SORDERA SELECTIVA

Es costumbre contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov al terminar Shabat
por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañando a la Reina, el Shabat.
Una segulá para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de los niños,

para una vida buena y larga y para salud.

Hoy a la salida de Shabat y este Domingo 5 de Menajem Av es la Hilula del Santo Arizal.
Con motivo de su celebración contamos una historia sobre el Baal Shem Tov y el Ari HaKadosh:

Una vez, los discípulos del santo Baal Shem Tov, que eran grandes en la Torá revelada y la oculta le hicieron una pregunta sobre las intenciones al sumergirse en la mikve, el baño ritual.

Después de que el santo Baal Shem Tov respondió a su respuesta, se le preguntó:
¿Cómo es que en los escritos del Santo Arizal escribió sobre el tema de la mikve de una manera diferente?

Cuando el santo Baal Shem Tov escuchó esa pregunta inclinó la cabeza hacia atrás y su rostro se convirtió en llamas, como sucede cuando su alma asciende.
Un gran temor cayó sobre los discípulos.

Al final de la mesa estaba sentado el estudiante más joven, rabi Najman de Hordenka, más tarde el abuelo de Rabi Najman de Breslev.

He aquí que un sueño profundo cayó sobre Rabi Najman de Hordenka,
 Y en su sueño sueña que está caminando afuera y ve a mucha gente corriendo, y también corre con ellos.
Rabi Najman de Hordenka le preguntó a la gente el motivo de su corrida:
Y ellos le respondieron que su santo rabino iba a enseñar Torá pero no le dijeron el nombre de su rabino.
Los siguió y llegó a una casa muy grande que estaba llena de gente muy importante.
Y he aquí, el santo Baal Shem Tov explicó acerca de la intención de la mikve y un joven se le opuso y contradijo sus palabras.
En respuesta a su pregunta le explicaron que el joven era el Santo Ari de bendita memoria y la discusión entre el Arizal y el santo Baal Shem Tov continuó durante mucho tiempo, hasta que el Arizal reconoció que el santo Baal Shem Tov tenía razón en lo que dijo.
Despertó Rabi Najman de Hordanka de su sueño e inmediatamente el santo Baal Shem Tov le dijo:
“¡Najman! Te tomé como testigo, y tú testificarás quién está en lo correcto…”
Rabi Najman les contó su sueño a quienes lo rodeaban y reconoció ante ellos que el Baal Shem Tov tenía razón.

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