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EL SHABAT CREA ALGO QUE NO HABÍA ANTES

Al decir cada viernes, en la noche de Shabat “Vaijulu Hashamaim…”, dice la guemará que el judío se transforma en un socio de la creación. Y un socio no es dueño de una parte del objeto, sino que comparte cada uno de los puntos componentes del todo con su socio. Y como todos los judíos se hacen socios de esta manera, se unen a Dios para ser creadores y partícipes de la Creación de “los Cielos y la Tierra”, la realidad física creada y la espiritual, y aquella Existencia Infinita que está por encima de los Mundos y La Luz Infinita, la esencia.

Así, Bereshit es la creación a partir de la nada. Nada nuevo o extraordinario para el Creador Todopoderoso. De hecho, la Bet grande con que empieza la Torá es interpretada como que hubo 2 bereshit, dos principios. Y puede haber infinitos principios, tantos como el Todopoderoso quiera.

Pero el Shabat crea algo que no había antes: la realidad de que una criatura limitada y finita perciba la Esencia y sea parte de ella. Adam y Javá tuvieron la posibilidad de hacerlo, pero Hashem no quiso que sea algo automático, como autómatas o como un instinto animal que no tienen conciencia propia.

Con la entrega de la Torá, se entregó un alma extra al pueblo de Israel, el Nefesh Elokit o Alma Divina que le permite tener conciencia de la paradoja de lo infinito y lo finito como caras de la misma moneda.

Y en esa alma reside el libre albedrío, en la posibilidad de decidir ser socio o no. Por eso el Shabat equivale a todas las mitzvot, quien cuida el Shabat lo llama placer, y trata de llevar el Shabat a todos los días de la semana.

Llevar esa conciencia a cada instante de nuestra existencia, esa de ser uno con el Creador, y estar conciente de que crea a cada instante todo algo a partir de la nada, es revelar al Creador y el alma Divina que es parte Suya a través de las acciones simples de cada día.

Y si es así, ojalá que todos los días sea Shabat.

Y que todos podamos tenerla, todos los seres humanos y los Cielos y la Tierra.

¡Para eso entregamos nuestra vida, trabajamos y rezamos como nos enseñó el Rebe para que venga la redención ya!

¡Queremos Mashíaj Ya!

Shabat Shalom

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