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BENDICIÓN EN UNA RECETA MÉDICA
El Rabino Mordejai Tzemaj Eliahu nació el 21 de Adar I de 5689 (3 de marzo de 1929), hijo del Rabino Salmán Eliahu, un cabalista y discípulo del “Ben Ish Jai”, y de Mazal, de la familia Tzedaka, hermana del Rabino Iehuda Tzedaka y nieta de la hermana del “Ben Ish Jai”. Desde su infancia se destacó por su talento y su perseverancia en el estudio de la Torá en medio de una gran pobreza. Estudió con el Rabino Ezra Atía en la Ieshivá Porat Iosef y con el Rabino Tzedaka Hutzin.
A la edad de 20 años fue uno de los miembros de “Brit HaKanaim”, un movimiento clandestino cuyo objetivo era el establecimiento de un estado regido por la Halajá (ley judía) y la imposición al público de la observancia de los preceptos (aunque, con el tiempo, expresó: “Ese camino no es adecuado para nuestra generación”).
A principios del año 5720 (1960), fue el nombrado Daian (juez rabínico) más joven del país en el Tribunal Rabínico de Beer Sheva. Ese mismo año fueron traídos desde Italia a Israel los restos del Jidá (Rabí Jaim Iosef David Azulai), y el Rabino Eliahu se encargó de su entierro en el cementerio de Har HaMenujot. Cuatro años después se trasladó al Tribunal Rabínico regional de Ierushalaim y en el año 5730 (1970) fue nombrado miembro del Gran Tribunal Rabínico.
El 4 de Nisán de 5743 (17 de marzo de 1983), fue coronado como el Rishon LeTzion Gran Rabino Sefardí de Israel, junto al Rabino Avraham Elkana Kahana Shapira, Gran Rabino Ashkenazi de Israel, y continuó siendo el líder espiritual de muchos incluso después de terminar su mandato oficial.
Fue conocido como un gran cabalista y hacedor de milagros. Fue el presidente del Kolel (instituto de estudios avanzados) “Darkei Horaá” en Ierushalaim y más de 60 de sus emisarios se encuentran repartidos en diferentes países.
Tras un período de aproximadamente dos años de deterioro en su salud, el tzadik falleció el 25 de Siván de 5770 (7 de junio de 2010) y fue enterrado en el Ohel (mausoleo) del Jidá, cuyos restos él mismo había enterrado allí cincuenta años antes.
Un Relato sobre el Rabino Mordejai Eliahu
Relató el Sr. Ezra Barnea, cantor de la sinagoga “Heijal Iaakov”:
“Todo paciente tiene un expediente médico en el que están anotados todos los medicamentos que ha recibido durante su tratamiento. Esto es para que se pueda seguir la evolución de la enfermedad y la curación. Pero en mi expediente hay un medicamento especial, uno que no se encuentra normalmente en los expedientes de los pacientes en los distintos hospitales.
Antes de eso, contaré que durante un largo período estuve bajo tratamiento y seguimiento médico debido a dolores de estómago que persistieron por mucho tiempo. Una vez al mes acudía a revisiones en el hospital donde me daban medicamentos fuertes que no siempre ayudaban. En Rosh Jodesh Elul, pocos días antes de que el Rabino, de bendita memoria, fuera hospitalizado por segunda vez, el Rabino me bendijo con una bendición especial y me dijo: ‘Eso es todo, no tienes nada’.
Cuando llegué a la clínica tres semanas después el Rabino ya estaba hospitalizado. El médico me preguntó: ‘¿Cómo se siente?’. Respondí: ‘Muy bien, llevo ya tres semanas sin dolores’.
El médico continuó y preguntó: ‘¿Cómo cesaron los dolores?’.
Le respondí con una pregunta: ‘¿Usted conoce al Rabino Eliahu?’.
‘¡Por supuesto, yo lo estoy tratando!’, respondió el médico. Le conté que había recibido una bendición del Rabino y que desde entonces me sentía bien. Él me dijo que volviera en un mes y que, a partir de ese momento, dejara de tomar los medicamentos que me estaban envenenando.
Regresé al cabo de un mes y de nuevo el médico me preguntó cómo me sentía, y respondí que me sentía muy bien. Me dijo que, si era así, él dejaría de tratarme y me transferiría a otro médico para que me hiciera seguimiento.
Los dos médicos hablaron entre ellos sobre las pruebas que me habían realizado y sobre los hallazgos. El médico abrió mi expediente y leyó desde el principio. Cuando llegó a la última página sonrió largamente. Le pregunté el motivo de su sonrisa y me respondió: ‘Aquí está escrito que los dolores cesaron tras la bendición del Rabino Eliahu’.
Luego me dijo que volviera para una revisión en tres meses. Cuando vine tres meses después para la revisión de nuevo no tenía nada. El médico me dijo: ‘Ya no necesita venir más a revisiones. Y si, Dios no lo quiera, los dolores regresan, usted ya sabe a quién acudir…‘.
(Del libro “Avihem Shel Israel”, Parte 5)
Cuando Dos Mundos se Encuentran
A veces parece que los médicos y los Tzadikim (los justos) viven en mundos paralelos que no se encuentran: el médico vive en un mundo de naturaleza, medicamentos, causas y efectos, mientras que el Tzadik vive en un mundo de milagros y maravillas, de Providencia Divina y de acciones espirituales. ¿Qué sucede cuando estos mundos se encuentran?
A veces hay una conmoción, un rompimiento de las creencias previas de la gente del mundo. A veces, la reticencia proviene de los propios Tzadikim, que no siempre desean que el milagro se revele a través del velo de ocultamiento con el que se han cubierto. Pero en historias como la nuestra lo que resalta es la serenidad y la diversión: la del Tzadik por un lado y la de los médicos por el otro. El Rabino agita su mano y se lleva la dolencia molesta y los médicos, que ya han llegado a conocerlo, sonríen y admiten con alegría: él sabe más que nosotros sobre la forma en que funciona este mundo…
¡Ese es el Baal Shem Tov!
Por este camino también le gustaba andar al santo Baal Shem Tov. Se cuenta de él que, al principio de su revelación, no tenía muchos seguidores (jasidim). Por eso, algunos se veían obligados a casar a sus hijas con mitnagdim (oponentes del jasidismo). Uno de los seguidores del Baal Shem Tov se apenó mucho por esto, ya que su yerno no aceptaba de ninguna manera viajar a ver al Rebe. Con amargura, fue ante el Baal Shem Tov y le expresó su pesar. El Besht (acrónimo del Baal Shem Tov) tranquilizó al jasid y le prometió que vendría de visita a su ciudad y así el yerno podría encontrarse con él.
Cuando el Besht llegó a aquel lugar llamó al joven erudito, quien aceptó a regañadientes subir a la carreta con él. Empezaron a viajar por la calle y el Besht le preguntó al joven: ‘¿Sabes qué es un Rebe?’.
Era un día claro de verano y el Besht dijo: ‘Un Rebe es alguien que si saca el pañuelo del bolsillo y dice que lloverá inmediatamente llueve’. Mientras hablaba, el Besht sacó su pañuelo e inmediatamente comenzó a llover. Luego le dijo: ‘¿Sabes qué es un Rebe? Alguien que si dice con el pañuelo que deje de llover la lluvia cesa de inmediato’. El Besht lo dijo y lo hizo. Después le dijo: ‘¿Sabes qué es un Rebe? Que si dice que llueva del lado derecho de la carreta llueve del lado derecho’ y así lo hizo con el pañuelo. Luego le dijo lo mismo para el lado izquierdo. Entonces llovía a derecha e izquierda, y por delante el camino estaba seco. El milagro manifiesto tuvo un gran efecto en el yerno quien a raíz de ello se convirtió en un jasid…
Cuentan además que, cuando el asistente del Baal Shem Tov le contó esto al Alter Rebe (Rabí Shneur Zalman de Liadi), el Rebe se maravilló y dijo: “¡Ese es el Baal Shem Tov!”. ¿Por qué se maravilló tanto el Tzadik? ¿Qué hay en este milagro que revela la esencia del Baal Shem Tov?
La respuesta radica en la sensación de diversión. En cada milagro de un Tzadik vemos una alteración de los sistemas de la naturaleza, pero aquí el Baal Shem Tov está jugando con el mundo sin ninguna necesidad real, solo para mostrarle al joven y al mundo “quién manda aquí”. Por supuesto, se puede reír de alguien con desprecio, pero también se puede reír con él por alegría y diversión, para el disfrute de todos los involucrados en la broma. Cuando el Besht se ríe de la naturaleza, también la naturaleza sonríe…
Este es el Baal Shem Tov, y un poder similar es el que también reveló el Rabino Eliahu, cuando hizo que los profesionales de la medicina se rieran de su “serio” trabajo.