EL ÉXITO DEL JASIDUT

¡El Rebe y la abnegación!

En la generación anterior, la gente se preguntaba: ¿Cuál es el secreto del éxito de los jasidim de Jabad? Los jasidim atribuían su éxito a dos cosas: ¡el Rebe y la abnegación! En realidad, una depende de la otra: el Rebe ofrece un ejemplo personal de abnegación, o autosacrificio, despierta y revela la esencia de la abnegación judía en todos aquellos que le rodearon, y también muestra el camino único de la abnegación que debe seguirse en cada época.

En la generación anterior, que sufrió el Holocausto y una persecución atroz, la necesidad de autosacrificio era evidente: no había otra manera de sobrevivir como judío ante los horrores del régimen nazi o bajo la opresiva bota comunista. Incluso los lugares de refugio, la Tierra de Israel y Estados Unidos, exigían cierto tipo de autosacrificio para enfrentarse a los enemigos de Israel y preservar el judaísmo. Pero ¿es el autosacrificio una característica necesaria del Jasidut?

El propósito del Jasidut es tender un puente entre este mundo y el Mundo Venidero: En este mundo, uno puede ser, en general, un buen judío, observando la Torá y mitzvot y amando a Di-s, dentro de las limitaciones del mundo. En el Mundo Venidero, la unidad de Di-s se revelará a todos, sin pruebas que exijan autosacrificio, y no habrá necesidad de un Rebe – «Porque en aquellos días, el conocimiento, la sabiduría y la verdad aumentarán, como está escrito: ‘Porque la tierra estará llena del conocimiento de Di-s’, y está escrito: ‘Ya no enseñará más nadie a su prójimo, ni nadie a su hermano’». Pero quien quiera revelar el Mundo Venidero ahora, en este mundo, revelar la unidad de Di-s incluso en un mundo de limitaciones, ocultamientos y pruebas, necesita un poder especial.

El Jasidut llega para brindar este poder, ya que el Rebe se sacrifica para permitir que los jasidim experimenten la unidad de Di-s tal como se percibe en el mundo superior. Él inspira su autosacrificio para traspasar los límites de la realidad y resistir todas las pruebas. La misión jasídica en el mundo siempre exige que la persona trascienda a sí misma, y sus limitaciones, logrando un nuevo avance en la realidad, cruzando la frontera entre los mundos y revelando el Infinito aquí y ahora. El éxito en esta misión viene a través de la conexión con el Rebe y el autosacrificio.

El autosacrificio, entonces, es la esencia misma del Rebe y del Jasidut, y permanece constante en cada generación. Sin embargo, la principal transición de generación en generación y de líder a líder se expresa en la naturaleza del autosacrificio. A veces, el autosacrificio es necesario para nuevas revelaciones, hasta ahora ocultas; a veces, el autosacrificio consiste en forjar nuevos patrones de vida judía; a veces, es el autosacrificio en su sentido más simple, mantenerse firme en las pruebas o luchar contra los enemigos de Israel; y a veces, es el autosacrificio renunciar a la comodidad y pasar de la pasividad a la actividad en la difusión del judaísmo.

El denominador común de todo autosacrificio es la necesidad de enfrentar la oposición interna o externa: luchar contra los enemigos de Israel, luchar contra “tus aniquiladores y los que te asolan provienen de ti”, lidiar con la oposición espiritual de entornos lejanos o reparos en círculos cercanos, y superar la resistencia interna en el propio alma. El atributo del Jasidut va más allá de la letra de la ley de la Torá y opera por encima de la razón y el conocimiento – todo bajo la guía del Rebe, el líder de la generación, quien identifica la oposición y sabe por dónde abrirse paso ahora.

EL ÉXITO DEL JASIDUT

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