YO ESTOY DORMIDO PERO MI CORAZÓN ESTÁ DESPIERTO

del libro La Luz de Israel. Historias Maravillosas de nuestro maestro Rabi Israel Baal Shem Tov.

Con comentarios de Rabi Itzjak Ginsburgh

El Rebe Raiatz, Rabi Iosef Itzjak Shneersohn, el sexto Rebe de Lubavitch, contó la siguiente historia:

Antes de que naciera el Baal Shem Tov, había terribles decretos contra los judíos, como los decretos de los bárbaros antisemitas ucranianos, Khmelnitsky y sus tropas, en 5408 y 5409.[1]

La situación de los judíos europeos era sombría, tanto espiritual como económicamente. Sus terratenientes los acosaban, los sacerdotes los acusaban falsamente de delitos que no habían cometido. No pasó un año en el que los judíos no sufrieran tales libelos, física, espiritual y financieramente.

Había terratenientes que arrendaban posadas a judíos, ya sea en las carreteras o en la ciudad, y si un inquilino judío no tenía los medios para pagar el alquiler a tiempo, el propietario actuaba como si el judío fuera de su propiedad y se comportaba con él con malevolencia.

Si los ingresos de una posada eran muy pocos y el inquilino no tenía la capacidad de pagar el alquiler, estaba en juego la vida del hombre y su familia. El propietario los encarcelaba a todos en un calabozo subterráneo, hasta que pudieran obtener los medios para pagar sus deudas.

La situación económica de los judíos se deterioraba considerablemente, y sus circunstancias materiales influían seriamente en su estado espiritual, tanto que se encontraban figurativamente en coma.

Desde el cielo se vio que para despertar a los judíos y elevar sus espíritus, tanto material como espiritualmente,[2] debía descender al mundo un alma elevada.

Como sabemos, si se desea despertar a alguien que se ha desmayado, la forma comprobada y confiable de revivirlo es llamándolo por su nombre. Así también, descendió al mundo el alma del Baal Shem Tov —cuyo primer nombre es “Israel”, como el nombre del pueblo judío— y despertó al pueblo judío de su alegórico sueño.[3]

Reshimot Devarim vol. 3, pág.4

A dining table with plates and glasses on it

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[1] . Ver también, Reshimot Devarim IV, p. 17:

Los jasidim saben que para inspirar el descenso de un alma elevada a un cuerpo, debe haber algún despertar de verdadero autosacrificio aquí abajo. Antes del descenso del alma del Arizal, fuimos testigos del sacrificio de muchos judíos que soportaron la expulsión de España, y antes de que descendiera el alma de nuestro maestro el Baal Shem Tov, vinieron los decretos de 5408 (1748) y 5409 (1749).

[2] 2. Refiriéndose a mejorar el estado material de los judíos europeos, el sexto Rebe de Lubavitch, Rabi Iosef Itzjak, comentó una vez:

Se ha relatado que el Baal Shem Tov hizo un gran esfuerzo físico para liberar a los prisioneros judíos, viajando de un lugar a otro, recaudando los recursos necesarios para pagar a los propietarios sus arrendamientos, a fin de salvar de la muerte al arrendatario judío y su familia.

La siguiente carta, descubierta en los archivos de Kharson, es particularmente interesante en este contexto.

(Reshimot Devarim IV, p. 52):

Con la ayuda de Dios. Yo, el abajo firmante, debo la suma de mil rublos de oro, al Sr. Anton Schtaritzki del pueblo de Tarnafka, para que libere a todos los cautivos en la fecha de hoy (abajo) con la condición de que dentro de un mes le retribuiré la suma de mil rublos (1,000 rublos). Firmado en el primer día de la lectura de la Torá de Vaikra, 5513, aquí en la santa congregación de Litin. por Israel Talis‐Majer, hijo de Rabí Eliezer, Baal Shem de Mezhibuzh.

[3] 3. Esta parábola, que se usa para describir la aparición del Baal Shem Tov, se cita en otra parte en nombre del Rebe Pinjas de Koritz (ver Keter Shem Tov, anexo 418)

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