La primera obligación del judío 

es conocer a Dios, tal como el Rambam explica en su obra Mishné Torá, por qué creó el mundo y para qué, para qué me creó y qué tengo que hacer aquí, qué quiere Hashem de mí y qué puedo hacer por Él.

La fe, creer en que existe todos la tienen, algunos más y otros menos consciente, todos saben que existe una primera Existencia de la cual todo surge, el que hace que todo exista. Cómo lo hizo es interesante, pero a menos que quieras crear un mundo como lo hizo Él, no tiene tanta importancia. Si deseas manejar este celular que tienes en las manos no necesitas saber cómo se hizo, sino cómo se cuida y se usa, y qué puedes hacer con él, no necesitas saber los detalles de su fabricación ni cómo fabricarlo.

Pero no es eso lo que se espera de un judío, sino saber que esa Primera existencia tiene un propósito y de una manera u otra eso se cumplirá, solo tienes decidir participar.

Y esto es así porque no se puede creer en alguien que no se conoce, eso es solo religión o superstición, no es Torá, no es Verdad, no es judaísmo.

Por eso los sabios nos aconsejan: “conoce a Dios tu Creador”, “conoce al Dios de tus padres”, sabe ante quien estás parado”. 

Seguro que cuando lo conozcas y conozcas como es y cuál es su proyecto, vas a creer en Él y los vas a amar.

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