TESHUVÁ CON PASIÓN

¿Volver a mí mismo? Me hiciste reir…

El mes de Elul, Virgo, volver a nosotros mismos, anhelar a Dios: estas son palabras hermosas, pero a veces parece más natural para nosotros es comer y beber, dormir y trabajar y no tanto extrañar a Dios.

No hace falta decir que la conexión con Hashem es demasiado etérea y no lo suficientemente tangible para personas simples como nosotros. No en vano Rabi Levi Itzjak de Berditchov le dijo a Dios que si los deseos del mundo estuvieran escritos en un libro y la Torá fuera tangible, habría algo de qué hablar, el problema es que es al revés…

Entonces, qué hacer, debido a que la conexión con Dios no es lo suficientemente tangible y conceptual para nosotros, tendemos a estar interesados en todo tipo de otras cosas, más accesibles y tangibles para personas como nosotros.

¿Deprimente?

Precisamente por eso el Alter Rebe de Jabad nos contó la parábola del “rey en el campo”. El rey está con nosotros aquí abajo, en estos lugares bajos y nos ayuda a no extrañarlo justamente desde aquí.

¿Cómo sucede esto?

Cuando llega el mes de Elul, muchos de nosotros intentamos ascender a lugares altos, para ser personas tan justas que solo quieren santidad y bondad, lo que genera mucha tensión y estrés en el alma.

Al contrario, dice el Alter Rebe, acepta el hecho de que estás en el campo, fuertemente mezclado con los deseos del mundo, ¡pero recuerda que aquí es donde está el rey!

¿Entonces que hacemos?

En Elul debemos notar que nuestras pasiones mundanas y caídas son la mayor prueba de que extrañamos a Dios. No dejamos de buscarlo, solo necesitamos que sea más tangible para nosotros.

Cuanto más nos revelamos esto a nosotros mismos, más observamos que es precisamente en nuestros lugares bajos donde se esconde la búsqueda incesante de nuestra gran pasión, la conexión con Dios, por lo que la conexión con Él se volverá cada vez más tangible y relevante para nosotros, hasta que no necesitemos nada más.

“Y pidieron desde allí al Señor tu Dios, ¡y Lo hallaste!”

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