Su padre falleció cuando él tenía 12 años y fue criado por su tío, Rabi Tzvi Hirsch de Ziditchov. Después de casarse se mudó a Pintchov, la ciudad de su suegro, y se convirtió en Rebe. Rabi Itzjak Aizik también se desempeñó como dayan (juez) en Ziditchov. Rabi Itzjak Aizik sufrió desdén y pobreza. Posteriormente, dijo que alcanzó su elevado nivel espiritual en el mérito de la persecución, que sufrió con amor y alegría. Más tarde, regresó a Komarna y permaneció allí hasta el final de su vida. 

Rabi Itzjak Aizik fue el primer y más importante Rebe del Jasidut de Komarna y tenía miles de jasidim. Fue un escritor prolífico sobre una variedad de temas de la Torá, particularmente sobre la Cabalá, en la que fue un experto y un gran innovador. Profundizó en los escritos del Ba’al Shem Tov y en las historias sobre él y sus discípulos. Rabi Itzjak Aizik falleció el 10 de Iyar de 5634 (1874), a la edad de 68 años.  

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Hay muchas historias de Rabi Itzjak Aizik y los libros que escribió. Una vez, fue invitado a la casa de alguien y durmió en el estudio. La noche de Shabat, vio que uno de los libros de los estantes brillaba. Al principio pensó que estaba imaginando cosas, pero cuando vio que el libro realmente brillaba, se levantó para ver cuál era. No era otro que su propio libro, Netiv Mitzvoteja, El Sendero de Tus Preceptos. Al día siguiente, de camino a la mikve, Rabi Itzjak Aizik resbaló y se rompió una pierna. Más tarde dijo que se lo merecía, porque se sentía un poco orgulloso por el hecho de que el libro que había escrito brillaba.

En otra ocasión, no pudo conciliar el sueño porque su libro Notzer Jesed, brillaba en los estantes.

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En la introducción al comentario de Rabi Itzjak Aizik sobre el Zohar, Zohar Jai, el Zohar Viviente, su hijo describe el largo proceso de escribirlo: El tzadik comenzó a escribir después de Pesaj 5617 (1857). Después de escribir cuatro páginas en las dos primeras líneas del Zohar, vio que era una “fuente sin fin” y decidió dejar de escribir. En ese momento, algunas personas vinieron a pedirle que orara por un judío enfermo, y cuando el tzadik dijo que le regalaría sus innovaciones en el Zohar, el judío se recuperó.

Diez años después, un judío de noventa años que parecía joven y saludable vino a visitar al rabino Itzjak Aizik. Rabi Itzjak Aizik decidió que si una persona podía vivir hasta una edad tan madura con buena salud en su generación, entonces podría completar un libro sobre el Zohar a pesar de su edad relativamente avanzada (59). Esa noche, vio al Baal Shem Tov, que aprobó su comentario, y Rabi Itzjak Aizik comenzó a escribir de nuevo.

Escribió continuamente durante varias semanas, sin hablar con nadie. Solo comía y bebía al anochecer. Continuó con esta práctica hasta que terminó la introducción al Zohar. Cuando Rabi Itzjak Aizik vio que su salud empeoraba, reservó momentos específicos para escribir. Continuó con este horario de escritura hasta el último Pesaj de su vida.

La última sección sobre la que Rabi Itzjak Aizik escribió un comentario del Zohar fue sobre las palabras de Dios a Moshé: “Basta, no me sigas hablando de este asunto” (Deuteronomio 3:26). El Zohar escribe “’Basta’, con la luz del sol que tenías, ‘no continúes’, porque el tiempo de la luna ha llegado, y la luna no puede iluminar hasta que el sol se ponga. En cambio, [continúa la Torá], ‘Envía a Ioshúa, fortalécelo y anímalo’ (Deuteronomio 3:28). Tú, que eres el sol, debes brillar para la luna, que es Ioshúa”.

Después de Pesaj, Rabi Itzjak Aizik se enfermó. Pidió que le trajeran su manuscrito para que pudiera seguir escribiendo y no detenerse en esta sección. Sin embargo, no sucedió así y falleció.

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Rabi Itzjak Aizik vivió durante 68 años, el valor numérico de “vida”, (חי, jai). Falleció el décimo día de Iyar, el día de netzaj (victoria) en netzaj de la Cuenta del Omer. En esta historia, vemos cuán necesario fue el Netzaj, victoria, en la vida para permitirle escribir su desbordante comentario de la Torá.

El comentario de Rabi Itzjak Aizik sobre el Zohar puede considerarse el pináculo de sus obras de la Torá. ¿Cómo uno se merece muchos días de vida? La respuesta está en el verso “La duración de los días en su diestra” (Proverbios 3:16), podemos aprender que Rabi Itzjak Aizik mereció una larga vida en netzaj debido a su “diestra” de amor y bondad. Irradiaba este amor y bondad al mundo a través de sus libros, con el fin de acercar a sus compañeros judíos a su Padre Celestial. (Curiosamente, escribir con la intención de acercar a otros a Dios generalmente se hace con la mano derecha).

Además de escribir muchos libros, al rabino Itzjak Aizik también le gustaba la gematría y los “números” (מִסְפָּרִים, misparim), que en hebreo comparte una raíz con “libros” (סְפָרִים, sefarim). Curiosamente, su apellido, Safrin (סָאפְרִין), comparte la misma raíz y es análogo a la palabra sofer (סוֹפֵר), que significa escriba. La luz que brilla en sus libros recuerda a la luz brillante del sapir (סַפִּיר) o zafiro que brilla en la cuenta del Omer. Por lo tanto, las palabras para número, historia y zafiro provienen de la misma raíz de tres letras ס.פ.ר. y, en Cabalá, corresponden a los tres aspectos de cada recipiente.

De las muchas descripciones hermosas de la escritura en la Biblia, la que parece describir mejor a Rabi Itzjak Aizik es: “[Mi lengua es] la pluma de un escritor rápido”[1] (עֵט סוֹפֵר מָהִיר [לְשׁוֹנִי], et sofer mahir leshoní). Esta descripción también está relacionada numéricamente con él ya que su valor es 680 y consta de 10 letras, lo que significa que el valor promedio de cada letra es 68, la vida activa de Rabi Itzjak Aizik. El valor reducido de estas palabras es 50, la edad a la que Rabi Itzjak Aizik comenzó a escribir su comentario sobre el Zohar. La palabra para “pluma para escribir” (עֵט, et) son las iniciales de “buen consejo” (עֵצָה טוֹבָה, etzá tová). Así, con la pluma que sostiene en su mano derecha cuando escribe, está dando buenos consejos a los demás a través de sus libros. De hecho, los sabios dicen[2] que a los 50 es la edad en la que uno está mejor preparado para comenzar a dar consejos. La palabra “pluma” también puede verse como las iniciales de “importante y sin importancia” (עִקָּר טָפֵל, ikar tafel); conocer la diferencia entre los dos es vital para una buena escritura y autoría de libros esclarecedores.

La edad a la que Rabi Itzjak Aizik comenzó a escribir su comentario sobre el Zohar está relacionada con cómo terminó la escritura: su fallecimiento en medio de sefirat haomer (la cuenta del Omer) en el día de netzaj en netzaj, el atributo de Moshé, mientras escribía sobre el fallecimiento de Moshé. Moshé alcanzó el portal 50 del entendimiento y entregó la Torá en el día 50 de la cuenta del Omer.

El paralelo entre Rabi Itzjak Aizik y Moshé es evidente en esta historia y se expresa en muchos lugares de sus libros. Sería interesante adivinar la identidad de aquel que fue el Ioshúa de Rabi Itzjak Aizik, el “rostro de la luna” que él iluminó.

Moshé fue el gran escriba de Israel[3] y también su fiel pastor.[4] Para Rabi Itzjak Aizik, el liderazgo y la enseñanza de la Torá no se unieron fácilmente. El Yeitiv Lev[5] una vez comentó que el Rebe de Komarna tenía muchos jasidim, y luego su número disminuyó. Pero, de manera inusual, cuando se iba de viaje la multitud acudía en masa hacia él. Explicó que en el cielo había una gran satisfacción con sus escritos. Por lo tanto, el cielo se aseguró de que los jasidim no vinieran a él cuando estaba en casa, lo que lo habría distraído de su escritura. Pero, cuando estaba de viaje y no podía escribir de todos modos, la multitud regresaba.

NOTAS

1 Salmos 45:2.

2 Avot 5:22.

3 Sotá 13b.

4 La connotación de Moshé en el Zohar, רָּעֲיָּא מְהֵימְנָּא , Raia Mehemna.

5 Rab Iekutiel Iehuda Teitelbaum (1808 a 1883), nieto del Ismaj Moshe.

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