ABRE TU BOCA E ILUMINARÁN TUS PALABRAS

En la parashá Balak leemos cómo Bilam viene a maldecir al Pueblo de Israel y Hashem no lo dejó. Transformó la maldición en bendición porque “Hashem tu Dios te ama”, Dios nos ama. Tres veces trató Bilam de maldecir y no pudo. En la tercera vez hay algo nuevo, y la es novedad es que miró al pueblo desde lo alto para transmitirles su mirada malvada, ain hará.

 De repente ve que el pueblo está distribuido según sus tribus, que las aberturas de las carpas no estaban apuntando unas a las otras, mostrando que en el campamento de Israel hay mucho recato y belleza. Entonces quedó tan impresionado con este pueblo, tan especial, tan bello y modesto, y así comprendió que no debía ser maldecido. Sobre esto dice el sagrado Baal Shem Tov: Respecto a las aberturas de las tiendas que no están apuntándose entre sí, en el ser humano corresponde a la apertura de la boca en el rostro, como está dicho “abre tu boca e iluminarán tus palabras”. 

Hay personas que hablan entre ellas, pero su intención es agredir, polemizar con su amigo, su intención no es buena porque no es en aras del Cielo, no es para aclarar las cosas y que surja la verdad a la luz. Sólo discute por discutir porque le gusta hacerlo. Esto se llama “la abertura apuntando hacia la abertura”, hay polémica, hay oposición en la “apertura”, en la boca de cada uno. Pero he aquí que Bilam ve como la mejor característica del Pueblo de Israel que no hay polémica y no discuten entre ellos, porque cada uno reconoce la verdad.

 Esa es la señal más clara de que hay amor, y cuando vio esta señal de que las aperturas no se enfrentaban entre sí, dijo que entonces en verdad no corresponde maldecirlos con mi boca malvada, corresponde sólo bendecir al pueblo de Israel.

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