*SHELAJ*
MATERIAL DE ESTUDIO DE LA CLASE
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🗓️* DOMINGO 19 SIVAN 5785 – 15 Junio 2025*
🕘* 21:00 HORAS DE ISRAEL*
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La parashá de Shelaj Lejá es, sin duda, la sección de los espías. Narra la historia de los líderes que fracasaron en su misión, que hablaron mal de la Tierra Santa ante los oídos del pueblo de Di-s, lloraron un llanto gratuito y provocaron sobre sí mismos un llanto para las generaciones.
Dos pecados fundamentales y primarios cometió el pueblo de Israel en el desierto. El primero fue el pecado del becerro de oro, ocurrido el 17 de Tamuz. El segundo fue el pecado de los espías, que sucedió el 9 de Av, el día más amargo y trágico del calendario judío. Según la cronología, se entiende que el segundo pecado es aún más grave que el primero.
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QUE DI-S TE SALVE DEL CONSEJO DE LOS ESPÍAS
POR EL RABINO GINSBURGH SHLITA
NO CREYERON EN SU PALABRA
La parashá de Shelaj Lejá es, sin duda, la sección de los espías. Narra la historia de los líderes que fracasaron en su misión, que hablaron mal de la Tierra Santa ante los oídos del pueblo de Di-s, lloraron un llanto gratuito y provocaron sobre sí mismos un llanto para las generaciones.
Dos pecados fundamentales y primarios cometió el pueblo de Israel en el desierto. El primero fue el pecado del becerro de oro, ocurrido el 17 de Tamuz. El segundo fue el pecado de los espías, que sucedió el 9 de Av, el día más amargo y trágico del calendario judío. Según la cronología, se entiende que el segundo pecado es aún más grave que el primero.
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MÚSICA DE LA CLASE
Quien conoce un verdadero nigún jasídico (melodía jasídica) comprende que en toda melodía de anhelo, el clamor no es de desesperación, Di-s no lo quiera; siempre hay un punto de alegría, fe y esperanza. El anhelo no es tristeza, es ansia y deseo. Como dijo el Rebe de Lubavitch: “Cuando hay sed por la revelación de la Divinidad, esta sed misma sacia parcialmente. La sed eleva a la persona al nivel por el cual tiene sed…”. Para el jasid, la melodía de anhelo en sí misma es alegría y deleite…
Esta melodía fue compuesta por el Rabino Ginsburgh.
Piano: Rachel Ferency https://www.youtube.com/watch?v=igfKSbUTVk0&list=PLi8cJNwpkCm5ptzjsM7bqa_Bmzcwkk_s8&index=5
Nigunei Jen – Melodias Meditativas
Rabino Itzjak Ginsburgh
Himno a la Tierra de Israel https://youtu.be/ixCY34M52c0
Una melodía encantadora compuesta por el rabino Ginsburgh
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CONTENIDO DE LA PARASHÁ
Resumen de la Parashá Shelaj Lejá (Bamidbar/Números 13:1–15:41)
Parashat Shelaj Lejá narra uno de los episodios más trágicos y formativos durante la travesía de Israel por el desierto: el pecado de los doce espías y sus devastadoras consecuencias.
1. La Misión de los Espías Siguiendo la petición del pueblo, Dios le indica a Moshé que envíe a doce hombres, un líder distinguido de cada tribu, para explorar la Tierra de Canaán. Su misión era evaluar la tierra, la fuerza y el número de sus habitantes, la naturaleza de sus ciudades y traer de vuelta sus frutos como prueba. Entre los espías se encontraban figuras notables como Iehoshúa bin Nun (de la tribu de Efraín) y Calev ben Yefuné (de la tribu de Judá).
2. El Informe y la Rebelión Después de cuarenta días, los espías regresan. Confirman que la tierra ciertamente “mana leche y miel” y muestran sus frutos extraordinarios, incluyendo un racimo de uvas tan grande que dos hombres debían cargarlo en un poste.
Sin embargo, diez de los doce espías dan un informe aterrador. Describen a los habitantes como gigantes invencibles (los Anakim) y sus ciudades como fortalezas impenetrables. Concluyen con una declaración que aniquila la moral del pueblo: “A nuestros propios ojos, éramos como saltamontes, y así éramos a los ojos de ellos”.
Solo Calev y Iehoshúa se oponen a este informe. Con valentía, intentan calmar al pueblo, insistiendo: “¡Subamos de inmediato y tomemos posesión de ella, porque ciertamente podemos hacerlo!”.
Pero el daño estaba hecho. El pueblo llora, se rebela contra Moshé y Aarón, y expresa su deseo de elegir un nuevo líder que los regrese a Egipto. En su desesperación, incluso amenazan con apedrear a Calev y Iehoshúa.
3. El Decreto Divino La Gloria de Dios aparece, y Él expresa su ira por la falta de fe del pueblo. Amenaza con destruirlos y formar una nueva nación a partir de Moshé. Moshé intercede apasionadamente, evocando los Trece Atributos de Misericordia de Dios y argumentando que destruir a Israel profanaría Su nombre entre las naciones.
Dios cede, pero decreta un castigo severo:
- Toda la generación de hombres de veinte años o más que salió de Egipto y se quejó, no entrará en la Tierra Prometida.
- El pueblo de Israel vagará por el desierto durante 40 años, un año por cada día que los espías exploraron la tierra, hasta que esa generación perezca.
- Sus hijos serán quienes finalmente heredarán la tierra.
- Solo Calev y Iehoshúa quedan exentos de este decreto por su fe inquebrantable.
- Los diez espías que dieron el mal informe mueren en una plaga.
4. Otros Sucesos y Mandamientos La parashá también incluye otros eventos y leyes importantes:
- Los Maapilim: Un grupo de hombres, arrepentidos de su pecado, deciden desafiar el decreto de Dios e intentan entrar a la tierra por la fuerza. Sin el apoyo divino, son derrotados, enseñando la lección de que actuar sin el mandato de Dios es tan grave como desobedecerlo.
- Ofrendas y Jalá: Se detallan las leyes sobre las ofrendas de harina y las libaciones de vino que se traerán una vez que se establezcan en la tierra. También se introduce el mandamiento de separar una porción de la masa (jalá).
- El Recolector de Leña: Un hombre es descubierto profanando el Shabat al recoger leña. El caso se presenta ante Dios, quien decreta que la pena es la muerte, subrayando la santidad del Shabat.
- El Mandamiento de Tzitzit: La parashá concluye con el precepto de colocar flecos (tzitzit) en las esquinas de las prendas de cuatro puntas. El propósito es que, al verlos, los israelitas recuerden todos los mandamientos de Dios y los cumplan, ayudándolos a mantenerse santos.
Temas Principales:
- Fe vs. Miedo: El contraste entre la visión de los diez espías, basada en el miedo y la percepción humana, y la de Calev y Iehoshúa, basada en la fe en la promesa de Dios.
- El Poder de la Palabra: El impacto destructivo del habla negativa (lashón hará) y el poder edificante de las palabras de aliento.
- Consecuencias y Responsabilidad: Aunque Dios perdona, las acciones tienen consecuencias duraderas. La parashá subraya la responsabilidad personal y colectiva.
LIKUTEI TORÁ
DEL ADMUR HAZAKEN
(Sección א,ג)
“Envía para ti hombres”
Para comprender la esencia de la misión de los espías, primero debemos entender la razón por la que los Hijos de Israel debían entrar a la tierra [de Canaán]: para elevar el alma (Nefesh) de Adám, el Primer Hombre, de su exilio. Pues está escrito: “Y la tierra estaba desolada y vacía”, esto se refiere al exilio de la Shejiná (Presencia Divina), y la razón de ello es que la Nefesh de Adán se fragmentó en chispas que cayeron en el exilio entre las Klipot (fuerzas impuras). Y los patriarcas, que eran el carro [divino], comenzaron la tarea de la purificación. El descenso de la Shejiná abajo fue para subyugar al “otro lado” (las fuerzas del mal), y para ello el Santo, bendito sea, observó en la Torá y creó el mundo. Esto se conoce como “la mengua de la luna”, y el secreto del exilio y la redención dependen de ello. “El secreto de la mengua” es que la luz no se anula por completo, sino que permanece un “punto” [de luz]. “Y la completitud del resplandor de esta luz será solo a través de las acciones del hombre abajo” para atraer la luz del Ein Sof (Infinito) y así hacer que la Shejiná vuelva a unirse con el “Santo, bendito sea”.
El principal pecado de los espías fue en esto mismo. Ellos vieron en su profecía y entendieron con su intelecto que entrar a la tierra tenía como propósito refinar las chispas [santas], pero quisieron lograr esto en el desierto a través del “pan de los ángeles” (el maná) y el “pozo de Miriam”, y no a través de acciones físicas. Y por eso dijeron: “la tierra se come a sus habitantes”, es decir, que existe una elevación en un lugar donde hay carencia, donde se atrae la luz a través de las acciones. Pero los espías no querían esto. En el pecado de los espías hubo tres niveles, que corresponden a los tres niveles que se revelaron en los tres días [de la entrega de la Torá].
Y cuando Israel salió de Egipto, los siete pastores [líderes de Israel] descendieron, lo que corresponde a las siete bendiciones. Por medio de esto, se anularon siete decretos negativos. Y el propósito de la entrega de la Torá era atraer la luz del Ein Sof a este mundo inferior. Por eso [Dios] nos ordenó las mitzvot (preceptos), para que a través de ellas elevemos el mundo. Pero ellos [los espías] no quisieron esto, y por eso dijeron: “si no hay temor, no hay sabiduría”, como está escrito: “santifícanos con Tus mandamientos y danos nuestra porción en Tu Torá”.
(Sección ד)
“Y dijeron a toda la congregación de los Hijos de Israel, diciendo la tierra es muy muy buena…”
He aquí, la diferencia entre los espías y Iehoshúa y Calev era muy grande. Pues el pecado de los espías se debió a su elevado nivel [espiritual] (y no como algunos piensan). Y es que ellos no querían entrar a la tierra, ya que la entrada implicaba acciones físicas, y ellos querían atraer la luz infinita a través de su devoción. Y la diferencia y la distinción [entre ambas posturas] es la siguiente.
Hay dos conceptos opuestos. Uno es la luz que brilla desde arriba, que es superior a los mundos. Y el otro es la luz que es atraída desde abajo a través de las acciones. Pues, por ejemplo, antes de que el hombre pecara, toda la Creación era nutrida por la Shejiná. Pero después del pecado, se le decretó [al hombre] “con el sudor de tu rostro comerás el pan”, es decir, a través de sus propias acciones.
Y la ventaja de la iluminación que viene a través de las acciones físicas es que esta luz se asienta en los mundos. El objetivo de la Creación no es solo la contemplación y la interiorización mística, sino el acto concreto. Y de la participación del hombre abajo, junto con la iluminación de arriba, se crea una nueva realidad. El propósito es que el hombre haga por sí mismo un “nuevo cielo y una nueva tierra”, y de la unión de estas dos realidades, el “despertar desde abajo” y el “despertar desde arriba”, se hace la morada [divina] en los mundos inferiores. Y en verdad, este fue el pecado de los espías: ellos quisieron atraer la luz divina únicamente a través del “despertar desde arriba”, sin el “despertar desde abajo” que implica el trabajo físico en la tierra, (Sección ה)
…como está dicho que la Shejiná (Presencia Divina) estaba en la tierra de Egipto, y allí “el otro lado” (las fuerzas del mal) se fortaleció. Y vinieron Abraham, Isaac y Jacob, que son las tres columnas [de la Divinidad]: Jésed (Bondad), Guevurá (Rigor) y Tiferet (Belleza/Armonía), y comenzaron la purificación.
Y esta es la razón por la que las chispas de santidad cayeron y se dispersaron, para purificar y elevarlas. Por eso, el exilio en Egipto fue con el propósito de elevar las chispas que estaban allí. Y esto mismo es lo que se debía hacer en la Tierra de Israel. Y esta es la intención detrás del versículo “porque los cielos son los cielos del Señor, pero la tierra la ha dado a los hijos del hombre”, es decir, que el propósito del hombre es hacer de la tierra física un recipiente para la Divinidad.
Y el error de los espías fue que no quisieron el trabajo físico de la tierra, sino que desearon permanecer en el desierto, donde su sustento era espiritual. Ellos no negaron la bondad de la tierra, sino que dijeron “es una tierra que consume a sus habitantes”. Su intención era que la tierra “consume” la materialidad de la persona y refina la parte espiritual que hay en ella.
En su pensamiento hubo tres niveles: Primero, que la tierra era muy buena, pero que su trabajo de purificación era muy arduo, como está dicho “un pueblo fuerte habita en la tierra”. En segundo lugar, pensaron que era preferible servir a Dios en el desierto. Finalmente, llegaron a la tercera idea, que el propósito principal era servir a Dios en el desierto con el maná y el pozo [de Miriam], y este fue el núcleo de su pecado. Y este es el significado de los tres niveles de pensamiento que llevaron a los tres decretos [negativos], y la tercera idea fue la que causó el decreto sobre la tercera generación.
(Sección ו,ז)
“Y ahora, que se engrandezca…”
Está escrito en el Midrash Sifri: “Vosotros habéis despreciado la tierra anhelada”. De aquí se debe entender que el principal pecado de los espías fue la falta de voluntad y deseo de entrar a la tierra.
Para entender esto, es necesario explicar el concepto del arrepentimiento “desde lo alto” (teshuvá mile’ilá). La generación que salió de Egipto fue la “generación del conocimiento”, y su servicio a Dios era principalmente a través de la contemplación. Por ello, no tenían el deseo de entrar a la tierra, pues esto implicaba un servicio a través de la acción física. Su caída provino de su propia grandeza. Ellos no querían descender de su elevado nivel espiritual. Y todo su anhelo era permanecer en el desierto y servir a Dios con una devoción intelectual. No despreciaron los preceptos, pero creían que podían cumplirlos en el desierto.
Y este es el significado de su dicho: “una tierra que consume a sus habitantes”, es decir, un lugar donde hay que ocuparse de asuntos materiales. Y dijeron que ellos ya habían cumplido con la contemplación, la oración y el estudio de la Torá. Pero hay dos niveles en los preceptos: los que se pueden cumplir en cualquier lugar y los “preceptos dependientes de la Tierra de Israel”. Y el pecado de los espías fue que no quisieron este segundo nivel.
Y este es el significado de [la plegaria de Moshé]: “Y ahora, que se engrandezca el poder (כח) del Señor” – que son las mismas letras de “el poder de Daniel” (כח דניאל). El poder de la plegaria de Moshé radicaba en que él estaba en un nivel de anulación total. Y este es el significado de “lento para la ira” (érej apáim), que se refiere a dos tipos de paciencia: una hacia los justos y otra hacia los malvados. “Abundante en bondad” (rav jésed), que es la bondad “desde lo alto”. Y toda esta plegaria fue para despertar un arrepentimiento superior, que proviene de un lugar más allá del intelecto. Pues, aunque el pecado de los espías provino de su elevado entendimiento, la plegaria de Moshé fue para despertar en ellos una voluntad y un deseo por la tierra que trascendiera su propio intelecto.
JASIDUT DEL REBE
SHELAJ 13:2
“Envía para ti hombres”
¿Por qué está conectada la parashá del envío de los espías a la parashá de Miriam, según la que Miriam fue castigada por hablar mal de su hermano, y los malvados (los espías) lo vieron y no tomaron enseñanza?
(Rashi sobre Números 13:2, en nombre del midrash)
La pregunta se agudiza: ¿qué hicieron realmente los espías? Moshé les había dicho que observaran la tierra — ¿y qué es la tierra sino lo que es? Y el pueblo pensaba: “¿Subiremos o no subiremos?” — según los hechos que contaban los espías. ¿Acaso, cuando uno va a comprar un terreno, no necesita informarse si hay allí árboles o si no los hay?
Sin embargo, el pecado de los espías fue que lo que se les pedía era ver la tierra desde una perspectiva de emuná (fe). Pero ellos la vieron desde una perspectiva natural, y dijeron:
“El pueblo que habita la tierra es poderoso…”
Y eso, en sí mismo, ya fue su pecado.
Y por eso también dijeron:
“No podremos subir al pueblo porque es más fuerte que Él”
(según el midrash, insinuando “más fuerte que Él”, es decir, incluso que Dios, que no puede vencerlos, jas veshalom).
Y esto es lo que provocó el decreto:
“Y lloró el pueblo aquella noche”
(que fue la noche de Tishá beAv),
“y esta fue la causa del llanto para las generaciones”.
Incluso si él (el pueblo) no entendía en qué forma se conducía Moshé, no le correspondía hablar mal de él. Pues el mero hecho de criticar a una persona de gran nivel espiritual, como quien habla de “órganos internos”, ya constituye una falta grave.
Y más aún cuando se trata de hablar de Moshé —quien es llamado “el hombre de Dios” y “el más humilde de todos los hombres”— no se le permite hablar de él, ni siquiera en el nivel más simple.
Y esto se aplica incluso si no se hace con malas intenciones.
Y con mayor razón si lo que se dice es falso o está distorsionado, como lo fue con los espías, que “calumniaron la tierra” con palabras que no eran verdaderas, como ya explicaron nuestros sabios.
Y este fue el error de los espías: pensaban que se les pedía emitir una opinión personal, y por eso no se limitaron a transmitir lo que vieron, sino que agregaron sus propias evaluaciones e interpretaciones.
Y esto está insinuado en las palabras de la Torá:
“Y ellos regresaron… y relataron a él y a toda la congregación”
Es decir, no sólo informaron lo que habían visto, sino que lo mezclaron con sus propias opiniones y análisis.
(Adaptado de Likutei Sijot, volumen 18, parashat Shelaj, pág. 141 en adelante – basado en la lectura de Shabat)
PARASHÁ PARA JÓVENES
“Pastor de Israel”.
(Es un epíteto y un título honorífico que se utiliza comúnmente en las fuentes judías para referirse a:
- Di-s: En muchos salmos y oraciones, Di-s es referido como el “Pastor de Israel”, quien guía, protege y provee para Su pueblo, así como un pastor cuida de su rebaño. Un ejemplo prominente es Salmos 80:2: “Escucha, oh Pastor de Israel, Tú que guías a José como a un rebaño…”
- Líderes de Israel: Históricamente, y en la literatura rabínica, los grandes líderes del pueblo judío, como Moshé (Moisés), son a menudo llamados “pastores de Israel” debido a su papel de guiar y cuidar a la nación.
La imagen del pastor es una metáfora poderosa en el judaísmo, que representa el liderazgo compasivo, la protección, la guía y la provisión.)
La Parashá Shelaj nos cuenta sobre el pecado de los espías, quienes hablaron lashón hará (calumnia) sobre la Tierra de Israel, y en contra de la voluntad de Di-s, dijeron que era imposible entrar a la Tierra de Israel. A raíz de esto, todo el pueblo se sentó y lloró, diciendo que no querían entrar a la Tierra de Israel. Hashem decretó sobre toda esa generación que morirían en el desierto, y solo sus hijos, que eran menores de veinte años en el momento del pecado, tendrían el mérito de heredar la Tierra.
Al principio, el Santo, Bendito Sea, se enojó aún más y quiso, Dios no lo quiera, exterminar a todo el pueblo y crear una nueva nación a partir de Moshé Rabenu. Sin embargo, Moshé oró e imploró para que se anulara el decreto. Y también después, Moshé renunció al privilegio de entrar a la Tierra de Israel, para permanecer con su generación en el desierto, a fin de que, con la venida del Mashiaj, pudieran levantarse con él en la resurrección de los muertos y entrar junto con él a la Tierra de Israel.
Hubo tres tzadikim (justos) que vivieron en una generación que no se comportó apropiadamente: Nóaj (Noé), Avraham (Abraham) y Moshé. Y así describe el sagrado Zóhar la diferencia entre ellos:
Nóaj, cuando escuchó que Hashem iba a traer un diluvio sobre el mundo, oró solo por sí mismo y por los miembros de su casa. Solo cuando la gente le preguntó por qué estaba construyendo un arca, les reveló que Hashem iba a traer un diluvio sobre el mundo debido a sus pecados, e incluso los reprendió por sus acciones, pero no se preocupó por acercarse a ellos por iniciativa propia y advertirles que regresaran en teshuvá (arrepentimiento).
Avraham Avinu, por el contrario, no esperó a que vinieran a él, sino que “y llamó allí en el Nombre de Hashem, el Di-s del mundo” – abrió un “Hajnasat Orjim” (hospitalidad) y se preocupó por difundir el Nombre de Hashem en el mundo. Sin embargo, a pesar de todo, cuando Avraham escuchó que Hashem iba a destruir Sodoma por sus pecados, ciertamente le pidió a Hashem que anulara el decreto en mérito de los tzadikim, pero cuando Hashem le dijo que no había diez tzadikim en la zona, Avraham ya no intentó orar por los malvados mismos.
El más especial de todos es Moshé Rabenu, el fiel pastor del pueblo de Israel. Incluso cuando Israel pecó con el pecado más grave, el pecado del becerro de oro, Moshé exigió a Hashem que perdonara incluso a los malvados. No se contentó con la oración, sino que incluso dijo que si el Santo, Bendito Sea, no perdonaba a los hijos de Israel, él pedía que Su nombre fuera borrado del libro de la Torá – “Bórrame, por favor, de Tu libro que has escrito”.
Y así también en nuestra Parashá, Moshé ora también por los pecadores.
Esta conducta es llamada por el Zóhar “la perfección apropiada”. El camino de Moshé Rabenu es el camino por el cual se requiere que actúen los líderes de Israel, especialmente después de la Entrega de la Torá, después de que Di-s hizo un pacto con cada judío. El líder de la generación se pone en peligro por cada judío, sin excepción. El Pastor de Israel no piensa en sí mismo, sino que anula completamente su ser y sus asuntos personales, por una completa devoción a las necesidades de la generación.
(Adaptado de Likutei Sijot, Parte 2, página 322. De ‘Nishmata DeOraita’)
PARASHÁ SHELAJ CAP. 13:16
Puntos de una Sijá Jasídica ✦
LA PLEGARIA DE MOSHÉ POR IEHOSHÚA
“Y llamó Moshé a Hoshéa hijo de Nun, Iehoshúa”
Moshé rezó por Iehoshúa para que fuera salvado del consejo de los espías (Rashi, Números 13:16).
Hay que entender:
Si Moshé pidió que Iehoshúa fuera protegido de la influencia de los espías, ¿por qué no rezó también por los demás?
Está escrito en el Midrash (Bamidbar Rabá 16:7):
Moshé sabía que Iehoshúa iba a liderar al pueblo de Israel en el futuro.
Y sabía que necesitaría descender de su nivel y ocuparse de los asuntos del pueblo,
que se encuentra en un mundo más terrenal y físico.
Por eso Moshé rezó por él específicamente, para que no fuera influenciado por la visión materialista de los espías.
En palabras jasídicas:
Moshé vio en Iehoshúa a quien tendría que bajar de su elevada categoría y
tratar con la realidad cotidiana del pueblo de Israel.
Y por eso necesitaba una protección especial,
para poder permanecer firme en su verdad y no sucumbir ante la visión de aquellos
que “vieron la Tierra” con ojos de división y materialismo.
Por eso Moshé rezó sólo por Iehoshúa:
Porque sabía que a través de él, como líder futuro,
se corregiría también el resto de los espías.
El “cabeza” del grupo es quien determina el rumbo del cuerpo entero.
(Basado en Likutei Sijot, vol. 2, pág. 320 – para la lectura de Shabat)
Puntos de Discursos Sagrados
En cada versículo hay una novedad. (Números 15:14-16)
“Porque cuando entréis en la tierra…” [1] – En la parashá de las libaciones, ofrendas líquidas (nesajim) se les dio la buena noticia de que entrarían a la Tierra. Esto se debe a que los Hijos de Israel estaban afligidos porque se les había dicho, después del pecado de los espías, que no entrarían a la Tierra; y dado que esta aflicción también afectó a los prosélitos (guerim) que estaban presentes en el momento de este pecado, el mandamiento también se aplica al prosélito.
Para vosotros, una única ley [2] – No solo en las ofrendas líquidas (nesajim), sino también en todos los mandamientos.
En vuestras generaciones [3] – También en los mandamientos que fueron dados para todas las generaciones.
Decreto, ordenanza y ley [4] – No solo en los decretos (jukim), sino también en los testimonios (edot) y en las leyes (mishpatim).
(Discurso de Shabat Parashat Shelaj 5741 / 1981)
—-
SHELAJ CAP 15:17
✦ Puntos de una Sijá Jasídica ✦
Al final de la parashá de los tzitzit, se dice:
“Yo soy Hashem, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto…”
Una persona podría comenzar a hacer cuentas y pensar:
¿Cómo puede exigirle la Torá vivir de forma tan contraria al mundo?
Porque, en efecto, el camino de la Torá parece lo opuesto al camino del mundo:
- Se le pide al judío guardar Shabat y días festivos,
y además santificar más aún el tiempo con rezos y estudio,
a pesar de que sus competidores (los gentiles) no guardan Shabat. - Se espera que al despertar ore inmediatamente,
luego estudie Torá, y sólo después se dedique a su trabajo. - Y cuando ya está completamente inmerso en sus negocios,
debe detenerse a mitad del día para rezar Minjá,
la plegaria más apreciada por Dios. - Por la noche, nuevamente debe rezar Arvit y decir el Shemá sobre la cama.
Además, debe ser extremadamente cuidadoso con temas de:
- Robo,
- Engaño,
- Fraude comercial,
- No invadir límites ajenos
- Y apegarse a la honestidad absoluta en los caminos del comercio.
Entonces surge la pregunta:
¿Cómo puede una persona vivir según la Torá,
cuando esta parece ir contra toda lógica del mundo?
La respuesta: más allá de la lógica
Por eso justamente al final de la parashá de los tzitzit,
se enfatiza el punto esencial de la mitzvá:
Que el tzitzit representa lo que está más allá de la razón y el entendimiento.
Cuando una persona deja de medir con la lógica y la razón,
y cumple las mitzvot como expresión de la voluntad divina,
más allá de toda cuenta o cálculo humano,
entonces:
Hashem también se comporta con él más allá de los límites de la naturaleza.
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GUEULA Y MASHÍAJ
El Santo, bendito sea, es quien concede lo que se Le pide
A veces se habla de que el Santo, bendito sea, conoce de antemano los deseos y necesidades del pueblo de Israel.
Pero incluso así, quiere que Le supliquemos y pidamos con plegaria,
como un hijo que suplica a su padre con insistencia,
hasta que le abre la puerta y le da todo lo que necesita.
Como dijeron nuestros sabios sobre el versículo:
“Y Yo, esa es Mi alabanza: que aguardo que Me pidan” (Isaías 30:18)
(Del libro Torat Menajem – Hitvaaduyot 5748, vol. 3, pág. 2780)
¿Qué hice yo para traer al Mashíaj?
En la generación final del exilio y primera de la redención,
el Rebe pregunta con sencillez y profundidad:
“¿Qué hice yo hoy, en concreto, para traer al Mashíaj?”
¿Hablé con otro judío sobre Mashíaj?
¿Fortalecí en mí la fe en su llegada?
¿Anhelé con todo el corazón su venida?
¿Viví de acuerdo con la conciencia de que la redención es inminente y real?
¡Que no pase un día sin que actuemos claramente para que se revele el Rey Mashíaj,
por medio de cada uno de nosotros!
(De una carta del Rebe de Lubavitch, Likutei Igrot Kodesh)
“Los redimí” – ¡Tiempo pasado!
En la sección de la Haftará leída en el Shabat de Bo, se incluye un versículo adicional que subraya el mensaje de la redención con fuerza especial:
“Salió Mi pueblo, no por precio de plata…
Porque Yo soy el Eterno, vuestro Dios…
Yo soy Hashem… Yo los redimí primero de Egipto” (Isaías 52:3-6)
Y nuestros Sabios explican:
El versículo usa el tiempo pasado: “los redimí”, como si la redención ya se hubiera concretado.
La explicación jasídica (según el Rebe de Lubavitch) es que cuando se transmite una promesa divina firme,
como la que Hashem comunica a Su pueblo,
esta se expresa en tiempo pasado,
para señalar que desde la perspectiva de Dios, ya ocurrió.
Y aunque aún no lo vemos cumplido en la realidad,
esa redención ya está asegurada,
y está presente en potencial dentro de cada instante,
esperando solo que el mundo esté listo para revelarla.
(Basado en Likutei Sijot, vol. 18, para la Haftará de Shabat Bo)
¡Ni un instante más en el exilio!
Incluso si el pueblo de Israel parece estar aún en el exilio —sin duda, el Santo, bendito sea, ya ha decretado el momento exacto de la redención.
No se quedará un instante más de lo necesario en el exilio.
El Rebe enseña que, aunque todo esté preparado,
y hasta que la redención se revele abiertamente,
no debe perderse ni un segundo,
y cada momento en el exilio debe ser vivido con fuerza, alegría y certeza,
como quien ya está saliendo hacia la libertad.
Así se fortalece el vínculo con Dios, con el Rebe y con nuestros ancestros,
y así también aceleramos la llegada definitiva.
(Torat Menajem – Hitvaaduyot 5742, vol. 1, pág. 299)
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Rambam Mishné Torá
Día Segundo – Shulján Aruj, Oraj Jaim, Simán Mem Zain
Capítulo 1 – Halajot de las bendiciones matutinas y otras bendiciones
- Las bendiciones matutinas fueron establecidas siguiendo el orden del mundo y su costumbre:
Cuando la persona se despierta de su sueño, bendice “Bendito eres Tú… que devuelve el alma a los cuerpos muertos”.
Y cuando abre los ojos, bendice “que da vista a los ciegos”.
Cuando se incorpora, bendice “que libera a los presos”.
Cuando se sienta, bendice “que endereza a los encorvados”.
Cuando toca el suelo, bendice “que extiende la tierra sobre las aguas”.
Cuando se pone de pie, bendice “que afirma los pasos del hombre”.
Cuando se calza los zapatos, bendice “que provee todas mis necesidades”.
Cuando se pone el cinturón, bendice “que ciñe a Israel con fuerza”.
Cuando se pone el manto o túnica, bendice “que viste a los desnudos”.
Cuando se cubre la cabeza, bendice “que corona a Israel con esplendor”. - Si no dijo estas bendiciones en el momento en que realizó cada una de estas acciones,
puede decirlas más tarde mientras no haya pasado demasiado tiempo. - En las sinagogas se acostumbra a que uno diga todas estas bendiciones en voz alta
y los demás contestan Amén.
En todo caso, cada persona debe recitarlas por sí misma. - Si uno no ha realizado una de estas acciones (por ejemplo, no se calzó zapatos ese día),
hay distintas opiniones si puede decir igualmente la bendición.
Por eso, se recomienda escucharla de boca de otro que sí está obligado y contestar “Amén”.