VIVIR CON EL BAAL SHEM TOV: LAS HISTORIAS DEL BAAL SHEM TOV

El Baal Shem Tov fue al mercado al mediodía, allí se paró en medio del mercado, quizás en un lugar más elevado para que todos escuchen, y comenzó a contar historias. Por supuesto, todos comenzaron a reunirse a su alrededor, porque ya conocían y se interesaban en sus historias. Uno de sus discípulos, el “Baal HaToldot” [Iaacov Iosef HaCohen Cat”z] iba camino al Beit hakneset porque era la hora de rezar la plegaria de la tarde, minjá. Entró al templo y vio con sorpresa que no había nadie porque estaban todos en el mercado, escuchando al Baal Shem Tov.


Se dirigió al mercado y viendo a todos rodeando al Baal Shem Tov, se le acercó y le preguntó “¿por qué te demoras, es la hora de rezar minjá, por qué demoras a la congregación? El Baal Shem Tov le dijo “Te contaré una historia”. Su alumno tuvo paciencia, era un judío bueno y no se enojó, y le dijo “cuenta”, sin mucho respeto, pero “cuenta”. La historia fue justo al punto, y al alumno le gustó, absorbió el mensaje interior y se dirigió nuevamente su maestro “ya contaste, ahora vamos a rezar minjá”. 

Entonces el Baal Shem Tov le dijo: “bueno, te voy a contar otra historia”. El alumno, ya sin mirar demasiado el reloj le dijo: “cuenten ustedes”, ahora con un lenguaje respetuoso, no simplemente “cuenta” como la primera vez. Entonces el Baal Shem Tov contó otra historia más agradable y atrayente para el corazón.

Nuevamente: “¿vamos a rezar o nos demoramos más? Por tercera vez, el Baal Shem Tov le dijo: “te contaré otra historia”. Esta vez el alumno le dijo: “Nosotros somos todos tuyos”. Por supuesto toda esta conversación fue en idish. “Nosotros somos todos tuyos”. 
Así, encontramos aquí tres niveles de conexión con el Rebe. Primero “cuenta”. Luego de escuchar ya dice con respeto “cuenten ustedes”. Al final “nosotros somos todos tuyos”, haz con nosotros lo que desees.

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