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Es costumbre contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov todos los Motzaei Shabat, la salida del Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañar a la novia (el Shabat).

Una segulá para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de ellos, para una vida buena y larga y para salud

RABI MIJAL MAZLOTSHOV

Uno de los más grandes discípulos del Baal Shem Tov fue el rabino Mijal Mazlotshov, un gran hombre justo y un gran talmid jajam. 

Una vez llegaron al Baal Shem Tov judíos de una ciudad importante, y le suplicaron que enviara al rabino Mijal para que fuera el rabino de la ciudad.  El Baal Shem Tov se volvió hacia el rabino Mijal y le dijo que debería aceptar este puesto. Rabi Mijal se negó.El Baal Shem Tov trató de convencerlo más y más, pero el Rebe dice y el jasid se niega.  

El debate se ‘calentó’ tanto que el Baal Shem Tov le dijo:

  •  Si no me escuchas, ¡No tendrás parte ni en este mundo ni en el mundo venidero!

  Y rabi Mijal siguió en lo suyo:

  • Me temo que, no puedo aceptar nada que siento que no es correcto para mí.

Entonces el Baal Shem Tov sonrió y dijo con una cara radiante y feliz:

  • Gracias a Dios que tengo tal estudiante. Sabes, todo lo que dije fue para probarte, y he aquí pasaste la prueba.
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