Se explica en las enseñanzas jasídicas que la llegada del Mashíaj anuncia el comienzo de la transición entre dos procesos, de la lucha contra el mal hacia la búsqueda de la iluminación. La era del Mashíaj llegará a su cenit con la revelación del Mundo por Venir, un mundo en el cual los seres humanos serán inmortales y el propósito de cada uno será conseguir un conocimiento mayor y más profundo del Todopoderoso.
Los sabios dicen que todos los judíos —y Maimónides agrega que también todos los justos gentiles — tienen una parte en el Mundo por Venir, pero ¿cuál puede ser la relación entre Bnei Israel y Bnei Noaj en esa realidad futura? La respuesta puede ser encontrada en un notable análisis numérico:
כָּל יִשְׂרָאֵל יֵשׁ לָהֶם חֵלֶק לָעוֹלָם הַבָּא = 1298.
חַסִידֵי אוּמוֹת הַעוֹלָם יֵשׁ לָהֶם חֵלֶק לָעוֹלָם הַבָּא = 1403
בְּרֵאשִׁית בָּרָא אֱלֹהִים אֵת הַשָּׁמַיִם וְאֵת הָאָרֶץ = 2701
Col Israel Iesh Laem Jelek Leolam Havá =1298
Jasidei Umot Haolam Iesh Laem Jelek Leolam Havá = 1403
Bereshit Bará Elokim et Hashamaim Veet Haaretz = 2701
Todos los de la nación de Israel tienen parte del Mundo por Venir
Los Justos de las naciones del mundo tienen parte del Mundo por Venir
En el principio Dios creó los Cielos y la Tierra
1298 más 1403 = 2701
El valor de las dos frases “Todo el pueblo de Israel tiene una parte en el Mundo por Venir”, y “Los justos gentiles tienen una parte en el Mundo por Venir” , en hebreo tienen el valor numérico de 2701. Este también es el valor numérico de la frase de la Torá: “En el comienzo Hashem creó los cielos y la Tierra”.
En general, la relación entre judíos y justos gentiles se compara con la de los cielos y la tierra. Los cielos son relativamente más espirituales y concientes de lo Divino (como las sefirot intelectuales, que están simbolizadas por el número 3), mientras que la tierra es relativamente más física y conectada a lo mundano (como las sefirot emotivas, simbolizadas por el número 7).
Pero respecto al futuro dice el profeta Ishaiahu: “Vean, Yo [Hashem] crearé un nuevo cielo y una nueva tierra y las cosas anteriores no serán recordadas y no se erguirán sobre la tierra”. Esto significa que en el futuro se establecerá un tipo nuevo de relación entre los judíos y los justos gentiles, que Hashem intentó establecer desde el principio de la creación —antes del pecado del hombre, que terminó en la caída de los cielos y la tierra originales, como vemos aludido en el propio primer verso de la Torá.
Con la llegada del Mashíaj, todos los mundos —los relativamente superiores simbolizados por “cielos” y los relativamente inferiores simbolizados por “tierra” — ascenderán al nivel espiritual que el Todopoderoso pretendía para ellos inicialmente.
Queremos llegar a esto lo antes posible, no sólo por nosotros, sino por nuestro Creador, sólo él sabe por qué y para qué creó todo. Seguramente debe tener una buena razón.
del Libro “Cabalá y Meditación para las Naciones del Mundo”
del Rabino Itzjak Ginsburgh