LOS DÁTILES PRODIGIOSOS

SHAVUOT

Y EL BESH”T

🍃Nuestro maestro Israel Baal Shem Tov falleció el día 6 de Siván, festividad de Shavuot del año 5520 (1760), y está enterrado en Mezhibozh.

El Baal Shem Tov fue una vez invitado por los sabios del kloiz (casa de estudio) de Brod a presentarse ante el tribunal rabínico para explicar su enseñanza. El líder de la casa de estudio en Brod en ese tiempo era el rabino Jaim Hacohen Rappaport. A este viaje acompañó al Baal Shem Tov su discípulo, el rabino Zev Wolf Kitzes.

Era el día de Tu Bishvat. El camino estaba cubierto de nieve. El Baal Shem Tov y su discípulo viajaban por un bosque. El Baal Shem Tov se apenaba mucho de no tener frutas para recitar sobre ellas la bendición de Shehejeianu. Se acercó a un árbol y recitó: “Y que toda obra sepa que Tú eres su Hacedor, y todo ser creado entienda que Tú lo creaste” (de la plegaria de Rosh Hashaná). Inmediatamente crecieron dátiles en el árbol. El Baal Shem Tov recogió dátiles y recitó la bendición Shehejeianu con gran alegría.

El rabino Zev Wolf pensó que esta era una oportunidad maravillosa para demostrar ante el tribunal rabínico la grandeza y santidad del Baal Shem Tov. Recolectó algunos de los dátiles que habían crecido milagrosamente y los guardó en una caja para mostrárselos a los sabios de Brod. En aquella época del año, no había dátiles frescos en Ucrania, por lo que esto sería una prueba tangible de que él era un hombre de Dios.

Al llegar ante el tribunal, el rabino Zev Wolf abrió la caja para mostrar los dátiles prodigiosos, pero no encontró dátiles, solo agua. Asombrado, preguntó al Baal Shem Tov el significado de esto. El Baal Shem Tov le respondió: “No se debe triunfar en un tribunal mediante señales y prodigios, y en el Cielo tampoco desean esto. Hay otros caminos para demostrar la rectitud de nuestras acciones.”

(Basado en el libro “Maravillas de los justos”)

Un punto personal
No fue casualidad que crecieran dátiles en aquel árbol. El dátil es el símbolo del justo, como está escrito: “El justo florecerá como la palmera” (Tzadik katamar ifraj). Los frutos del dátil mostraban la santidad del Baal Shem Tov. Sin embargo, él no quiso apoyarse en pruebas celestiales y anuló los dátiles, porque la Torá “no está en el cielo”. Él testificaba sobre el movimiento jasídico que fundó, que no había innovado nada nuevo por sí mismo, sino que todo ya estaba contenido en la Torá. Por lo tanto, la mejor prueba de la rectitud del jasidismo es encontrar en la Torá revelada aquí en la tierra su dimensión interior.

Nuestros Sabios enseñan sobre las Tablas de la Ley: “Rabí Yehoshúa ben Leví dijo: todo lo que un alumno veterano innovará, ya fue entregado a Moshé en el Sinaí.” Incluso la innovación más grande en la historia del pueblo judío ya fue entregada a Moshé en forma oculta, en germen, dentro de la Torá. Entonces, ¿por qué hubo oposición contra el Baal Shem Tov? ¿Acaso los oponentes no conocían esta enseñanza de los Sabios? En realidad, los oponentes sostenían que sólo aquel que es un alumno veterano puede innovar verdaderamente en la Torá, y no reconocían al Baal Shem Tov como tal. El núcleo de la controversia contra el jasidismo fue simplemente el hecho de que no conocían realmente quién era.

El Baal Shem Tov dijo una vez que de lo que la gente conocía de él, sólo veían la punta del iceberg: el 0.01%; el 99.99% de su verdadera dimensión estaba completamente oculta.
¡Y he aquí una maravilla!: alumno veterano (Talmid vatik) equivale en guematria a Israel Baal Shem Tov! El Baal Shem Tov era un alumno veterano genuino de Moshé Rabenu. Sin embargo, la Torá jasídica se caracteriza por haber germinado desde la tierra, no por haber descendido del cielo. Sobre ella está dicho: “La verdad brotará de la tierra”, y no hay verdad sino la Torá [la Torá del jasidismo].

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