Colabora con el insituto

Es costumbre contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov todos los Motzaei Shabat, la salida del Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañar a la novia (el Shabat).

Una segulá para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de ellos, para una vida buena y larga y para salud

SERVIR A LOS TALMIDEI JAJAMIM

El santo Baal Shem Tov preguntó en el Cielo, ya que quería cumplir la mitzvá de servir a los talmidei jajamim, los sabios de la Torá, quién es el talmid jajam más grande de la generación, para poder cumplir la mitzvá con él.

Le respondieron:

  • El Gaón Rabi Efraim Ashkenazi, autor del libro ‘Penei Iehoshúa’, “El rostro de Iehoshúa”. O el Gaón autor del libro ‘Tevuat Shor’, “Las Mieses del Toro”.

El Baal Shem Tov fue a lo del gaón Rabi Efraim, entró en su casa y he aquí que estaba cubierto con mantas. Rabi Efraim siempre tenía frío y estaba muy resfriado. Era costumbre llevarlo a la casa de baños para calentar su cuerpo. Y cuando volvía le daban una bebida caliente para calentarlo.

Cuando el Baal Shem Tov entró Rabi Efraim le preguntó cuál era el motivo de su visita. El Baal Shem Tov le respondió:

  • Me gustaría observar el mandamiento de servir a los talmidei jajamim.

Rabi Efraim le pidió al Baal Shem Tov que trajera leña del patio y encendiera la estufa para que la casa estuviera caliente. El Baal Shem Tov hizo lo que le ordenó Rabi Efraim y calentó la casa. Un gran calor ardió en la estufa a tal punto que Rabi Efraim quitó las mantas que cubrían su cuerpo. La Rebetzn, la esposa del gaón, al sentir el calor entró en la habitación y regañó a su esposo por ello. El Baal Shem Tov lamentó que Rabi Efraim fuera reprendido por su esposa por su causa. Rabi Efraim notó el dolor del Baal Shem Tov y dijo:

  • No te arrepientas, a veces lo bueno sale de una mala esposa.

Y le contó la siguiente historia:

Un judío murió y fue al mundo de la verdad. En su juicio le fueron presentaron todos sus pecados. En su defensa respondió: tuve una mala esposa, todo es por ella, no soy culpable. Me impidió guardar los mandamientos. El ángel que escuchó sus argumentos, los rechazó de plano, diciendo:

¿Y por causa de una mujer no se observan las mitzvot y se cometen transgresiones? 

Y lo declararon culpable en el juicio. Yo estaba allí (dijo Rabi Efraim) y estaba muy molesto por las palabras del ángel. Pues el ángel no sabe qué es una mujer en general y qué es una mala mujer en particular. Dije que en mi opinión no se debe tomar en cuenta la opinión del ángel. En el cielo estuvieron de acuerdo con mis palabras y dictaminaron que el ángel descienda al mundo y cuando cumpliera los 13 años se casaría con una mala mujer y así fue. Esta mujer le amargó la vida (al ángel) a tal punto que se enfermó. El marido acudió a Rabi Efraim para pedir el divorcio. Rabi Efraim le dijo al marido:

  • Ahora no podrás acusar a los judíos.

Después de dos años, el marido murió. El Baal Shem Tov escuchó las palabras de Rabi Efraim y se calmó.

Share the Post:

Artículos Relacionados

COLABORA CON EL INSTITUTO

¡Recibe las ÚLTIMAS NOVEDADES en tu correo!

Comunidad

Para participar de nuestras actividades y recibir nuestros mensajes diarios