EL REBE DE LUBAVITCH

Rabí Menajem Mendel Schneerson de Lubavitch nació el 11 de Nisán de 5662 (1902) siendo su padre Rabí Levi Itzjak, quinta generación del Tzemaj Tzedek, el tercer Rebe de Jabad, y su madre Jana, hija del Rabino Meir Shlomo Yanovski.

Cuando el Rebe tenía unos siete años se mudaron a Yekaterinoslav (Dnepropetrovsk), donde su padre fue nombrado rabino. El Rebe estudió de forma privada con el Rabino Shneur Zalman Vilinkin y fue conocido por su diligencia y profundización en el Nígle (Torá revelada) y el Nistar (Torá oculta).

En 5683 (1923), conoció por primera vez a su maestro y suegro, el Rebe Raiatz y el 14 de Kislev de 5689 (1928), se casó con la hija del Rebe, la Rebetzin Jaia Mushka. Luego se trasladó a Berlín, donde recibió la ordenación rabínica del Baal HaShridei Esh”, Rabino Iejiel Iaakov Weinberg y, paralelamente, estudió en la universidad por instrucción de su suegro, el Rebe Raiatz. En 5693 (1933) se trasladó a París y estudió ingeniería eléctrica en la Sorbona y en 5701 (1941) salieron de la Europa en llamas. Durante su estadía en Europa también se ocupó de la judería y de distintas misiones encargadas por su suegro.

Al llegar a EE. UU. comenzó a dirigir las instituciones de Jabad como representante del Rebe Raiatz hasta el 10 de Shvat de 5710 (1950), cuando su suegro falleció. El 10 de Shvat de 5711 (1951), un año después, aceptó el liderazgo. El 22 de Shvat de 5748 (1988) falleció la Rebetzin y el Rebe se refirió a su fallecimiento como el fin de una era y la preparación para una nueva era hacia el Mashíaj.

El 27 de Adar I de 5752 (1992), mientras rezaba en la tumba de su suegro, el Rebe sufrió un derrame cerebral y dejó de hablar. Esta situación continuó hasta la noche del Shabat de Or Legimel Tamuz, vísperas del 3 de Tamuz de 5754 (1994), el día en que miles de años antes con Iehoshúa ben Nun “el sol se detuvo en Gibón y la luna en el valle de Aialón”.

ESTO OCURRIÓ EN SHABAT

El Shabat anterior a Janucá de 5734 (1973), en medio de un Farbrengen (reunión jasídica) en la casa de estudio del Rebe, de repente, entre una conversación y otra el Rebe llamó a los presentes: “¡Glick! ¡Rabí Glick!”. Parecía que el Rebe estaba buscando al Rabino Glick.

Rabí Abraham Itzjak Glick era un ‘embajador itinerante’ del Rebe en Europa. Actuaba en todo el continente en muchas misiones que el Rebe le encomendaba. Sin embargo, el hecho de que el Rebe buscara al Rabino Glick entre la multitud era extraño, ya que él no se encontraba en Estados Unidos en ese momento…

Rabí Aharon Dov Halperin, quien estuvo presente en el Farbrengen, relató que el enigma se resolvió quince años después, cuando visitó la casa del Rabino Glick y escuchó la historia de aquel Shabat:

“Aquel año mi esposa y yo estábamos en Barcelona. Nuestro plan era continuar a Madrid y de allí a Lisboa. Pero de repente recibimos una llamada de la secretaría del Rebe con la instrucción de volar a la isla de Mallorca, a media hora de vuelo de Barcelona. Nunca había estado allí, y la instrucción no definía dirección ni propósito: ‘Vuele a Mallorca’, y eso fue todo.

Nos preparamos para llegar a Mallorca después de completar nuestra misión en Lisboa, pero al llegar a Barcelona resultó que todos los vuelos a Madrid fueron cancelados inesperadamente. ‘Si recibimos una instrucción para volar a Mallorca, debimos haber congelado nuestros planes y partir hacia allí de inmediato’, dijo mi esposa. Así que tomamos el primer vuelo a Mallorca y, al aterrizar, comenzamos a preguntar dónde había judíos en la isla.

Una breve averiguación reveló que un gran grupo de judíos se alojaba en un hotel en particular, y mientras tanto, la radio anunció que terroristas habían asesinado al primer ministro de España. Se impuso un toque de queda en la ciudad y se bloquearon todas las vías de acceso a ella, mientras que el hotel en Mallorca, al que llegamos ‘por casualidad’, estaba lleno de judíos…

Apenas habíamos tenido tiempo de instalarnos cuando llegó otra llamada de la secretaría del Rebe. Para Janucá, el Rebe había publicado dos ‘cartas generales’ – una “a los hijos e hijas de Israel” y la otra a los niños menores de edad de Bar Mitzvá/Bat Mitzvá. El Rebe instruyó a su secretario que me llamara en Mallorca y se asegurara de que yo tradujera las cartas al español y las distribuyera entre los judíos de la isla.”

El secretario me dictó las cartas, palabra por palabra. Conseguí un traductor de inglés a español, y por la mañana me apresuré a fotocopiar las traducciones. En el Shabat de Janucá, todos los turistas judíos que encontramos recibieron las cartas (unos en inglés y otros en español).

La historia de la instrucción sorpresa de volar a Mallorca, y la forma en que se dictaron las cartas por teléfono, contribuyeron al gran interés de los judíos en el Rebe y en nuestra actividad. Logramos establecer contacto también con judíos locales, y esta conexión continuó en los años siguientes.

En mi memoria se grabó un judío llamado Biní, un gran rico que vivía en una casa lujosa. Nos pusimos en contacto con él y le pedimos una reunión. Él se disculpó diciendo que no podía recibirnos en su casa, pero que estaba dispuesto a venir a donde estábamos. Cuando llegó, conversé con él y luego puse una grabación en la que se escuchaba al Rebe cantando “Tzamá Lejá Nafshí” (Mi alma tiene sed de Ti). Al escuchar la melodía del Rebe, comenzó a llorar como un niño y explicó que le recordaba los años de su infancia.

Cuando se calmó, dijo que sentía una fuerte necesidad de hacer algo de inmediato por el judaísmo. Después de pensarlo y barajar ideas, se decidió colocar una gran janukiá (menorá de Janucá) en el tejado de su casa, que estaba en un lugar elevado y dominaba toda la ciudad. Y, de hecho, logramos colocar una janukiá improvisada, pero grande y visible, en el tejado de su casa.

La janukiá despertó un gran interés en todos los que la vieron, y especialmente entre los judíos. Cuando dejamos la ciudad, Biní ya había asumido varias acciones importantes en el cumplimiento de mitzvot.

Cuando instalaba la janukiá, recordé un dicho que el Rebe me había dicho un día. En ese momento, mi sustento era la fabricación de lámparas. El Rebe me dijo: “Un alma judía es como una lámpara. Así como una lámpara puede permanecer apagada durante mucho tiempo mientras no se encienda su luz, así también muchas almas judías esperan que se encienda en ellas la chispa”.

Y en cuanto a la mención de mi nombre por parte del Rebe en el Farbrengen – después de lo que conté, está claro que el Rebe sabía exactamente dónde estaba yo y lo que hacía. El Rebe me mencionó en el Farbrengen para despertar mérito sobre mí y darme fuerzas para tener éxito en mi misión – ¡iluminar almas judías!

[Y muchos hizo volver del pecado]

Y CREYERON EN DIOS Y EN MOSHÉ, SU SIERVO.

“Coaj hameshaleaj”, “El poder del que envía”, es una expresión fundamental en la enseñanza de la misión del Rebe. Un enviado debe sentir siempre el poder del Rebe actuando en él y recordarlo siempre. Pero, por supuesto, también está el mandamiento: “Y recordarás a Hashem, tu Dios, porque Él es quien te da fuerza para triunfar”. ¿Cuál es la relación entre las dos creencias, la fe en Dios y la fe en Moshé, Su siervo?

A través del Rebe, se recibe la luz de Dios por dentro: la luz de la Torá que el enviado debe enseñar a aquellos sobre quienes influye, su amor por Israel y la alegría en su misión, todo esto proviene del poder del Rebe. La luz que viene directamente de Dios es una luz envolvente (makif) – una que no se siente dentro de la personalidad, sino que la dirige desde afuera a través de “causas” – las circunstancias de la vida y el entorno que el Creador nos proporciona. Por la fuerza de recordar a Dios, el enviado escucha la realidad que Dios le presenta y sabe cómo actuar en ella; por la fuerza de recordar al Rebe, el enviado es capaz de introducir la luz de la fe en los recipientes del alma – en su propia conciencia y en la conciencia de aquellos sobre quienes influye.

Sobre ambas facetas está escrito: “Y el justo por su fe vivirá” (Jabacuc 2:4): en “su fe” (בּאֱמוּנָתוֹ), beemunató, se puede leer como “bet emunot”, “dos fes” (ב’ אמונות) – en Dios y en el Rebe. Por medio de la fe en que Moshé es un siervo fiel a Dios, “Moshé es verdad y su Torá es verdad”, se llega a una fe más profunda en el Santo, Bendito Sea y también a la internalización de la fe en la conciencia y en la acción práctica. Como es sabido, Moshé es “Raia Mehemna, el pastor de la fe. Su función es pastorear-nutrir nuestra fe en Dios a través de las palabras de Su Torá y así convertir la fe en daat (conocimiento/conciencia) y la luz envolvente-circundante en luz interior.

https://galeinai.org/?s=guimel+tamuz

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